No estamos solos.

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" El primer día después de las vacaciones te encuentras con todos tus compañeros. A unos les había crecido el pelo, a otros se les había caído algún diente, y otros estaban más altos que antes del verano. Pero además de tus amigos, siempre había niños nuevos que venían de otros coles, al principio no les conocias de nada, pero después de jugar en el recreo se convertían en tus nuevos amigos igual que los de antes. Porque como decía mi mama lo importante es hacer amigos nuevos, da igual de donde vengan."

Todos están como locos hablando con los astronautas, preguntándole cosas, diciéndoles que sus coordenadas estaban bien, pero en eje vertical. Salomé se encuentra en cubierta, desde hace una hora mira sin para a Julia, que está haciendo ejercicio sin parar, ella sabe porqué se castiga así, es por Ulises. Cuando Julia para, le intenta dar un consejo. Hasta que llega Burbuja y les comunica que están hablando con ellos, Julia se va corriendo, pero Salomé mira hacia delante y ve una grande tormenta, pero sabe que no es una tormenta normal.

--Si hablamos todos a la vez, no nos vamos a entender. –Dice Ricardo. –Cuentenos.

-Estamos en una situación crítica, han dejado de generar oxigeno, en tres horas y cuatro minutos nuestros asientos se caerán y en cuarenta y cinco minutos caeremos a cinco millas de donde están colocados ustedes. –Dice el astronauta. –Es sencillo. Como nos caigamos al agua con la nave o nos rescatan dentro de treinta minutos o nos hundiremos. –Dice El capitán Hophis. –Todos empiezan a murmurar, es algo muy peligroso, una caída así podría romper el barco.

-Le doy mi palabra de que le rescataremos.

-Gracias. No sabes lo que significa esto. Nos creíamos muertos. –Dice el astronauta.

-¿Ven Tierra? ¿Han visto una pequeña Isla al norte de las Ozores de tres mil hectáreas? –Pregunta Julia.

-El sistema de visualización se visualizaba desde Houston y para que nosotros lo pudiésemos ver, debería de tener una longitud como Nebraska.

Cuando dice eso, todos vuelven a murmurar, la pequeña esperanza que tenían de que ellos sí hubiesen encontrado Tierra, desaparece.

-¿Podemos hablar? ¿A solas? –Dice el astronauta.

Todos empiezan a irse. Ramiro coloca un camarote para ellos y los demás una fiesta. Ulises mira con recelo a Ainhoa y la sigue con la mirada, pero debajo la atenta mirada de Gamboa.

-Una cápsula cayendo del cielo y un barco sin combustible. Yo no me molestaría, no creo que salga bien. –Dice Gamboa. –Te necesito en treinta minutos en bodega para que me enseñes el transpondedor.

-Y yo necesito respuestas. –Dice Ramiro.

-¿Necesitas respuestas? ¿Y qué respuestas quieres? ¿Tres? Tres preguntas, tres respuestas. Así que elige bien. –Dice Gamboa.

-¿Enserio? –Dice Gamboa.

-Ya has acabado con la primera. Y la respuesta es sí. Te quedan dos. –Dice Gamboa. –Era broma.

-¿Pilar? ¿Está muerta? –Dice Ramiro.

-Muerta, y sepultada bajo miles de toneladas de masa tectónica y litros de agua. –Dice Gamboa. –Treinta minutos en bodegas. –Dice esto y se va.

Burbuja da órdenes en cubierta para que todo salga bien y puedan caer a salvo.

Ulises ve a Ainhoa y se sienta.

-Dame un segundo. Setenta y cinco metros de barco y veintidós de eslora da para mucho, si seguimos al pie de la letra del cuadrante no nos tendremos que ver la cara. Yo me ducharé de ocho y media a nueve menos cuarto, tú de nueve y cuarto a nueve y media, los turnos de comida, cena y desayuno, tu el tercero y yo el primero. Las salidas a cubierta, yo los lunes y miércoles y tú los martes y jueves. De las tareas hablaré con mi padre. Toma. –Dice Ulises y le da la hoja. –Ahora que lo pienso, esto no va a hacer falta. ¿Sabes porqué? Por que nadie se despierta por la mañana queriendo a alguien y a la hora de la siesta deja de quererle. Estuve ahí abajo dieciocho minutos, dieciocho, nadie deja de querer a nadie en dieciocho minutos, me da igual lo que me digas, sé que me sigues queriendo.

El Barco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora