Thirty eight - Sweet creature

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En multimedia: Harry Styles - Sweet creature


Un suspiro.

Dos suspiros.

Tres suspiros.

Apoyé la bolsa de basura en el canasto con todo el tiempo del mundo, y sacudiendo mis manos en el pantalón de jean que llevaba puesto, me decidí a cruzar la calle. Cuando visualicé la casa, otro suspiro más se escapó de mi boca, mientras el temblor en mis manos era cada vez más evidente.

Era increíble la rapidez con la cual la confianza podía esfumarse. Dando paso, permitiendo, que el temor y la inseguridad cegaran a uno.

Aun así, armándome de valor, mi puño impactó sobre la madera, y retrocedí un paso. La puerta se abrió a los segundos, revelando a una pequeña figura.

— ¡Hola, Todd!

Me recibió un saludo alegre, y sonreí, mientras Simon tomaba mi mano sin preocupación alguna e ingresábamos a su casa.

Claro que solo él. En mi cabeza solo podía pensar en lo que sus abuelos dirían. Pero los minutos transcurrían, y no hallaba el rastro de ninguno de ellos. A pesar de que Simon abría su boca, y pronunciaba palabras, no podía oírlo.

Fue un breve momento en el cual mis oídos dejaron de funcionar, y luego, el sonido regresó.

— ¿Sucede algo? —preguntó Simon, colocando sus manos tímidamente en mis mejillas.

Negué con mi cabeza, y sonreí.

—Creí que estaría tu familia.

Esta vez él negó con su cabeza, y se alejó acomodando su postura frente al piano. Acción que me recordó mi falta de costumbre a una posición recta, ya que el dolor en mi espalda estaba presente, y punzante.

—No. Mis abuelos debían hacer algo, por eso salieron temprano.

—Entiendo... Simon, necesito preguntarte algo.

Sus dedos se encontraban colocados sobre las teclas cuando volvió a elevar su cabeza para observarme.

— ¿No te incomoda que nos vean juntos? —sus ojos se apartaron de los míos, e intenté arreglar mis palabras—.Quiero decir, ¿Te parece bien que nos tomemos las manos? —interrogué en un susurro.

Entonces, entrelazó nuestras manos sobre las teclas, y pensé en que últimamente Simon no hacía más que sorprenderme con sus acciones.

—Tienes miedo ¿Verdad?

Su pregunta me dejó en silencio, y cerré mis ojos para evitar mirarlo.

¿Por qué siempre daba en el clavo?

—Yo también lo tengo, Todd. Mucho desde aquella vez en el supermercado. Incluso desde antes—murmuró—.Pero, me gusta esta sensación. Si estás conmigo... puedo soportarlo.

Una sonrisa triste.

Fue una triste la que ésta vez le enseñé.

Recosté mi cabeza en su hombro, y suspiré pausadamente. De manera repentina, los deseos de llorar habían regresado.

—Lo siento. Lo siento tanto.

Acarició mi cabello, y su mentón se apoyó sobre mi cabeza. Entonces continué.

—...esa vez no fui capaz de protegernos. Tenía mucho miedo, y no estaba seguro de nada. No entendía como me sentía por ti, pero ahora lo sé. Será diferente a partir de ahora—prometí, mientras me separaba de su cuerpo, y sonreía al chico de rosa-. Quiero que estés conmigo.

Las simples arruguitas en los costados de sus ojos me demostraron sus sentimientos.

Extendí mi meñique.

— ¿Quieres salir conmigo?

Unió su meñique con el mío.

—Sí, novio.

Ambos comenzamos a reír, y solo lo acerqué a mí para rodearlo en un abrazo. Cerré mis ojos ante el tacto.

— ¿Todd?

— ¿Qué sucede?

—Quiero que lo sepas, que entiendas que sucede.

—Está bien—respondí, sintiendo como sus brazos apretaban fuertemente mi cuerpo.

Entonces, comenzó.

Y las lágrimas nos acompañaron.


¿Ya soy bonito? (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora