Un punto en el radar.

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"Cuando era pequeña tenía muchas muñecas. Un oso, un balón, una caja de cromos, una consola y un cajón lleno de juguetes a los que no hacía ni caso. Pero mi madre decía que lo importante no eran los juguetes sino tener con quien jugar. Y tenía razón, porque ahora casi no tengo juguetes, pero tengo muchos amigos con los que jugar".

Un nuevo día empieza para Ainhoa, se levanta pensando que está en su camarote, pero al echar un vistazo a su alrededor cae en la cuenta de que no, entonces se le viene a la mente, que está viviendo con Gamboa.

-Buenos días. –Dice Gamboa cuando sale de la ducha y ve a Ainhoa que se va con sus cosas de baño.

-La cama un poco pequeña, pero bien. –Dice Ainhoa medio dormida. –Quería pedirte disculpas por lo de ayer, es que estaba super cansada y me quedé frita. Me voy a duchar a bajo, que tengo las cosas en la taquilla.

Ricardo está mirando por el catalejo el barco que hay ahí fuera. Piensa que es genial que pase eso, la posibilidad de que haya más gente viva, serviría para incentivar a los alumnos y a él mismo.

-Ahí está. A tres millas. –Dice Ricardo.

-Igual no fuimos los únicos que sobrevivimos a la catástrofe. –Responde Julián.

-Hay algo que no me gusta de ese barco. –Dice Ricardo.

-Pues no sé porque, yo no veo nada raro.

-¿Entonces porque no han contestado a nuestras llamadas? No es solo eso, mira la bandera.

-Está hizada al revés. –Dice Julián mientras mira al barco.

-Una petición de ayuda, pero, ¿Dónde está el problema?

Ainhoa está sola en la ducha aprovechando que la mayoría está durmiendo o que ya lo ha hecho. Cuando de pronto aparece Ulises.

-¿Qué haces, qué haces? –Dice Ainhoa con la espuma a medias de quitar.

-Pero los baños son mixtos, ¿No? –Dice Ulises.

-Ya, pero ahora mismo no hay nadie y me quiero duchar sola. Sal.

-Pues apagamos la luz, así tú no me ves, yo no te veo y no me tengo que esperar a que termines muerto de frío. –Apaga la luz y se adentra a las duchas.

Ainhoa coge su champú y lo agita para que le caiga en la mano, con la mala suerte de que se le ha acabado.

-¿Oye? ¿Tienes champú?

-No podemos compartir ducha pero si champu, ¿No? –Dice Ulises.

Ainhoa se unta el pelo con el supuesto champu que le ha dado Ulises cuando se da cuenta de que eso no es champú si no cebo para la pesca, alguien ha debido de adelantarse a hacerle una broma.

-No, no, quítamelo, quítamelo, que me da mucho asco, por favor.

-Salo, ¿Yo conozco a una chica que se llama Marimar? –Dice Burbuja a Salomé en la cocina.

-Madre mía que día llevo. –Dice cuando se le cae toda la bolsa de arroz. –No, no conozco a nadie que se llame así.

-¿Seguro? Por que tu salías en mi recuerdo y la llamabas Marimar.

-Te estoy diciendo la verdad.

Salomé está preocupada, no quiere que vuelva a recordar y que vuelva a pasarlo mal y a saber quien es el verdadero Burbuja.

El Barco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora