Capítulo 28: Promesa

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Las sombras la acechaban, le susurraban multitud de maldiciones e insultos que se colaban por las grietas de su alma resquebrajada. Ardía. Reflejos de las llamas que la devoraban por dentro, quemaban paredes blancas de un hospital. Y Lucas, en el marco de la puerta, fumaba un cigarro, mirandola, divertido, mientras el fuego le calcinaba cada centímetro de piel.
- Lucas. - gritó - Lucas.
Siguió gritando, hasta que el rubio, no supo como, hizo desaparecer las llamas. Y se le acercó, para empezar a acariciarle el pelo. Unas voces empezaron a sonar por el pasillo, y Lucas miró preocupado hacia la puerta.
- No te vayas - le suplicó la rubia - Quedate conmigo Luke, por favor.
- Mi princesa, tengo que irme - susurró el rubio con voz triste.
- Duele - dijo Dan, con la voz de la niña que habia sido alguna vez.
- Lo se, mi niña - suspiró Lucas - pero tu eres mas fuerte que eso ¿si?
Danna negó con la cabeza, sollozando.
- Vas a salir de esta, pero prometeme que nunca vas a dejar de pelear - le pidió Luke.
- Pero amor yo...- le dijo Dan a el chico, que empezaba a desvanecerse extrañamente, a la vez que las voces se hacían cada vez mas fuertes.
- Prometelo - demandó el rubio.
- Está bien, lo prometo.
- Vas a estar bien sin mi, mi princesa. - la calmó él, a la vez que desaparecía en el aire viciado de la habitación.
- Lucas -gritó Danna - Lucas.
Pero nadie respondió.
Abrió los ojos, intentando cojer aire desesperadamente, a la vez que el dolor de mil llamas lamiéndole se expandía por su abdomen. Gimió. Alguien le cojia la mano. Charlotte.
Sus ojos chocaron, y Danna solo pudo ver en ellos miedo.
- ¿ Que pasa ?¿ Cómo estoy?¿Lucas está...- dejó la frase en suspense, rogando porque su amiga no la terminara.
- Está en coma Dan - le confesó con voz triste.
- Quiero ver mi informe y el de Luke, Charlotte - demandó Dan.
- Danna, no se si deberías, de verdad.
- Dámelo - exigió, entornando los ojos.
Charlotte le tendió los papeles, temblorosa y Danna empezó a leer. Con el de Lucas, sus ojos claros se llenaron de lágrimas. Al comenzar el suyo, su cara fue normal. Pero, cuando llegó al punto donde había llegado su amiga, gritó.
- Esto tiene que estar mal Char - dijo, girandose desesperada hacia su amiga - esta mal, está mal, no puede ser correcto.
Empezó a chillar, a la vez que gruesos lagrimones resbalaban por sus mejillas. Apareció enseguida una señora vestida de blanco, que perforó su piel, provocando que volviera a engullirla un denso sueño. A pesar de eso, lágrimas continuaban empapandoñe la cara.
La enfermera se giró, con cara interrogativa hacia Charlotte, que, al borde del llanto, solo pudo decir lo que sentía.
- ¿Cómo le dices a una madre que ha perdido a su bebé, y a su amor, a la vez? - preguntó en un susurro, impotente.

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