La Boda.

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"La gente se casa, porque se quiere. Pero también porque llega el momento que le apetece gritar a los cuatro vientos que está enamorado hasta las trancas. Y es que un día conoces a alguien en la cola del supermercado y poco después te sorprendes haciendo cosas que pensaste que nunca harías. Cosas como untarle la mantequilla en las tostadas, dejarle tu lado de la cama o ver una película romanticona en vez del futbol. Cuando te casas lo compartes todo. Y lo flipante es que te encanta hacerlo. Tú le has dado en la diana. Porque por fin, has encontrado al amor de tu vida. Pero cuando te casas con alguien, también te casas con todo lo que lleva en la mochila. Todos tenemos una vida anterior al menú degustación, todos tenemos secretos, secretos que lamentablemente, no se esfuman, después del si quiero. "

Todos están preparando los últimos preparativos de la boda. Julia, está viendo el vestido de novia, haciéndole unos retoques, ya que le queda un poco grande, Valeria les está haciendo el regalo de novios, son unas tazas con sus caras.

Julia, está en el aula probándose el vestido, cuando aparece Gamboa.

-¿Se puede?

-No.

Gamboa, pasa igualmente.

-Dos horas para ser la señora Montero, ¿Quién lo iba a decir? ¿Estás nerviosa?

-¿Has venido a matarme?

-¿Qué imagen tiene de mi, Doctora?

-No me hables como si fuera una idiota, casarme con el capitán no estaba en los planes del proyecto. Pero me da igual. Se acabó el proyecto, las mentiras. Me salgo. Estoy enamorada, y voy a hacer lo que hace la gente feliz.

-Ojalá fuese así. Usted sabe que este trabajo no es como todos. –Dice Gamboa, sujetándola del brazo. Pero lo que no saben, es que Valeria, los está viendo.

-Sabes lo que es hacer las cosas por amor. Tú también te casaste, tuviste una familia. Tuviste hijos. A medio día estaré en el altar, casándome con el hombre que amo. Así que si me quieres matar, tienes dos horas.

Gamboa se marcha.

Julián, está tan nervioso como el novio.

-¿Quién iba a decir que se nos casaba? –Dice Julián.

-Ya ves, quien lo iba a decir. –Dice Salomé.

-Yo pensaba que íbamos a encontrar Tierra e íbamos a estar juntos. –Dice Julián.

-Ya, y yo también. –Dice Salomé.

Ainhoa le está peinando para el gran día y conversan.

-Oye, ahora que vas a ser mi madre, ¿Me vas a tratar mal, y me vas a hacer fregar las litrinas?

-Idiota. ¿Cómo me vuelvas a llamar madrastra, te tiro por la borda?

-Tengo un regalo. Mira. –Dice Salomé, apareciendo por la puerta.

Le enseña un vestido de novia. Precioso.

-Salomé, no te tenías que haber molestado. –Dice Julia, enamorada del vestido.

Julián ve algo raro por el ojo de buey. Algo brillante. Manda ordenes de que supervisen que es.

­-Te queda genial. –Dice Ainhoa.

-¿Habéis visto a Julia? –Dice Ricardo, entrando de sopetón en el aula. Julia, sonríe enamorada.

-No, papá, sal. No puedes ver a la novia antes de casaros.

-Trae mal de ojo. –Dice Salomé.

El Barco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora