Capítulo 14

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Narra Lali

Pablo no se molestó en aparecer en toda la semana que continuó mí entrenamiento. Peter entrenó conmigo casi todos los días de la semana y terminaba exhausta.

He intentando hablar con Pablo, pero fue inútil; todas las veces que lo intente fui ignorada.

-Concentrate. -pidió Peter, lo había olvidado estaba en el estúpido entrenamiento.

Necesitaba descansar durante todo un mes para recuperar todas mis fuerzas y mis ganas de vivir por el increíble esfuerzo que realizaba cada vez que entranaba con Peter, siempre terminaba tirada en el suelo del enorme gimnacio y me quedaba ahí hasta que volviera a sentir mis piernas para poder irme.

Peter dice que soy una exagerada, pero es que él no me entiende.

El único ejercicio físico que hice en mis 24 años de vida fue educación física cuando estaba en el colegio, y como no me gustaba la materia apenas asistia a esa clase.

Después de graduarme ni siquiera intente anotarme en el GYM que hay en mi edificio y mucho menos intente probar practicar algún deporte para ver si me gustaba. Hacer ejercicio no iba conmigo y por eso mi cuerpo no tenía nada de resistencia física.

-Toma agua y continuamos.

¿Él tenía un don para adivinar mis pensamientos? O más bien dicho, ¿Don Vampiro? Como sea, quiero mis pensamientos se mantengan sólo en mi mente. Peter estaba de espaldas a mí cogiendo unas botellas de agua.

-Toma.-me ofreció una botella de agua
-Gracias. -dije y la tome-. ¿Puedo saber por qué Pablo no me habla? - Peter es su amigo debería saberlo, ¿no?
-No lo sé -respondió sincero-, ni siquiera sabía que te estaba ignorando.

Tome agua sintiéndome tonta por preguntarle eso, era obvio que no me iba dar la respuesta que quería escuchar.

-¿Sabes cómo agendar un número nuevo en un teléfono móvil? Por el momento solo tengo el de Pablo ya que el mismo me lo agendo. -cambió de tema por el silencio incómodo que se generó-. He intentado entender cómo hacerlo, pero la verdad no entiendo nada.

Me pase el restó del entrenamiento enseñando a Peter cómo usar su reciente adquisición, como recompensa me acompañó a mi edificio.

-Hablaré con Pablo y trataré de convencerlo de que hable conmigo y ya no te evite -dijo mientras caminábamos hacia la entrada de mi edificio-, pero no te prometo nada.
-Gracias. -le sonreí aunque me sorprendio mucho que me hiciese ese favor.

Cuando llegamos a la puerta de entrada a mi edificio, Peter la abrió por mí y la sostuvo mientras nos despediamos.

-Buenas noches, Lali.-me besó en la mejilla-. Hablaré con Pablo más tarde. Para que te quede claro que mi promesa va en serio.
-Entoces, suerte con eso, adiós. -me despedí y entré en mi edificio.

Vibró mi móvil en el bolsillo de mi jean, era un mensaje.

-"¿Podemos hablar?"-Pablo

Woah, Peter sí que era rápido con los favores.

Presione responder y me quede pensado unos minutos.

Puede ser que estaba desesperada en querer hablar con Pablo ahora mismo, pero no quería que se note.

-"¿Puede ser mañana?"-Lali
-"Es ahora o nunca."-Pablo

Me ignoró por una semana, así que merece que no ceda tan fácil aunque muriera por hacerlo.

-"Ahora estoy muy ocupada"-Lali

Por supuesto que era mentira, pero quería que se esforzará insistiendome un poquito más.

-"Te estoy viendo en este momento y pareces bastante desocupada." -Pablo

Perfecto. He quedado como una idiota.

Con bastante vergüenza levanté mi mirada y vi a Pablo a unos cuántos metros de distacia de mí.

-Hola, Srt. Esposito. ¿Está desocupada en este momento? -bromeó acercándose a mí.
-Muy ocupada. -le conteste dándole la espalda siguiendole el juego.
-¿En serio? -cuestiono-. Pensaba que realmente quería hablar conmigo, por eso vine a disculparme por mi actitud bastante idiota éstos últimos días. Lo siento, Sr. Esposito. Pero si esta muy ocupada supongo que no podrá acompañarme a comer como recompensa de mis malos actos. Una lastima.
-Uhm...no sé...tal vez si insiste un poco más, podría llegar a ceder y acompañarlo a comer.

Estaba empeñada en que el dejara su orgullo a un lado y se disculpara de la forma más humillante posible.

-Lali...-noté que esta vez su tono de voz era más serio y que no tenía planeado bromear más-. De verdad, lo siento. Me comporte de forma infantil y no debí ignorarte toda la semana, perdón. Por favor, ¿puedes acompañarme a comer?

Eso fue más que suficiente hasta más de lo que esperaba para que aceptará su invitación.

-Te esperó aquí, si deseas cambiarte.

Fui a mi habitación con cuidado de no despertar a los guardias que había en la recepción dormidos eran todos unos inútiles a la hora de resguardar a los inquilinos del edificio. El toque de queda estaba activo porque eran casi las 12: 00 PM y no quería que me descubrieran los guardias y me mandaran a domir a mi habitación.

Sí, el toque de queda es un asco. Tenía muchas condiciones y reglas. Sin embargo, todo el mundo hacia lo que se le daba la gana y los guardias rara vez descubrian a alguien porque como siempre nunca estaban atentos para cumplir con su trabajo, y por eso todos sabían a la perfección como escabullirse sin ser vistos.

-Tú elijes que comeremos, pide lo que quieras. -dijo cuando estábamos en su auto en camino al centro comercial más cercano-. Yo invito.
-Pizza. -él sonrió mostrando su perfecta y blanca dentadura.
-Pizza será.

Minutos más tarde llegamos y fuimos a la última planta del centro comercial, donde se escontraban varios locales de comida.

Me senté mientras Pablo ordenaba y vibró mi móvil indicandome que tenía un nuevo mensaje.

-"Muchas gracias por enseñarme a usar mi teléfono móvil. Disfruta tu noche con Pablo, y recuerda que yo si cumplo lo que prometo y de forma rápida ;)" -número desconocido.

Cuando termine de leer el mensaje sonreí ligeramente y enseguida pulse agregar a contactos y agende el número de Peter en mi móvil.

Espero les guste
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