Capítulo 64

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Narra Peter

Los besos se fueron intensificando, escuchándose solamente nuestras respiraciones agitadas. Me podría quedar así para toda la eternidad, besándola mientras ella sonreía en mitad de los besos. Lali me jalo del cuello de la chaqueta que traía puesta y nos terminamos recostandonos completamente sobre la cama.

Y de un momento a otro pase de estar arriba de ella a estar abajo.

-¿Qué pretendes, Esposito?-pregunte con picardía alzando mis cejas.
-Quiero besarte. -contesto mordiendo su labio inferior para luego darme otro beso salvaje-. ¿Acaso no puedo?
-Claro que puedes pero...

Lali me volvió a besar pero esta vez con ternura haciéndome perder la cordura. Cada beso que nos dábamos despertaba una nueva sensación en mi cuerpo, y puedo jurar que también hacia que mi corazón volviera a latir.

En un impulso que no pude controlar, deslice mi mano por debajo de su blusa acariciando su cintura, sentí como su cuerpo entero tembló ligeramente por esa simple acción.

Las manos de Lali revolvían mi pelo y una vez que sentí un ligero mordisco de parte suya en mi labio inferior, perdí todo mi autocontrol. El beso se volvió más salvaje y pasional, sentí la necesidad de profundizar el beso y de volver este momento algo más intimo, así que, tome la iniciativa, tratando de no ser muy brusco. Coloqué con cuidado a Lali de nuevo abajo de mí.

Ella no paraba de sonreír en mitad de cada beso y me encantaba que se sienta así de feliz estando conmigo.

Sin embargo, todo se vino abajo cuando por culpa de la mezcla de las nuevas emociones humanas que estaba experimentando mi cuerpo en esos momentos, se desató mi locura interna, lo que me llevó a desear algo más; activando en mí así no quisiera, deseos de sangre, y rápidamente volvió mi parte racional que me indico que no debía propasarme con Lali, ni tampoco causarle ningún tipo de daño. No quería asustar a Lali, así que, mantuve la calma y no deje que mi instinto asesino tomará el control completo de mis acciones y poco a poco fui pausando el beso hasta convertirlo en uno dulce y tierno.

Me moría de ganas de hacer el amor con Lali, pero no así, no en este momento. Recién empezábamos, no podía perder el control cuando tan solo llevábamos 3 semanas juntos, ambos nos habíamos dicho "te amo", pero aún así, no quería apurar las cosas, ni siquiera habíamos tenido nuestra primera cita y yo ya estaba pensado en desvestirla. Me sentía culpable aprovechándome de esa manera de ella, mucho más cuando ella empezó a repartir besos por mi cuello, mientras yo cerraba los ojos disfrutando de aquello.

Difinitivamente estaba loco y completamente enamorado de Lali Esposito.

-Lo siento. -susurre mirándola a los ojos mientras un rubor hacia aparición en sus mejillas-. Pero debemos parar. -apoye ambas manos sobre la cama para no aplastarla con mi peso, Lali acarició suavemente mi nuca con una de sus manos y volvió a sonreír una vez más causando que yo también lo hiciera-. Perdí el control contigo y me deje llevar y no puedo permitir que eso pase, no aún.
-No te preocupes, yo también me deje llevar. -dijo Lali acariciando mi rostro y yo deposite un suave beso en su mano.
-Casi lo olvido, tengo que ir al otro lado. -flexione mis codos y le di un pequeño beso en su nariz y ella hizo un puchero-. Lo siento, tengo entrenamiento. No puedo faltar.
-¿Puedo ir contigo?
-No, Gastón me matará si te llevo otra vez allá. Lo siento. -me levante de la cama.
-Pero yo quiero ir contigo. -protesto hundiendo su cara en una almohada, y suspirando levanto su cabeza-. No podré lograr dormir sola, quédate al menos hasta que me duerma, por favor. -rogó.
-Van a venir tus amigos, me lo dijo Gastón antes de que entraras, así que, no vas estar sola. -me dirigí a la puerta no sin antes darle un beso-. Y como buen amigo que es, adivino que no podrías dormir y le pidió a Euge que se quedara a dormir aquí por esta noche y ella acepto.

No Cruces Los LímitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora