Los pies en el cemento.

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"En el cole había unos columpios muy altos con un montón de escaleras y que costaba mucho subir. Y cuando estabas arriba y mirabas al suelo, te entraba un miedo muy grande. Porque ya no podías bajar. Lo único que podías hacer, es cerrar los ojos y tirarte".

Todos se han reunido en el aula para que Julia, les explique lo que está sucediendo y el plan que van a hacer para cuando el barco caiga y pueda sobrevivir a la caída.

-Debido a la tormenta, la corteza terrestre, ha hecho que se formen grietas en el mar. Para que eso acabe, lo que tiene que hacer, es llenarse. –Dice Julia.

-¿Y cuánto puede durar eso, doctora? –Pregunta Salomé.

-Tres días, doscientos años. No lo sabemos No sabemos ni siquiera si la altura es de cincuenta metros o de mil kilómetros. –Aclara Julia.

Todos empiezan a murmurar llenos del pánico. De todo lo que les ha pasado, es en ese momento, en el que más temen por sus vidas. Ricardo, les intenta convencer de que todo va a salir bien, pero no es hasta que Gamboa aparece, cuando se desmonta todo.

-Lo que va a hacer es un suicidio. –Dice Gamboa.

-¿Qué le ha pasado? –Pregunta Ricardo mirándole con dolor al verle la cara.

-Nada, dos chicos enamorados de la misma chica hemos tenido un encontronazo. –Explica Gamboa.

Inmediatamente, todos saben quien es la otra persona. Pero ahora mismo, no se encuentran como para entrar en más detalles.

-Podremos salir de estas, como hemos podido salir de todas las demás. –Anima Ricardo.

-No, no vamos a poder salir. Estrellará el barco y se romperá en dos, cayendo todos encima de todos y muriendo aplastados. –Grita Gamboa. –No sé usted, pero yo no quiero participar.

Gamboa se va de la sala y se marcha. Ricardo hace lo mismo. Todos se empiezan a preparar para lo que el capitán les ha pedido y en la sala sólo se quedan Julia y Julián. Cada uno pensando en todo lo que podrían hacer, pero quizás no van a poder hacer.

Ainhoa se encuentra en el baño con Valeria, curándose el golpe de Ulises. Le está explicando lo que va a suceder, pero de una forma que a su hermana no le dé miedo. Entonces, aparece Ulises, y los dos se buscan la mirada, pero sin querer encontrarla. Los dos con vergüenza, pero queriéndose, Ulises siente rabia, porque ya que habían dicho a los cuatro vientos que se querían, siempre pasaba algo que lo estropeaba.

Todos se encuentran en los pasillos colocando las redes de pesca donde se colocarán para luego cuando el barco caiga en picado no darse de bruces contra el suelo y morir, Vilma y Piti están repartiendo walkies para que estén comunicados en todo momento. Y como el capitán les ha pedido que no piensen en lo que va a pasar, Piti, decide hacerlo.

-¿Con cuántos años perdiste la virginidad?

-Con diecisiete. –Dice Vilma.

-¿Dónde?

-En la cama de mis padres.

-¿Y no dio asco dejarle todo el kepchup?

-Pues no, porque luego quité las sábanas.

Vilma se empieza a cansar de las preguntitas y le pide a Piti que acabe.

-El capitán a pedido que tengamos la cabeza en otra cosa, pues yo lo estoy haciendo.

-Sí, el capitán ha dicho que pensemos otra cosa, pero no en la cantidad de cosas, sino en la calidad.

-Bueno, sólo una pregunta. ¿Cómo se llamaba el padre de tu hijo y como lo conociste?

El Barco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora