Todo llega a su fin.

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387 días después.

Ahí está Ainhoa, vestida de blanco, con una diadema de flores, como siempre había querido, esperando al hombre de su vida. Todos empiezan a llegar, Piti con Vilma y Cho y el niño. Los invitados se colocan al otro lado de la pasarela, a unos metros de donde están Ricardo, Julián, Salomé y Julia. Todos felices, porque al final el amor ha vencido. Pero cuando Ulises, está de camino de la mano de Estela, que es su madrina, un temblor empieza a sentirse, llenando de miedo a todos, haciéndoles presagiar que todo ha vuelto a empezar. Las arras que Ainhoa lleva el día de su boda, se imantan con el coche, igual pasa con la bici de Valeria.

-Vuelve a pasar. –Dice Ricardo.

Ainhoa se levanta sobresaltada. A su alrededor no ve a nadie. Está sola, esta noche, Ulises no ha dormido con ella, por eso de que el novio no puede ver a la novia antes de la boda. Las chicas, entre ellas Julia, han dormido todas juntas en una de las casas, lo mismo han hecho los hombres.

-Ainhoa, ¿Qué te pasa? ¿Nerviosa? –Dice Julia, mientras está preparando el desayuno a las demás, de todas, ella es la única que no bebió, todo sea por el niño.

-Nada, deben de ser los nervios. Pero he soñado que volvía a ocurrir, otra vez, lo del fin del mundo. –Dice Ainhoa, nerviosa.

-No te preocupes. Nada de eso va a pasar. Tenemos controlado todo tipo de contratiempo, ten en cuenta que ahora mismo el mundo en el que estamos, no conoce de cambio climático, es como si estuviésemos en una casa deshabitada. Todo está nuevo.

Las chicas, se empiezan a levantar. Unas con mejor caras que otras.

-En serio, no vuelvo a ir a ninguna despedida de soltera más. –Dice Vilma.

-Menos mal, que hasta que queda mucho hasta que haya otra boda...-Dice Estela, convenciéndose.

-Ujum. –Dice Mari Mar. -Bueno, siempre dicen que de una boda, sale otra, ¿No?

Todas se abalanzan sobre ella. Sonríen.

La mañana pasa rápida entre todos los preparativos y todo lo que tienen que montar. Cuando acaban de preparar la decoración, casi es la hora de la boda.

Ainhoa, lleva un vestido blanco, corte sirena, ha estado junto con Salomé un año entero confeccionándolo. Ha quedado como a ella, le gusta. En la cabeza lleva un moño, con las hojas que su hermana le ha encontrado por el campo. Va de la mano de Ricardo.

-Papá, ¿Crees que Ulises estará esperándome?

-Claro que sí, y sino lo hace, es el hombre más tonto del mundo. Me recuerdas mucho a tu madre. Vas preciosa. Le hubiese gustado estar aquí.

-Lo sé, papá.

De pronto, se empieza a sonar la música. Es Piti, haciendo ruido con un trozo de metal. A lo lejos de la pasarela, está Ulises, al lado de Julián. Está sonriente, no puede parar de mirarla, está bellísima, piensa.

-Gracias, Papá. –Dice Ulises.

-Anda, bribón. Gracias a ti. –Dice Julián.

-Por los poderes que me han otorgado, vamos a compadecer ante el sacramento del casamiento, ¿Estáis listos para decir vuestros votos? –Dice Palomares.

-Yo, Ainhoa Montero, te quiero, te adoro, me haces la mujer más feliz del mundo, me ayudas a ser mejor persona, a saber que lo bueno, tú, me lo merezco. Espero pasar el resto de mi vida contigo, tener muchos hijos, o por lo menos los que se puedan, como salgan a ti..., te amaré y respetaré, hasta que otro acelerador de partículas nos separe.

-Yo, Ulises Garmendia, te prometo respetarte, hacerte cosquillas, robarte besos cuando no te des cuenta, quitarte la toalla cuando sales de la ducha, tener muchos hijos o por lo menos intentarlo, ya sabes. Te amaré y respetaré, hasta que otro acelerador de partículas nos separe.

-Dicho esto, si no hay nadie que tenga que decir algo, que hable ahora o que calle para siempre. –Dice Palomares. –Yo os declaro, marido y mujer. Puede besar a la novia.

Ulises coge a Ainhoa y le da un beso, por fin están casados. No se lo creen. Algo ha salido bien, nada que ver con el sueño que han tenido.

La ceremonia pasa sin problemas, todos beben, comen, disfrutan, saltan, juegan. Todo está saliendo a pedir de boca. Ulises, no se cree que todo esté bien.

-Chivata, ¿No estás contenta de ser la Señora Garmendia? –Dice Ulises, cogiendo a Ainhoa por la cintura.

-Más que eso. No hay palabras para decirte lo que siento. No tendré años de vida para agradecértelo. Todo lo que has hecho por mí.

-Yo sé una forma de empezar a agradecérmelo. Aunque seguro que tendremos que repetir. –Dice Ulises, acercándose a su boca y besándola.

Los novios dejan la boda, se marchan a la que a partir de ahora va a ser su casa. Está justo al lado de la de Palomares y Piti, que viven juntos, pero cada uno en una planta diferente.

Julia y Ricardo, están sentados con su niño y Julián y Salomé y el pequeño Roberto en la playa, a la luz de las velas, con el calor de verano.

Burbuja y Mari Mar, están dando un paseo por la orilla, tienen que recobrar todo el tiempo que han perdido, y también se marchan a su pequeña casa.

La vida en Isla Julia, pasa dulce, bien, sin contratiempos, disfrutando de cada momento, pero lo importante, juntos. A los nueve meses, la pequeña Valentina nace del matrimonio de Ulises y Ainhoa, una niña preciosa.

Ramiro y Estela, dan un paso más y también se casan. Pero esta vez con un invitado especial. El hijo de ambos.

Para sorpresa de todos, Piti y Vilma, retoman su relación, a pesar de que esta estaba casada con Cho, aun así, este lo entiende y sigue haciendo su función en la familia, que es la de padre del pequeño.

Al final, lo que tanto han luchado ha servido para algo.

-Quizás, no hemos conseguido lo que estaba en el Proyecto Alejandría, pero nada de lo que podríamos haber conseguido, puede superar a lo que tenemos ahora. Una gran familia. –Dice Roberto a Mari Mar. 

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⏰ Última actualización: Sep 19, 2017 ⏰

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