El arte de la guerra.

423 8 1
                                    

Ya es de noche, todos los tripulantes duermen, todos, menos algunos. Ricardo, ha reunido a De la Cuadra, Gamboa, Salomé, Palomares y Ramiro en el puente de mandos para darles una buena noticia.

-Tripulantes, llevo varios días queriendo deciros una cosa. Una cosa que va a cambiar sus vidas. Hace unos días, Burbuja recogió otra vez al pato Manolito, y tras hacer varios estudios, descubrió que el pato estaba a cuatrocientas veinte millas de aquí, de Tierra. Hasta que nos dimos cuenta de que ahí en frente había una luz. –Dice Ricardo, señalando la ventana.

Todos que lo escuchan no saben como reaccionar. ¿De verdad, Tierra? Gamboa, sigue sin ilusionarse, porque sabe que si llegan a Tierra antes que sus jefes, todo lo que ha ocurrido hasta ahora, no será nada.

Todos se abrazan, se alegran, sonríen y salen a cubierta a ver esa luz de cerca.

-¿Estás seguro de que eso es la Tierra? –Dice Salomé.

-Cuando recibimos al pato Manolito, estudiamos varias cosas para no crear falsas ilusiones. –Dice Ricardo.

Ramiro, intenta decir que no es Tierra, por lo que le dijo Gamboa, pero no lo consigue.

No pueden dejar de mirar esa luz. Pero Ramiro, sabe que tiene un problema.

-¿Es Tierra de verdad? –Dice Salomé.

-Sí, es Tierra. –Dice Ricardo. –Burbuja, mándales un mensaje en morse para avisarles de que estamos aquí.

-Capitán, después de peregrinar como Moisés por el desierto, le doy las gracias por traernos a Tierra. –Dice Palomares.

Todos se arrodillan y dan gracias a Dios por que eso sea Tierra. Todos menos Gamboa.

Burbuja no cesa en mandarles mensajes a través del faro, pero no contestan.

-Es bonita la luz, ¿Verdad? –Dice Ricardo.

-Ojalá que los que estén ahí sean buenos. –Dice Burbuja.

-¿Por qué van a ser malos?

-Porque todos los que hemos visto han sido malos. –Dice Burbuja.

-Sigue mandando señales, tienen que contestar.

Burbuja se queda pensativo, como si esa luz fuese algo diferente a todas las demás.

Piti va a la colada y se encuentra con el primer oficial.

-¿Usted también se ha quedado sin calzoncillos?

-Calcetines, Piti.

-Tengo que pedirle disculpas por el numerito de julandron. Perdón. A partir de hoy, en ningún sitio va a estar mejor que en nuestro camarote.

-Lo agradezco. Si ustedes se comportaron como unos niñatos, yo como un nazi. Me cargué mi relacion y lo pagué con ustedes.

-¿Sabes lo que haríamos nosotros si estuviésemos en Tierra? Irnos a Torremolinos a ligar. Si estamos hechos unos jovencillos. –Dice Piti.

-¿Pero qué dice? Si yo ya después de lo de Salomé, no sé como empezar.

-Bueno, eso con unas noches de práctica se aprende. Ya ves, yo lo hago y me funciona. Es lo que tiene el tonto del chicle.

-Piti, dame el chicle. No, el que tienes en la boca. Dámelo.

Piti cree que se lo va a poner a él en la cabeza, pero no, De la Cuadra se lo pone en su frente.

El Barco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora