Capítulo 11: Isabela

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Danna apreció la oportunidad que tenía y empezó a preguntar.

- ¿Quién era Vanessa?

- Mi novia

- ¿Qué le pasó?

- Murió

La rubia se lo quedó mirando, esperando una respuesta que nunca llegó. Así que continuó con las interrogaciones cortas.

- ¿Meredith?

- Mi hermana

- ¿Dónde está?

- No está

Danna empezó a cabrearse. No eran estas las respuestas que quería

- Responde bien Alek

Entonces el sonrió de una manera que auguraba peligro, como si se le acabara de ocurrir una buena idea, aunque la rubia pensó que iba a ser malo para ella.

- Una respuesta por otra.

Primero Danna pensó que no iba a sacar nada, pero más tarde entendió que, si quería respuestas, tendría que darlas ella también. Le hizo una seña a Alek para que viera que lo aceptaba y entonces el preguntó.

- Javier es tu novio?

La rubia rio por la absurda pregunta y negó con la cabeza. Alek frunció el ceño, a la espera de una respuesta más completa. Danna entendió y continuó hablando.

- Javi es como mi hermano. Ha estado en todos los orfanatos conmigo des de casi siempre. Y cuando cumplió los 18, decidió que se mudaría conmigo a cada sitio donde fuera.

Alek parecía confuso

- ¿Entonces...no tenéis nada?

- Si con nada te refieres a nada sexual...no tenemos nada – respondió Danna, divertida.

- Ah – dijo Alek, aun dudoso.

- Me toca preguntar moreno. ¿Qué les pasó a Vanessa y a Meredith?

El chico palideció levemente y suspiró, antes de responder.

- Habíamos decidido hacer una acampada los 5, no recuerdo donde íbamos exactamente. Se nos hizo de noche, en medio del puerto de montaña de Dutton Cliff. Había tormenta y Meredith dijo de parar en algún camino y esperar a que se hiciera más de día, mis padres la apoyaron. Conducía yo – sonrió levemente, con una extraña mezcla de rabia y tristeza – no sé qué estaría pensando, de verdad, pero le dije que íbamos a seguir hasta acabar el puerto. Empezamos a discutir y yo me enfadé con mi hermana, mi madre intentó calmarnos pero Meredith se sacó el cinturón para tirarse adelante e intentar coger el volante. Intenté quitárselo y entre los dos giramos el coche demasiado. Ninguno de los dos lo vimos, te lo prometo – sus ojos azules estaban empapados y a la vez perdidos en el tiempo - Atravesamos el guardaraíl en una curva cerrada y caímos al mar. Mi hermana travesó el parabrisas y lo rompió en mil trozos. Supongo que murió al instante. El airbag nos salvó a Vanessa y a mí del golpe pero mis padres... - Danna entendió al instante y le hizo una seña para que se saltara los recuerdos que más dolían y continuara – el coche se hundía por momentos y yo abrí la puerta para salir, que idiota. Mi manía de no llevar cinturón hizo que no tuviera ningún problema para subir. Pero mi chica si lo llevaba. Hice todo lo que pude para soltarla, el agua estaba helada y me clavé un trozo de metal del puente del coche. Sangraba mucho y cuando logré desatar a Vanessa, ella ya apenas respiraba. La llevé a una playa, nadando un buen trozo y la intente reanimar pero no se movía no hacía nada joder – Alek casi se tiraba de los pelos de la desesperación que sentía y Danna intentó abrazarlo para calmarlo, pero estaba tenso y tiritaba levemente. La rubia no sabía qué hacer y el chico seguía hablando y llorando a la vez – Me quedé dormido encima de él. No recuerdo nada más. Me desperté en un hospital un mes más tarde. ¡Un jodido mes Danna! Y sabes lo mejor. No había nadie conmigo. – la ira destilaba de cada una de sus palabras y sus ojos se habían oscurecido, ahora parecían negros.

Se levantó, haciendo que Danna se percatara de que iba descalzo, y se sacó la camiseta gris en un movimiento rápido. Le cogió la mano a la rubia y la pasó por su costado. Danna lo obligó a girarse y vio una cicatriz larga que contrastaba con la oscura piel del chico.

- Te clavaste el puente del coche aquí verdad.

No hizo falta que Alek dijera nada, la chica sabía que había acertado. Vio como los músculos de la espalda del moreno se tensaban cuando pasó la mano por toda la raya blanca.Entonces descubrió el tatuaje que cubría más de la mitad de la espalda del chico. Eran unas alas de ángel. Danna no pudo evitarlo y resiguió el contorno del dibujo con los dedos. Era lo mas bonito que recordaba en años. Alek sintió un escalofrio des de la base de la columna cuando la rubia lo tocó y se apresuró a girarse antes de que su cuerpo le robara el control. Su mente se dividió en dos. La mitad le rogaba que cogiera a la chica en brazos, la llevara a su cama y se dedicara a hacerla suya toda la noche, sin embargo, la otra parte clamaba por respuestas. El moreno nunca supo si fue culpa del dolor, o de la intimidad que parecía arroparlos,sin embargo, agarró a Danna de la cintura y la besó. Poco después recorría el pasillo en dirección a su habitación. El reloj dio las doce, pero ninguno de los dos lo estaba escuchando.    

Wild BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora