El cura y el doctor Frankenstein.

515 15 0
                                    

"Mi papá dice, que los fantasmas y las brujas no existen. Que no hay monstruos en los armarios ni debajo de la cama. Que son de mentira, que él no ha visto ninguno. Mi tío Julián, dice, que si existen, porque dice que el ratoncito Pérez, nunca lo ha visto y siempre le han traído regalos. Yo creo que las cosas increíbles si que pasan, porque aquí en el barco de papá, no han dejado de pasar y todos los hemos visto.

Ricardo está soñando, sueña con que está con sus hijas y Julia en su casa, cenando normal, como una familia normal, pero algo le molesta. Algo suena. Abre los ojos y oye el juego de Valeria, el tío Vivo, en un principio, piensa que es Valeria la que está jugando con él, pero cuando se levanta y ve que Valeria está dormida plácidamente, no lo entiende. Se levanta a apagarlo cuando empiezan todos los juguetes a encenderse y a corretear por toda la habitación. Valeria, está contentísima, porque por fin, su sueño se ha hecho realidad, que los juguetes, cobren vida.

Ricardo que ya sabe, que en el Estrella Polar, no puede haber un día normal, sale de su camarote, para comprobar que a los demás también les ha pasado lo mismo.

-El barco funcionó como si nos hubiésemos acercado a una torre de alta tensión. Se encendió todo. Desde los juguetes de tu hija, hasta el microondas. –Dice Julián.

-Hay que decir a los chicos que no usen ni el agua, ni los grifos, nada que le puedan hacer calambres. –Dice Ricardo.

Ricardo y Julián, se dirigen a los baños para alertar a los tripulantes de que no usen el agua ni ningún utensilio de metal. Cuando acaban, Julián lleva en la mano uno de las lámparas que han quedado en buen estado para guardarlos y que no se rompan y cuando pasan por el pasillo, algo extraño ocurre y la lámpara se enciende. Por lo que deciden ir en busca de Julia para que le explique que es todo lo que está ocurriendo.

Julia y Salomé, están en cubierta tomando el sol.

-¿No crees que deberías quitarte la parte de arriba? Se te va a quedar marca. –Dice Salomé a Julia.

-Si hombre, para chasco y que nos vea alguien.

-¿Ves a alguien? Yo no veo a nadie. A demás, no creo que pase nada, creo yo, que son bastante mayorcitos y hayan visto algún que otro pecho.

-Ay, Salomé.

-Vas siempre con el freno de mano echado. Y no quieres darte cuenta de que te mueres por el capitán.

-¿Y tú crees que quitándome la parte de arriba me voy a dar cuenta de que lo quiero?

-Es un primer paso.

Julia sabe que Salomé lleva razón, pero no quiere dársela. Pero no sabe porqué, pero se arma de valentía, da un trago a su coca cola y se quitan las dos a la vez la parte de arriba. Con la mala suerte de que Julián y Ricardo suben a cubierta y las ven. Ellas no se dan cuenta, pero ellos sí.

-Julián, ¿No me digas que te has enfadado? –Dice Ricardo.

-¿Qué me voy a enfadar? Están tomando el sol y ya está. –Dice yendo despavorido por el barco.

Estela y Ulises les ha tocado limpiar la comida de hoy y los platos y cubiertos. Estela es la que se encarga de limpiar los cubiertos cuando al tocar el grifo con un tenedor, ve que hace contacto y se ve como la corriente. Esta avisa a Ulises para que lo vea también y Ulises le aconseja que no lo toque antes de que le haga daño. Cuando de pronto, aparece Valeria.

-Buenos días, princesita. ¿No me das un beso de buenos días? –Dice Ulises muy cariñosamente.

-Toma, esto es sólo para ti. –Dice Valeria, dándole una nota bajo la atenta mirada de Estela que está haciendo como que no lo está viendo.

El Barco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora