El Barco.

El dueño del mundo.

"Antes la vida, era sota, caballo y rey. Los días por la mañana, eran recoger al nieto en la escuela, los churros en el bar de Mariano y sentarme a escuchar el partido. Ahora ya no hay atasco, ni churritos, ni champions, ahora nos levantamos temprano para pescar desde una ventana del piso 114, por las tardes le enseño a mi nieto matemáticas, y las cosas ya no se compran por dinero, se empiezan a cambiar por otras. Parece que las cosas se han vuelto del revés. Pero cuando tienes 80 años, sabes que lo importante nunca cambia. Es que da igual, si los niños hacen las cuentas en un ordenador o en un papel, lo que importa es tener a alguien con quien compartir la vida, aunque sea en el fin del mundo."

Ricardo y Julia, siguen intentando salir del ascensor.

-¡Bájeme! No está atascada, no podemos salir por ahí. Es la presión del agua, estamos completamente hundidos.

Ainhoa prepara las cosas y se dirige al ascensor.

-Papá, ¿Me escuchas? Os voy a sacar de ahí, ¿Vale?

-¿Cómo?

-Voy a bajar por el ascensor paralelo y me voy a poner en el mismo lado para perforarlo y pasarles aire con la botella de oxigeno, porque sino van a morir antes de que pueda hacer nada.

-Si te vas a suicidar, ¿Porqué no te metes un bote de pastillas y te metes en una bañera?

-Ulises, ¿Estás ahí? Necesito tu ayuda. Mi padre y Julia, están atrapados y se van a ahogar.

El muchacho que todavía no ha dicho su nombre, sabe que no le va a dar tiempo si tiene que esperar a Ulises de donde quiera que esté. Por lo que mira la pantalla y ve que el ascensor está bajando.

En el puente de mando, Teo ha cogido el walkie y ha prohibido a Palomares que diga una sola palabra.

-Escúchame, Ainhoa. ¿Cómo vais a subir si se anega el otro ascensor?

-No lo sé, pero es que son mi padre y Julia, los que están ahí. Y no voy a ver como se ahogan. ¿Me vas a ayudar?

-Claro que te voy a ayudar. Pero creo que tu padre no está ahí encerrado por casualidad. Este ascensor estaba apagado y alguien lo manipuló, vuestro barco es la única salva de escape para salir. Un barco sin capitán, es mucho más fácil de robar y que una niña pianista, no va a poder hacer lo que quiere hacer.

-¿Me estás diciendo que deje a mi padre ahí abajo? ¿Y cómo sabes que soy pianista? –Dice Ainhoa.

Al ver que sabe cosas que no debería saber, le propina con el walkie en toda la cabeza, dejándolo inconsciente.

Burbuja ha encontrado una caja con un montón de fotos y documentos.

-¿Qué pasa Burbuja de qué te ríes? –Dice Vilma.

-Son fotos de aquí del hotel. Hay gente pasándoselo muy bien. Y montando a caballo. Es Estela, mira.

Vilma cuando ve la foto quiere pensar que no es ella. Como su amiga va a estar en ese hotel y no decir nada.

-No, no es ella.

-Sí, sí es ella.

-Pero no tiene ningún sentido. Justo en este hotel.

-A lo mejor no lo quiere decir, porque a lo mejor es un secreto y los secretos no se cuentan.

-¿Me la dejas por favor?

En el barco, todos han sido secuestrados. Están en el comedor sentados con las manos maniatadas.

-Lo hemos intentado, pero casi toda la tripulación está en el hotel. –Dice Dala.