El Barco.

Una de fantasmas.

"Mi mama decía siempre que cuando has hecho algo mal, lo mejor es decirlo. Como cuando yo metí las horquillas en un enchufe y un hombre tuvo que romper la pared para saber por dónde se había metido la electricidad. Cuando uno tiene miedo a veces no dice las cosas, o intenta arreglarlas él solito. Pero eso siempre es mucho peor, porque siempre luego pasa algo más malo.

Hace 8 horas y 15 minutos.

Gamboa se encuentra con Ramiro en la sala de máquinas. Todos están dormidos, por lo que nadie los oye y saben que están allí.

-Has hecho algo muy malo. Has hecho una baliza de seguimiento a mis espaldas.

-Estamos a un paso de encontrar Tierra, ¿Qué mal tiene eso?

-Es que no te has parado a pensar que a lo mejor no podemos ir a Tierra, aún. Así que por como te has portado, vas a coger esta guía telefónica.

-Te prometo que voy a arreglarlo.

-Está bien, si a las ocho de la mañana no lo has arreglado, volveremos a repasar el listín telefónico.

Gamboa le pone una gran guía telefónica en el estómago y con un martillo gordo le golpea repetidas veces. Haciendo a Ramiro que se arrepienta de lo que le ha hecho. Llegando a tal punto de hacer prometer a Ramiro que lo arreglará todo.

A Piti le toca hacer la colada por la mañana, pero oye ruidos en la sala de máquinas por lo que entra a ver que es lo que está pasando.

-Joder, Ulises.

-¿Qué haces, Piti?

-Nada, nada. No sé si te habrás dado cuenta, pero desde hace tiempo oigo como unas pisadas en el casco.

-Es un barco, a las casas les pasa lo mismo.

-No, yo sé que no.

-Piti, ¿sabes que decía mi abuelo? Que hablar de fantasmas, era llamarlos. –Dice Ulises mientras Piti se va.

Las palabras que dice Ulises, hace que Piti vaya con miedo por los pasillos hasta la lavandería, hasta tal punto de pegar la oreja a la pared y parecer que oye una respiración.

Son las ocho menos cuarto de la mañana. A Ulises le toca hacer guardia hasta que todos se despierten. Ve algo raro. Nota el ambiente como si alguien ya hubiese estado ahí antes. Va a la mesa, y ve algo extraño, pero no le da importancia, hasta que mira al suelo y ve unas gotas de sangre, por lo que investiga un poco más. Sigue mirando por el suelo y se encuentra un botón, botón que unas horas antes, Ramiro le había arrancado a Gamboa, y sigue mirando a ver si encuentra algo importante.

Se dirige hacia una de las paredes y ve algo raro, como una hilera de cables, por lo que sigue el trayecto a ver hacia donde le lleva, cuando despega algo que había atado y ante su sorpresa, cae sobre su propio peso algo que parece ser una bomba. Pero no es solo una, sino varias, toda la sala de maquinas está llena de bombas.

Piti, después de ir a la lavandería, va a la bodega a dejar unas cajas que le ha mandado el capitán cuando oye algo muy extraño. Coge una cámara y pregunta si hay alguien, pero nadie le contesta, de pronto, la luz se apaga y empieza a hacer fotos. Cuando todo parece acabar, la luz vuelve a encenderse y tirado en el suelo, mira las fotos que ha hecho y ve una cara movida.

Mientras que la doctora y el capitán dan los diplomas, Piti sigue pensando en la foto que ha hecho esta mañana.

Hoy hace sesenta y tres días que zarpamos desde el puerto de Valencia, hoy se supone que deberíamos saber la fauna y flora, y que deberíamos a ver acabado la beca del Estrella Polar, se supone que hoy, deberíamos tener buenos amigos, amigos de vacaciones, o navidad. Hoy seria el primer dia en el que esta experiencia marcaria el resto de nuestras vidas. Hoy deberíamos de haber llegado a puerto, a casa. Y esta es la única cosa que no se ha cumplido. La fauna y flora que hemos visto es incomparable a la que podíamos a ver visto, los amigos que tenemos se han convertido en familia. –Dice Julia.