Twenty two - Shiver

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Canción en multimedia: Lucy Rose - Shiver


—Así que Todd eh...—mencionar por primera vez mi nombre en voz alta para dirigirme a otra persona, me producía de alguna manera una sensación incomoda y extraña.

Aunque si lo pensaba detenidamente, en esta ocasión no era hacia una persona.

Los ojos verdes de Simon pestañearon varias veces antes de abrirse completamente, y se posaron vacilantes y con un deje de nostalgia sobre la calle, observando con atención cada uno de los automóviles que transitaban. Hacía bastantes minutos que permanecíamos de esta manera.

En silencio, permitiendo que la lluvia continuara sobre nuestras cabezas.

El gato Todd comenzó a removerse inquieto aún con los ojos cerrados, y fue entonces que Simon extendió su mano, y depositó suaves caricias sobre su pelaje gris. Un color similar al que ahora permanecía en el cielo.

—Parece ser que tiene una pesadilla.

Simon elevó su cabeza, y nuestra cercanía desapareció. Adoptó una postura correcta, mientras sus ojos observaban cada uno de los movimientos de Todd Jr.

Luego de aquello comencé a sentirme algo extraño.

Pensamiento que intenté disimular mientras me levantaba, y sentía como las gotas impactaban en mi rostro con suavidad. Era una llovizna, y lo más probable era que terminara enfermo si no me apresuraba en llevar a aquellos dos a casa.

Dispuesto a despedir a Simon para evitar su resfrío, me voltee solo para notarlo murmurando en voz baja.

— ¿Qué sucede?

El chico de rosa alzó sus ojos directo hacia mí, y negó con la cabeza repetidas veces.

—Nada. Solo... solo estaba pensando en algo.

— ¿Estás seguro? —repetí mientras me inclinaba sobre él, y rodeaba con mis brazos al pequeño gato.

Fue entonces que noté como sus manos temblaban e intentaban entrelazar mientras se ponía de pie.

En ese momento no pude evitar tomar aquellas manos, y sostenerlas cerca de mi rostro.

Frías.

Sus manos estaban frías.

Simon abrió sus ojos sorprendido, y solo me dediqué a transmitirle un poco de mi calor corporal, mientras notaba al gato moviendo su cola incesante, y al chico de la bolsa de papel finalizando su temblor.

—Debiste decirme que tenías frío. No hagas que me preocupe—susurré apacible. El gato saltó de mis brazos, y Simon recostó su cabeza en mi pecho, cerrando sus ojos verdes.

Podía sentir su respiración lenta en la zona de mi cuello, logrando algunas cosquillas.

Mis brazos no tardaron en rodearlo por completo.

Fue un cálido abrazo.

Y por un momento, desee que nunca terminara.


¿Ya soy bonito? (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora