El Barco.

Un mundo bajo el mar.

"Cuando la gente se junta y cierra la puerta, dicen que están haciendo cosas de mayores. Pero yo creo que es porque tienen un secreto. Lo que no saben es que un secreto no se puede escribir. Por ejemplo, si papá está preocupado se muerde las uñas, si ha Ainhoa le gusta un chico le aparta la mirada. Mamá decía que es mejor no tener secretos. Y dejar las puertas abiertas. Y que así nada malo podría pasar."

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Después de contarle a todos los tripulantes del barco que son los únicos habitantes del planeta y de hacerse unos cuantos enemigos en el barco, ya que algunos como Ramiro o Gamboa no les creen. El capitán, Julián, Ulises y la doctora Julia, se disponen a grabar todas las cajas que tienen en el almacén para poder suministrarse.

-Caja 29 para registro y producción. –Dice Julia. La 30 que es esta, 100 kilos de tierra fértil.

-Joe, los del ministerio se lo han currado, porque con todo esto podemos crear nuestro propio huerto en cubierta y conseguir hortalizas sin parar. –Dice Ulises para subir un poco los ánimos mientras que su padre le da una colleja que lo deja callado.

Julia se gira y ve que en la puerta se encuentra el capitán cabizbajo, así que decide ir hacia donde está él y darle las gracias.

-Capitán, quería darle las gracias por haberme defendido en la asamblea. Si yo puedo ayudarle...-Dice Julia.

-¿Ayudarme? Mañana he quedado con mi hija en el comedor para contarle la historia del fin del mundo. Que todo el mundo ha muerto, que no va a volver al cole, ni a tener otra muñeca, que nunca le llevará a un portal un chico con moto. –Dice Ricardo.

-Ningún padre en sus cabales le gustaría que trajeran a su hija en moto a la puerta de casa. Capitán, Valeria lo va a entender mucho mejor que toda su tripulación. Para los niños todo es posible. –Dice Julia.

-¿A qué estamos? ¿De inventario o de cuchicheos? –Dice Julián acercándose enfadado y quitándole a Julia la carpeta. –A ver caja 31 material técnico de geolocalización, y supervivencias básicas. 32, cepas infecciosas controladas, ¿Dónde se pensaba el ministerio que nos llevaba? A la puñetera guerra bacteorológica, ¿O qué?

-Son vacunas oficial. –Dice Julia mientras se acerca y le quita la carpeta. –Y la 32 es la última.

-No, de eso nada. Aquí hay otra. –Dice Ulises mientras saca la caja 33, que estaba escondida.

Julia que no sabía de la existencia de ninguna caja número 33, mira en su carpeta, pero no encuentra nada. –No puede ser. En la lista la 32 es la última.

-Pues entonces será la caja sorpresa del ministerio que nos ha tocado en el sorteo especial de verano. –Dice Ulises. -¿Habrá que abrirla, no?

-No estoy autorizada. –Dice Julia prohibiendo a Ulises que la abra.

-¿Y qué van a hacer meternos en la cárcel?

-Abrela. –Dice Ricardo.

Ulises coge la palanca que tenía en las manos y decide abrirla. La sorpresa de todos cuando la abren es que se trata de una máquina negra, que tiene forma de bomba y lleva un minutero que la única información que da es que algo va a pasar dentro de doce horas.

Mientras que todos se intentan tranquilizar sobre lo que ha dicho el capitán, algunos de ellos se encuentran en el club.

-¿Cómo se va a hundir la Tierra? ¿Estamos locos? –Dice Ramiro. –Somos conejillos de indias, Piti. Y en cuanto encuentre una puñetera rayita de cobertura te lo demuestro.