La energía que mueve el mundo.

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"Cuando te pasas cinco horas al dia en un confesionario, oyes cualquier cosa. Te hacen preguntas. Preguntas, de sobre que hay después de la muerte. Yo no sé qué es lo que hay después de la muerte. Me gusta pensar que hay un mundo mejor, un dios que distinguirá lo bueno de lo malo. Que comerá patatas fritas y le gustará Bob Dylan. Un dios que no permitirá que una chica de 21 años, se la trague el mar. Un Dios que a los asesinos, les permita entrar por el agujero de una aguja, y que se asegurará de que la maldad no campe a sus anchas"

Todos están buscando a Sol, pero no la encuentran. No saben donde puede estar ni lo que le ha podido pasar. Ricardo, manda llamar a Piti.

-Capitán, me ha mandado llamar.

-Sí, mira. Llevamos mucho tiempo buscando a Sol, y no la encontramos. Es hora de empezar a creer que se ha caído al agua. Mañana pondremos rumbo a Tierra.

-¿Eso es para usted ser capitán? Como tiene la Tierra delante, no le importa nada lo que deje detrás. ¡Es eso! –Dice Piti, lleno de furia.

Ricardo intenta calmar a Piti dándole un abrazo y dejándole su hombro para llorar, cuando llega Gamboa.

-Sé que estamos de velatorio, pero tenemos dos noticias. Una buena y una mala. La buena, es que alguien se llevó una de las lanchas de salvamento y es que quien se la llevó no supo deshacer el nudo y cortó el cabo. La mala, es que está navegando sin nada de víveres, sin baliza de seguimiento.

-Pero eso no tiene sentido. ¿Quién iba a tirarse al mar de noche? Y ahora más, que hemos encontrado Tierra. Es un suicidio.

-No puede ser. Estuve con ella, todo el día, y no se le veía nada mal. –Dice Piti.

-Voy a sentar a alguien todo el día delante del radar para encontrarla.

-Así no se busca a nadie. Y usted lo sabe. –Dice Piti. –No me voy a quedar de brazos cruzados.

Salomé, está haciendo el recorrido de todos los días por los pasillos, cuando se encuentran a dos chavales hablando, los manda para los camarotes, pero ve algo extraño en la lavandería. Decide pasar. Se encuentra con Chuson.

-Cariño, es muy tarde. Hay que ir a dormir.

-Gotepa. –Dice cuando oye como golpes.

-En un barco, es muy normal oír golpes. –Dice Salomé, pero no se contenta.

Los dos se dirigen hacia la bodega para ver mejor que es lo que es.

-Yo, delante. –Dice Salomé. –Silencio.

Es el abuelo con Ratón.

-Se ha dormido.

Ricardo y Julia, están en la cama. No pueden parar de mirarse.

-Cuánto silencio. Antes lo odiaba, pero ahora lo echo de menos. Como Madrid en hora punta, los coches pasando, no sé. Me hacía sentir como en casa. –Dice Julia.

-¿Sabes lo que echo de menos? Nada. Todo esto es lo que necesito. Contarle un cuento a Valeria, darle un beso de buenas noches y acostarme todas las noches a tu lado y decirte que te quiero. Para mí, eso es sentirme en casa. –Dice Ricardo.

De pronto, se empieza a oír música. Ricardo, se levanta de la cama y sale del camarote. Es el camarote número 9, el de Gamboa.

-Veo que estáis de celebración. –Dice Ricardo, furioso.

-Sí, hoy hacemos un mes que estamos juntos y Estela me está enseñando a bailar merengue.

-Pues las clases de merengue por la mañana después de desayunar. Ha sido un día duro, por la pérdida de su compañero. –Dice Ricardo.

El Barco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora