Miriam
-¿Jules? ¡Hola!
-Hola, ¿como estás?
-Bueno... ¿y tú?
-Bien, aquí preparandome para los entrenamientos. ¿Has hablado con Fabio?
Negué con la cabeza.
-No.
-Pues deberías.
-Ya, pero sé que me voy a ablandar frente a él.
-Creo que es lo mejor para los dos. Tienes que estar totalmente tranquila cuando vayas a hablar con él.
-Tan fácil es decirlo...
-Sé que puedes.
Me encuentro a María, y la saludo.
-¿Qué tal?
-Bien, ¿y tú?
-Bueno...
Se lo he cuento todo y la rubia me dice lo mismo que Jules.
-Él tiene razón. Hacéis buena pareja y no me gusta verte sufrir.
*~*
Las 8 de la noche. Silver y yo acabamos de volver de Londres. Me ha encantado el Stamford, el campo del Chelsea. Justamente, nos hemos encontrado con Oscar Dos Santos Emboaba
y con Diego Costa. Nos hemos hecho fotos con ellos y hemos estado de compras de regalos para la familia. Me he comprado, para mí, 2 sudaderas, una roja donde pone "London" y otra azul marino de "Oxford University".
Ya hemos comido, así que nos vamos a la habitación. Antes, he ido a la habitación, asegurandome de que no estuviera él claro, y he cogido ropa y cosas mías.
Decido ir a dar una vuelta, me cambio de ropa y me pongo una camiseta de mangas cortas blancas, chaqueta azul, leggings negros y mis air max azul y plateadas.
Salgo y después de andar un poco, se pone a llover. Genial. Pero decido sentir el agua de lluvia sobre mí, este paseo me está relajando.
Voy mirando al suelo, veo a un chico pararse delante de mí.
Levanto la mirada y le veo, su pelo rubio está totalmente despeinado y empapado, tiene la camiseta de su equipo de manga corta, pantalones vaqueros y zapatillas grises.
-¿Qué haces aquí?- le pregunto.
-Buscar al amor de mi vida, que no deja explicarme y ahora nos hemos separado, ¿la conoces? Porque yo a ella sí y ella a mí también aunque no se de cuenta.
-¿Te refieres a Helene? Oh, debe de estar en el hotel, esperandote para echar un polvo, como ya lo habeís hecho, pues seguro que se quedó con las ganas.
-¿A mí? Miriam, si se no te lo conté fue...
-Basta, no quiero oírte. Estoy harta de descubrir tus secretitos y mentiras yo misma.
-No, me vas a escuchar quieras o no.
Me coge de la muñeca y me empuja contra una pared. Pone mis manos en forma de x arriba de mi cabeza.
-¡Fabio suéltame!- forecejeo pero es inútil, él es más fuerte.
-Escúchame, si no te lo conté fue porque no sabía que me ibas a decir, podrías pensar que soy un putón o algo, pero yo... no te quería perder.
-Claro, ahora pasa otra tía más guapa que yo y te la tiras.
-¿Cómo te tengo que decir que a la única a la que quiero es a ti?
Aprieta sus manos alrededor de mis muñecas muy fuerte.
-Fa-Fabio m-me estás ha-haciendo daño...
Mi cara debió de ser un horror al decir esas palabras, porque rapidamente me soltó y se llevó las manos a su cara, tapándolas.
-Perdóname, he hecho daño a la persona que más quiero en este mundo, debería de habertelo contado antes, yo...
La lluvia cae sobre nosotros, ambos estamos empapados. Supongo que debo de perdonarle, los dos hemos sufrido muchisimo y no podemos vivir uno sin el otro.
Le abrazo y aspiro su aroma, como le echaba de menos. En seguida me corresponde al abrazo.
-¿Me perdonas?
-No, te he abrazado porque me das pena- le miro y río a carcajadas, paro de reír y vuelvo a colocar mi cabeza en su hombro- pues claro que te perdono, tonto. Je te aime (te quiero)
-Me has asustado fea, te quiero más que en este tiempo atrás- me eleva y yo me río.
Me baja y volvemos tomados de la mano de vuelta al hotel. En recepción y nos encontramos a Eduardo y Natalia.
-Pero bueno, ¿dónde habeís ido? ¿A la piscina y os habeis bañado con ropa?
Reímos a carcajadas.
-A la piscina no sé, pero ya me ha perdonado- dice Fabio mirándome a los ojos.
-Por fin, bueno, mejor iros a cambiar, que os vais a resfriar.
Nos despedimos y noto que Natalia le acaricia el brazo en modo de despedida. Tengo un muy mal presentimiento con Natalia, me da la sensación que se va a interponer entre mi novio y yo.
Llegamos a la habitación y Fabio va al baño y trae dos toallas. Me da una y con ella me seco el pelo.
-Cuánto tiempo sin venir, ¿no?
-No que va- respondo y él se asombra- vine esta mañana a coger cosas. Voy a la habitación de mi hermano a por mis cosas- le doy un beso en los labios y me separo de él y escucho que rechista- luego te doy otro que dure más- río- hasta ahora.
-No tardes.
-Que noooo.
*~*
Tan solo he tardado un cuarto de hora. Meto la tarjeta y entro.
-Holaa, ya estoy aqui.
Me lo encuentro mirando por la ventana, con una toalla alrededor de su cintura.
Por fin hicieron los paces.
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Mi chico perfecto
RomanceMiriam Fernández es una joven emeritense que en un viaje conoce a uno de sus idolos, Fabio Quartararo, ¿habrá química entre ellos o él la tratara como a una fan?