Danna paseaba de la mano de Edward, sintiendo cómo el viento le mecía la cara. Hacia dos meses de aquella tarde en la que había conocido a Marine. Y....
El ruido de unos tacones corriendo la sobresaltó, y él pelo desordenado de su amiga se vio aparecer por su espalda. No la había visto. Y se giró, casi por inercia del pasado, tumbándola antes de ver quien era. Se levantó enseguida al ver los grandes y confundidos ojos de Marine, y echó a andar atrás, horrorizandose de su reacción. Edu corrió detrás suyo cuando las bambas de ella empezaron a andar demasiado deprisa, para acabar también corriendo, intentando evitar las explicaciones que sabia que tendría que dar. Pero, por supuesto, su mejor amigo la alcanzó y la rodeo con los brazos por su cintura, meciendola con decisión y acercándola a su calor.
- Todo está bien, pequeña - le murmuró suavemente - estás conmigo.
Danna asintió, apoyándose en su pecho, y, a pesar de que sólo eran amigos, buscó sus labios, deseando que le entregara parte de su calma, parte de su energía. Y él lo hizo, sosteniéndola por la cintura, sin negarle nada. Cuando Danna se separó, con la intención de hablar, la voz de él sonó ronca.
- Callate princesa - le dijo, y se volvió a perder en sus labios, disfrutando de lo que había anhelado des del día que la vio por primera vez en aquel café.
Marine los alcanzó poco después, provocando que interrumpieran el beso.
- Oh, chicos - murmuró, a la vez que se llevaba las manos a la boca por la sorpresa - ¿estáis juntos?
- Si - dijo Dan
- No - murmuró, a la vez, Edu.
Se miraron interrogativamente, y entonces intercambiaron sus respuestas.
- Estáis ciegos - dijo Marine, enfadada -¿pero no veis que os amáis?
Ambos se sonrojaron, evitando mirar al otro. Danna supo que iba a estrangular a su amiga cuando no estuviera el chico que amaba delante.
- Vamos Edward - le instó la morena - pideselo ya, que me voy a hacer vieja.
Edu se quiso morir de vergüenza, notaba la sangre latir por debajo de sus venas. Era lo que quería. Si. Pero los nervios le iban a ganar.
- Joder Marine - murmuró.
Danna lo observó con sus ojos claros, y el chico tuvo que hacerlo.
- Dime que quieres salir conmigo Dan - le dijo.
Y su chica esbozó una sonrisa de oreja a oreja, asintió y lo besó profundamente, mientras Marine saltaba y chillaba de alegría a su alrededor.
No seria hasta un mes mas tarde, que Danna le contaría todo a su amor.- Cariño, él correo es para ti - gritó Edu, encaminándose a la habitación del piso en París que compartía con su novia.
Danna se encontraba tumbada en la cama, despeinada y dormida.
- Buenos días dormilona - le dijo, sentándose a su lado en la mullida cama y dándole besos por toda la cara, a lo que la rubia gimió. - Va levanta.
Le empezó a hacer cosquillas, a lo que Dan se revolvió y rió, ya despierta.
- ¿Has dormido bien amor? - le preguntó, mientras le acariciaba los rubios rizos.
- Ajam - pronunció Dan.
- Tienes correo de tu hermano y de Vivíana. - le informó.
Danna se incorporó y abrió la primera carta, que era de Javier.
Empezó a chillar cuando vio lo que era.
- ¡Se van a casar! - gritó la rubia, emocionada.
- ¿Quien bebé? - le dijo Edu.
- Javier y Char.
- Me alegro mucho princesa. - le sonrió su chico, a la vez que le tendía un papel doblado por la mitad que se había caído del mismo sobre. - Voy a hacer el desayuno. ¿Vienes en diez minutos mi princesa?
- Claro. Me malcrias mi amor - le dijo, sonriendole.
- Es un placer - la besó Edu, y desapareció por el marco de la puerta.
Cuando se hubo ido, Danna abrió la carta, escrita a mano, que acompañaba a su invitación.
" Querida Danna" empezaba. Continuaba explicándole lo feliz que era, y lo ilusionado que estaba. Danna tuvo que sonreír ante lo radiante que parecía. Leyó por encima lo mucho que la extrañaba, y lo muy caluroso que estaba siendo aquél agosto en Oregón. Pero hubo una línea que le llamó la atención a la rubia, y la hizo chillar. Charlotte esperaba una niña para Setiembre. Sonrió con la noticia, y terminó de leer la carta.
A continuación, abrió el segundo sobre. Era de Viviana. Lo que mas le sorprendió de aquella carta fue la foto que adjuntaba. Hugo acababa de cumplir los seis años.
"El tiempo pasa demasiado deprisa" pensó, y lo confirmó al recordar que, aquél veintisiete de agosto, iba a cumplir tres años de su noviazgo con Edu.Javier cogió el teléfono, a la vez que seguía acariciando a Charlotte, que, dormida en su regazo, ni se había immutado por él ruido.
- ¿Danna?
Estuvieron hablando largo y tendido y, cuando colgó, tuvo segura la asistencia de su hermana a su boda en marzo.
"¿Que mas puedo pedir?" pensó. Y, sonriendo, alzo en brazos a su chica para llevársela a la cama y arroparla.
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Wild Black
Teen Fiction'' ¿Cuanto estás dispuesta a sufrir por aquello que quieres? '' Esta es una historia sobre los amores de juventud, la calle y aquellas opciones que no nos dejan escoger. " La W en su muñeca" " Te amo, pequeña" " Lo siento muchísimo hermano" " La vi...