Capitulo 74

317 25 16
                                    

Miriam

-¡Ahora hasta mi hermano pasa de mí! ¿Te lo puedes creer?- pregunto.

-Lo mejor sera que comamos tu y yo a parte, que mejor no te alteres y montas un espectaculo aquí- ríe.

Se lo voy a decir a mi hermano, Fabio me mira mal y yo le devuelvo la mirada.

-Sil, come con tu queridisimo amigo, yo voy a comer con Jules.

Me giro y alguien me agarra de la muñeca y me gira quedando en frente de él, muy cerca de su cuerpo.

-Que estes enfadada no significa que te tengas que ir con otro, a pesar de todo sigues siendo mi novia.

¿He oído bien? ¿Irme con otro? ¿Yo enfadada y él mirandome mal? ¿A PESAR DE TODO SU NOVIA CUANDO NO ME DEJA NI UN MENSAJE NI NADA?

Estoy empezando a cuestionar que él verdaderamente este enamorado de mí.

Mi respuesta es darle una bofetada bien fuerte.

-Ni se te ocurra volver a decir eso, ¡¿me has entendido?! Jules es un gran amigo quieras o no y no creo que me considere tu novia en estos monentos, la verdad y...- alguien me agarra del brazo y tira de mí hacia atras.

-Enana tranquilizate ya, vamos a comer.

Jules me lleva una mesa de dos, pero la verdad es que se me ha quitado el hambre.

Él me comprende y nos vamos a fuera del comedor. Nos sentamos en unos sofás que se encuentran en recepción.

Suspiro y me llevo las manos a la cara y echo a llorar. El francés me abraza, un brazo pasa por mi cuello y otro acaricia mi espalda.

-No quería romper con él...- comienzo a decir y lloro más fuerte- yo... le amo como a nadie en este mundo. Soy tonta y gilipollas, me odio a mi misma y a mi estúpido orgullo.

-Eh eh, enana, no te insultes a ti misma. Le has dejado las cosas bien claras, él sabrá que hacer contigo, su futuro...

-Es que Jules, no es solo eso. Me entregué a él, confío plenamente en Fabio, me he creído cada una de sus promesas. Soy ingenua.

-No eres ingenua, el amor cambia a la gente el modo que tienen de verla.

Me estuvo consolando durante una hora, me acompañó a mi habitación.

-Arreglalo pequeñaja, seguro que lo hareis.

Asiento, no estoy segura de mí misma, ni de los sentimientos de Fabio, pero bueee, toca lo que toca.

Abro la puerta, una tarjeta está metida dentro de una especie de interrumptor, si mete las tarjeta dentro, se conecta la electricidad.

Ya ha llegado la hora, nuevo enfrentamiento con él, ahora sin nadie a nuestro alrededor que nos mire y me separe de él.

Voy a encender la luz, pero no va. Genial, ¿qué le pasa a esto ahora? Menudo tortazo me voy a llevar, la habitación está todo a oscuras.

Y sobretodo, ¿dónde está Fabio? A saber con que me encontraré si se enciende la luz. Lo único que me faltaba ya era encontrarmelo en la cama con Natalia.

Cuando le dí la bofetada, le quedé la mejilla roja, hinchada y con dedos señalados. Supongo que eso es la rabia que estaba conteniendo antes.

Esta oscuridad me esta agobiando: no se ve nada, Fabio está aquí y no sé donde.

Una vela se enciende en la mesa. Me giro bruscamente y hay un papel al lado, esto no estaba aquí antes.

Perdoname, te amo con locura a ti, no a Natalia.

Sonrío, sin duda es su letra. Algo, o más bien alguien, se abalanza sobre mí. La luz de la vela no le permite ver su rostro, pero estoy segura de que es Fabio.

Me empieza a dejar besos por mi cuello. Le separo, no puedo mentir y decir que no he sentido nada, porque es falso.

-¿Cuando vas a entender que te amo solo a ti y que ella se me lanzó?

-¿Cuando vas a entender que ya te he entendido pero que me duele recordar la escena?

-¿Por qué te has enfadado?

-Porque te pusiste gallito y en el comedor terminaste de rematar mi cabreo.

-Te fuiste con Jules- responde frío.

-Te besaste con Natalia, ¿y sabes qué?- le levanto encima de mí y le empujo a la puerta- te vas a ir con tu amiguita que seguro que le estabas mandando mensajitos en vez de intentar solucionarlo conmigo.

No veo nada, y nos vamos a caer los dos al final.

-No hay forma en que razones, ¿eh?

-¿Te crees que pillo a mi novio besandose con otra y que mi enfado dure menos de un día? Pues chaval, te has equivocado de chica.

Siento que me coge de las piernas y me sube sobre un hombro.

-¡Fabio Quartararo, sueltame ahora mismo!

-Deja que me lo piense... mmmm... no- me tira a la cama.

-No quiero verte.

-No te voy a perder por un malentendido, ella se me declaró, me besó, intenté quitarla pero no me dejó.

Me quita la ropa pese a mis intentos de quitarle de encima.

-QUITATE PEDAZO DE FOCA, NO QUIERO NADA CONTIGO- grito.

Él me tapa la boca con su mano.

-Eres una escandalosa. Te voy a demostrar que eres la única a la que amo, quieras o no.

Bueno, el resto ya lo sabreis. Pero, antes de hacerme suya, noto unas lagrimas caer sobre mi cuerpo, pero no son mías.

Abro los ojos y visualizo como puedo a un Fabio con la cara tapada.

-¿Fabio?

-No debería de haberte hecho esto ahora. Practicamente te he violado, tú no querras volver a hablarme ahora, yo... estoy desesperado, no quiero perderte y te amo. Te lo juro por mi vida que nunca quise corresponderle.

Me incorporo como puedo y cojo su cara entre mis manos.

-Fabio, mirame- digo dulcemente- no jures por tu vida porque mi vida es la tuya, y si mueres tú, yo también.

Quita las manos de la cara.

-Y ahora enciende la luz, que no se ve nada- río a carcajadas.

-Al lado de ti hay un interrumptor.

-¡Si antes yo no podía encender la luz!

-La he conectado cuando encendí la vela.

Le miro extrañada y enciendo la luz. Como se suele decir Y si hizo la luz.

-Tú esto ya lo tenías preparado- digo.

-Tu hermano me dió consejos para hacer que me perdones.

Le seco las lágrimas y él me sonríe.

-Anda ven- suspiro, no puedo con esa mirada.

Le abrazo y él me tumba otra vez en la cama. Fabio se coloca a mi lado mientras me abraza.

-Perdoname, por favor. No puedo vivir sin ti y estaba desesperado por que me perdonases. También estaba preocupado, estas en un país que no conoces y temía que te pasara algo. Cuando me dijeron que estabas con Jules, me quedé medio tranquilo.

-Jules es muy buen amigo mío, es muy simpático y me ha estado consolando estos dias.

-Menudo fin de semana llevamos, peor imposible.

-No me vayas a ser gafe.

-No, no.

Mi chico perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora