Al día siguiente, tan pronto como abrí los ojos, me encontré con mi papá, de pie, rebuscando entre mi armario.
—Buenos días, hijo—saludó sin darse vuelta.
—Buenas—contesté, entrecerrando los ojos. La luz que se filtraba por la ventana era tan intensa, que ya intuía que sería un día caluroso—.¿Qué estás haciendo?
—Estoy preparando tu ropa para salir a correr.
—Oh no...—murmuré, escondiéndome entre las sabanas.
—Oh si. Así que comienza a prepararte, el desayuno ya está listo.
Cerré los ojos, y poco después, sentí como las sabanas volaban, y mi remera de Batman y mis boxers quedaban a la vista.
—¡¿Qué haces?!—exclamé enojado. Mi papá se limitó a darse la vuelta y salir de mi habitación, dejando la puerta abierta.
Indignado, por ultima vez me recosté, y mirando el techo azul de mi habitación, observé las pegatinas que estaban allí desde hace años.
—Será mejor que me apresure—susurré, mientras sobaba mis ojos.
Cuando terminé de vestirme con otra remera negra de Batman, y de colocarme un pantalón cómodo, del mismo color, junto a unas zapatillas deportivas, salí para toparme con mi hermano y mi papá desayunando.
Ambos estaban sentados, con tazas en mano, y comiendo tortillas. Resignado, pasé de ellos, y me senté en el sofá.
—¿No vas a desayunar, Todd?—preguntó Nicholas, mientras tomaba de su taza.
—No tengo hambre—le respondí seco. A los minutos, mi papá se levantó de su asiento, y se paró en el recinto de la puerta.
—Vamos.
Y con ello, salí afuera.
—Es peor de lo que imaginaba—murmuré, arrugando el entrecejo, mientras cubría mis ojos, con las manos. El día estaba rodeado de una humedad de lo más fastidiosa, y ni hablar del calor que hacía.
Y decir que la humedad y el calor no eran una buena combinación, estaba de más.
Mi papá, se colocó sus auriculares, y comenzó a trotar por la vereda.
Me estiré un poco, y comencé con la tortura.
Después de un largo rato trotando apenas, y con el mayor esfuerzo posible, me encontraba totalmente sudado. Era poco decir que daba asco.
—¡Vamos Todd! Al menos debes poder pasar la media hora—gritó, mientras me daba la espalda, y continuaba con el trote sin parar ni un segundo.
¿Cómo hacía para no cansarse?
Apenas sudaba, y yo parecía haber sido mojado de pies a cabeza.
Mientras a duras penas le seguía el paso, recorrimos el vecindario en los que muchas señoras salían con bolsas de compras, y nos miraban con sonrisas.
Después de todo, era de mañana, y un domingo.
Apuesto a que eramos como un espectáculo mañanero.
O eso pensé hasta que me crucé con Simon.
Estaba en la calle de enfrente, y llevaba un pantalón corto, una camiseta, y sandalias. Todas de un color rosado. A pesar de que llevaba su bolsa de papel habitual, pude intuir que estaba sonriendo. Aunque no estaba solo. A su lado había una señora mayor, también sonriendo.
Mi papá frenó de golpe, y yo terminé golpeando su espalda. Sobé mi frente, y él sin inmutarse, revisó su reloj.
—Muy bien. Pasamos los 30 minutos.
—Entonces ¿Terminamos por hoy?—él se dio vuelta, y me miró con una sonrisa.
—Si, ahora eres libre, Todd—dijo antes de comenzar a correr de nuevo, pero por el lado contrario.
Ahora que me daba cuenta, solo faltaba una calle para llegar a mi casa.
De reojo, visualicé a Simon, que me hacía gestos con las manos. Miré a ambos lados, y al comprobar que ningún auto pasaba por allí, crucé a la calle contraria.
—¡Hola, Todd!—saludó el chico de rosa.
A lo que no hice más que corresponder su sonrisa.
—Hola, Simon.
Canción en multimedia: Imagine Dragons - It's time
¡Gracias por leer! <3
-Carla-
ESTÁS LEYENDO
¿Ya soy bonito? (BL)
Short StoryTodd es el que a diario tiene que sacar la basura. Solo que un día, se encuentra con un chico, vestido totalmente de rosa, y con una bolsa de papel en la cabeza. ¿Qué puede haber de raro en algo así? Todd es un chico malhumorado, y con sobrepe...