100 metros de Tierra firme.

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"Cuando fuimos de vacaciones a Paris, mamá me llevó a una planta muy alta. Me dijo que se llaman rascacielos, porque son tan altos, tan altos que hacen cosquillitas a las nubes. Nos subimos a un ascensor que tenía un montón de botones, yo quería coger el último piso, pero no llegaba. Cuando llegamos a la última planta y miramos hacia abajo y las personas eran como hormigas. Allí hacía mucho ruido. Así que le voy a pedir a papá, que nos quedemos a vivir siempre aquí."

Todos están en cubierta viendo como enbelesados el edificio gigantesco que nace del agua.

-Papá, tenemos que ir a por Ulises. Él nos necesita. –Dice Ainhoa.

-Está bien, vamos a por Ulises. –Dice Ricardo.

Preparan toda clase de armas que puede que les sirva por si alguien quiere hacerles daño cuando Valeria aparece en el puente de mando.

-Valeria, hija, ¿Qué haces aquí? –Dice Ricardo mientras esconde las armas.

-Tengo que llevarle esta carta a mamá, porque ella me dijo que en los pisos más arriba pueden ver a los angeles y como mamá, es un angel tengo que llevársela. Porque se me está olvidando su risa, su cara, y yo no me quiero olvidar de ella ni que ella se olvide de mi.

-Mira hija, mamá nunca se va a olvidar de ti. Así que dámela y se la llevo yo.

Valeria se convence y le da un globo con una carta atada. Preparan todo y en dos lanchas se dirigen hacia el edificio.

Julia, está buscando a Gamboa y se va a su camarote, pero no encuentra nada. Nada más que un charco de sangre, sigue el camino de gotas que hay por el pasillo para encontrarlo.

-Ernesto, ¿Estás herido?

-Solo un rasguño.

Julia se acerca hacia él.

-¿Qué ha pasado?

-Me he disparado en la cara. Doctora, ¿Sabe coser un ojo? Con un tratamiento, conseguiremos que puedas ver por el ojo derecho, pero posiblemente, te quedes ciego.

-He visto olas tragarse el mundo, ¿Me quedan pocas por ver?

-¿Has visto un edificio salir del mar?

-¿Estáis ciegos? Estamos en un barco, ¿Quién no mataria por él?

Ramiro llega a toda prisa a la enfermería.

-Julia, ¿No estamos solos, verdad?

-Gamboa. –Dice Ramiro.

-Si es tan amable, Julia. Que no se entere nadie.

-No quería, de verdad.

-Ramiro, todo está bien. Los accidentes ocurren, pero entre los amigos nos perdonamos. ¿Porqué seguimos siendo amigos, no? Ahora tienes que ser mis ojos. Me debes una.

Los demás ya han llegado al edificio y se encuentran con Manolito. Recorren los pasillos sin huella de Ulises.

-Capitán, tienen aquí a un montón de muertos. –Dice Piti.

Llegan a un salón, donde hay un piano.

-Buenos días, tripulantes. –Dice el muchacho que estuvo cuidando de Ulises.

-¿Dónde está mi hijo?

-Cuando vimos su barco, pensamos que era un espejismo, pensábamos que íbamos a morir en este edificio.

Cuando dice eso, empieza a salir gente y gente que se quedó en ese edificio cuando sucedió la tormenta.

-Te he hecho una pregunta. –Dice Julián. -¿Dónde está mi hijo?

El Barco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora