Un ruido en el cielo.

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"Todos los padres del mundo un día nos hacemos la misma pregunta. ¿Cuándo nuestros hijos dejan de ser niños? Y es que los hijos se hacen mayores de un día para otro, sin anestesia y aunque de vértigo así es la vida y así debe ser.

Máx, está metido en la ducha mientras Piti, le llena con agua caliente y Ainhoa le cura las heridas.

-Máx, te marchaste sin decir nada a nadie, lanzaste una bengala, nos han intentado matar y ahora vienes igual que fuiste, de sorpresa.

-No os puedo contar nada, no me creeríais.

-Estamos dispuestos a todo.

-Ellos no son amigos nuestros, Ainhoa. No lo son.

Piti, llega y corta la conversación.

-Chicos, este es el último cubo de agua. Después ya estará todo.

-Voy a hablar con mi padre, no quiero que sospeche.

-Se te nota mucho. Lo de Ainhoa, digo. –Dice Piti.

-¿El qué se me nota?

-Pues que estás colado de ella. Mira, te voy a dar un consejo, si quieres saber si ella también está hasta las trancas de ti, cuentale un chiste malo y si se ríe, la tienes en el bote.

-Lo haré. –Dice Max, por complacer. –Pero ahora, quítate esa ropa. Esa es la ropa que ellos llevan. No me gusta verte con ella puesta.

-Mi antigua ropa olía como un día después de pedo.

-Voy a ir al campamento a alertar a todos y que se vengan con nosotros, si es verdad de lo que dice Max, es mejor que nos pille a todos juntos. –Dice Ainhoa.

-Voy yo, Ainhoa. Tú quédate aquí. –Dice Piti.

Coge un arma y se marcha hacia el campamento, sin saber lo que puede ocurrir.

En una piedra, De la Cuadra está sentado pensativo hasta que llega Salomé y todos los pensamientos se le van de la cabeza.

-La última vez que te vi así de pensativo, fue cuando se te acabaron los puros. ¿Qué te pasa? ¿Es por Ulises?

-Sí.

-No te preocupes, mañana ya le estarás achuchando.

-No. Ulises no está en el barco. Algo extraño pasó en el edificio y Ulises estaba allí.

-Anda, no digas eso. Si hubiera pasado eso, Ricardo te lo hubiese dicho.

-No, igual que yo no le he dicho que su hija está en medio del bosque buscando a los que nos están intentando matar. Esas cosas no se dicen por walkie. Sino en persona.

-¡¿Dónde está Gamaboa?!

Los dos se levantan sobresaltados, porque no esperaban a nadie. Cuando ven a una mujer pelirroja con algunos de sus hombres y van armados.

-No lo voy a repetir, ¿Dónde está Gamboa?

-Gamboa, no está en la isla, se quedó en el barco. ¿Algún problema? –Dice Julián.

-Uno muy grande. –Dice la mujer dándole un golpe en la cabeza, tirándolo al suelo.

Ricardo entra en la cocina con los ruedines de la bici de Valeria.

-Buenas, Ventura. –Dice Ricardo.

-Vaya, los ruedines de la bicicleta de Valeria. Me parece a mí que alguien se está haciendo mayor. –Dice Ventura.

El Barco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora