Fourty eight - Tomorrow

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En multimedia: Majiko - Morrow.


Simon.


Una suave brisa rozaba mi rostro, mientras mantenía mis ojos cerrados.

Podía escuchar como las olas chocaban entre sí, desplazándose finalmente en una sola al llegar a las puntas de mis dedos. A veces por la sorpresa mis pies se contraían, y se enterraban en la arena.

Extrañaba el mar.

Y ahora me encontraba frente a él de nuevo, aunque me hacía mucha falta una persona.

Pero había tomado una decisión en el mismo momento en que decidí retirar la bolsa de papel de mi cabeza, dejando al descubierto mi rostro.

Todd había conocido mi rostro finalmente, y fue tanta la seguridad en aquel entonces que al volver a casa, con todo el valor del mundo, tomé el teléfono entre mis manos temblorosas y marqué el número de mi mamá.

Cuando escuché su voz, sentí tanto miedo... pero a la vez, sabía que había llegado ese momento.

—Quiero regresar, mamá—del otro lado del teléfono recibí un sollozo y fue entonces que también me percaté de que yo también estaba llorando.

—Te estaré esperando, mi niño.

"Mi niño".

Es cierto... hace tanto tiempo no oía esas palabras.

Así que ahora me encontraba a horas del lugar donde había conocido y compartido tanto con Todd.

Solo en la playa.

Abrí mis ojos, y observé mi sweater rosa cubierto de arena.

—Todd... ojalá pudieras estar aquí conmigo—cubrí mi cuerpo con mis brazos, y dejé mi cabeza recostada sobre mis piernas flexionadas.

Pero no tenía el valor para llamarlo o volver a hablarle, porque mi familia quería que volviera a vivir en este lugar... lejos de Nicho, Joseph, mis abuelos y sobre todo... de Todd.

Suspiré y me puse de pie observando todo a mí alrededor. Si observaba más allá podía recordar toda mi vida allí, cada uno de los momentos que había vivido hasta antes de este año, pero ahora solo me sentía ajeno, como si solo estuviera de visita.

O tal vez así era.

Lo cierto es que quería volver a estar con mi mamá y papá pero también quería regresar.

Tomé mis zapatos y comencé a caminar hacia mi casa, que se encontraba a unas calles de la playa. Por esa razón, solía venir casi todos los días con mi familia a este lugar tan pacífico.

Pero mientras caminaba solo llegaban recuerdos de la primera vez que vi a Todd.

Ya había pasado tanto desde entonces y ahora estaba en mí lo que definiría todo.

— ¿Qué debería hacer?

(***)

—Mamá, papá. Necesito decirles algo.

Ambos se encontraban preparando la cena y se detuvieron en cuanto los nombré. Mi mamá me dedicó una sonrisa y se sentó en la silla de la cocina mientras limpiaba sus manos.

— ¿Tomaste una decisión?

Asentí con mi cabeza, y mi papá rio.

—Te lo dije. Nuestro niño se irá—no pude evitar la sorpresa y confundido negué con mi cabeza repetidas veces.

— ¿Cómo...?—se miraron entre sí, compartiendo una sonrisa, y luego me observaron a mí.

—Cambiaste, mi niño. No sé qué sucedió pero cambiaste en todo ese tiempo que estuviste lejos de nosotros—ella miró sus manos, nerviosa, y volvió a levantar su mirada. Esta vez parecía decidida—.Y me alegra que lo hicieras, porque te ves muy feliz cuando hablas por teléfono.

Una pequeña sonrisa se asomó entre mis labios y afirmé con mi cabeza.

—Lo soy, y por eso... quiero volver.

(***)

En todo el camino en auto sentí mis manos sudar y cuando finalmente se detuvo, tuve mucho miedo.

¿Y si estaba equivocado?

Pero en el fondo de mi corazón, sabía que había hecho lo correcto.

Cuando me encontré en frente de esa puerta, levanté mi brazo derecho y con mis nudillos resonó ese característico sonido de la madera al ser golpeada suavemente.

Entonces la puerta se abrió, y con una amplia sonrisa recibí a ese chico.

La persona que se había robado mi corazón.

— ¡Hola Todd!

¿Ya soy bonito? (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora