Capítulo 23

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Narra Lali

Estaba en el estacionamiento con Peter esperando a que mi padre se digne en aparecer.

-Lo que tengas o no con Pablo no es de mi incumbencia, lo siento por invadir tu espacio. -se disculpó Peter.
-No pasa nada, pero en serio debes de aprender a controlarlo. -le aconseje-. A nadie le gusta que andes en su cabeza. No se siente bien, cada persona debe tener su espacio personal.
-¿Por qué te molesta tanto? ¿Tienes algo que esconder? -pregunto curioso.
-No. -negue de inmediato-. Solo eso no es de mi agrado y te apuesto que todos los seres humanos opinan lo mismo.
-Es divertido, aunque no lo sé controlar. -se río-. Por otro lado escuchar los pensamientos de los demás es muy gracioso y a veces incómodo, pero tiene muchas ventajas.

Cuando iba contestar apareció el auto de mi padre en frente de nosotros, Peter se subió al asiento trasero y yo en del copiloto.

(...)

Narra Peter

Nos habíamos adentrado a la parte más profunda del bosque y estaba completamente aterrado, no solo hay vampiros de este lado si no también perros gigantescos y no iban a ser precisamente amistosos conmigo cuando me vean.

-Creo que nos estamos alejando demasiado. -dije nervioso.
-No te preocupes ya casi llegamos. -trató de tranquilizarme Carlos.

El padre de Lali siguio conduciendo por media hora más hasta que estaciono el auto detrás de unos árboles y nos bajamos.

-No me digas. Es otra de tus malditas bases de resguardo. ¿Para eso nos trajiste aquí? -preguntó enojada Lali, su padre la ignoró-. Pensé que me habías traído a entrenar. No para que tú te pongas a trabajar.
-Tendremos que caminar un poco más, vamos a ser muy obvios con el auto. -dijo Carlos sacando un arma de la parte trasera del auto.

Lali rodó los ojos.

Oí aullidos y me altere aún más, no quería morir justo hoy. Caminamos un buen rato y Lali no paraba de quejarse.

-¿Ya estamos cerca? -pregunté.
-Casi. -contesto Carlos.
-Necesitamos volver antes que se haga tarde, no podemos quedarnos mucho está parte del bosque es muy peligrosa. -les advertí-. Debemos regresar antes que el sol empiece a ocultarse. -sugerí caminado a la par que el padre de Lali-. Lo digo en serio.
-¿Estás asustado? -pregunto riendo Lali.
-Un poco. -contesté.
-¿A qué tienes miedo? ¿A otros vampiros?
-Soy el más rápido, más inteligente y más fuerte de mi especie. ¿Yo asustado por ellos? Imposible.
-¿Y? Eso no quita que no puedas sentir temor a algo o alguien, ¿qué hay aquí?

El padre de Lali se adelanto un poco y estaba a una distancia considerable de nosotros, cuidando que no le ocurrirá nada malo a su hija.

-Oye, ¡a qué no puedes alcanzarme! -grité corriendo cambiando de tema.
-¡Peter! Por supuesto que vas a ganarme, tramposo.
-Chicos tranquilos, necesito concentrarme. -dijo Carlos tecleando algo en su móvil y al mismo tiempo mirando a su alrededor asegurándose de que no hubiera ninguna amenaza que nos pusiera en peligro-. Hagan silencio.

-¿Lista? -le pregunte a Lali-. La meta es subirse a a la copa de ese árbol. -lo señale con mi dedo indíce-. ¿Está bien?
-¿Estás loco?¿¡Quieres que me mate?! -exclamó y me reí.

-Si logras al menos subirte a la tercera rama del árbol, dejo que faltes una semana entera al entrenamiento.
-Eso si vale la pena si me voy a matar subiendo esa cosa.
-¿Ahora estás lista?
-No.

Me large a correr hacia el árbol que acordamos subir. Llegué hasta el árbol rápidamente dejando atrás a Lali.

Narra Lali

Odio estos estúpidos juegos de Peter. En el entrenamiento es la mismo; se comporta como un niño y me reta a hacer cosas ridículamente difíciles. Y claro que no puedo ganarle es más rápido y tiene mucho más físico que yo. Después de varios minutos llegué al árbol que habíamos indicado como meta.

-El árbol esta esperando que subas y ganes tu semana libre. -grito riendo desde la cima del árbol que era suficientemente alto como para que logre rendirme antes de tiempo y ni quiera intentar subirme-. ¡Vamos tú puedes!
-¡Me podría caer y eso podría causarme una lesion! Pero si tú insistes. -trate de subir al árbol y frecase en mi cometido.

Mi padre no tardó en llegar y preguntarme qué hacia Peter subido en ese árbol. Peter le explicó y mi padre aprobó que me subiera al árbol ya que es parte de mi "entrenamiento".

-¡Yo estaré por aquí! -aviso a Peter-. No te lastimes Lali. -se alejo de nosotros-. ¡Mucho cuidado!
-¿A qué le tienes miedo? -repitió la misma pregunta que yo le hice hace un rato en tono burlón y yo puse los ojos en blanco ignorándolo-. Te estas demorando mucho y sigues en el suelo. ¿Le tienes miendo a la madera?

El árbol es tan alto que si me llegara a caer no solo me ganaria un dolor punzante en la espalda y en mi trasero sino también tal vez me rompería algún hueso.

-¡Tu semana libre de entrenamiento está apunto de espirar!

Resignada de nuevo intente subirme al árbol agarrándome fuertemente de una rama.

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