Capítulo 54

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Narra Lali

-Mantenganos informados, ¿si?-dijo mi padre a los médicos.-Cualquier novedad nos avisan.
-Por supuesto, ¿cuando podríamos comenzar con las pruebas?-preguntó uno de los médicos golpeando con su bolígrafo la carpeta que cargaba en sus manos.-Nos tiene que dar una fecha exacta.
-Están seguros que inyectar a alguien con eso, ¿es 100% seguro?-cuestionó mi padre con firmeza en su voz.
-Sí, es seguro.-afirmó el médico mostrándole los papeles que llevaba en su carpeta a mi padre.-Solamente necesitamos al sujeto de pruebas y ya.

Empezó a sonar mi móvil y pegué un brinco desde mi asiento del susto, logrando despertar a Rufina y causando su llanto a la vez también.

Los médicos, mi padre y Pablo voltearon a verme con su expresión seria y de preocupación. Mierda.

-¿Stefano?-descolgue el móvil.-¿Qué paso?-volví a mecer a Rufina de un lado al otro mientras veía como mi padre se acercaba a mí.-¿No vas a venir? Necesitó urgente comida y bebidas energizantes. Estoy muy cansada.
-Estoy en la entrada del hospital.-dijo con la voz agitada.-Traje unas cuantas rebanadas de pizza casera, hechas por mí, no esta abierta siquiera una gasolinera, ¿puedes creerlo? Tuve que cocinar por mi cuenta y buscar en mi heladera unas latas de Red Bull. Y además traje un peluche para Rufina, ¿me puedes ayudar a subir todo?
-¡Woah!-exclame poniendo sobre mi regazo a Rufina, sosteniendo mejor mi móvil.-¿Tú cocinando? No me lo puedo creer, seguramente esas pizzas saben a tierra.-bromeé y él río.-Ya bajo, ¿sí? Espera un momento.
-Okey, no tardes mucho.-colgó.

Guardé mi móvil y volví a tomar en brazos a Rufina que aún sollozaba levemente. Mi padre se encontraba frente a mí y parecía molesto.

-¿Qué haces a estas horas en el pasillo?-preguntó con irritación en su voz.-Y encima con la bebé, es que eres una irresponsable.

Rodé los ojos.

-Rufina se despertó hace un rato llorando y para que no despertará a Euge y Gas, la traje conmigo.-conteste meciendo a la bebé con cuidado.-¿Qué haces tú aquí? ¿De qué hablabas con los médicos?
-De Rufina y Eugenia.-respondió con nerviosismo en su voz.-Sus pruebas salieron excelentes, parecen no tener ningún problema más, pronto les darán de alta y se podrán ir.

Estaba mintiendo.

Lo sabía perfectamente pero preferí no decir nada.

Porque, terminaría descubriendo todo lo que me oculta tarde o temprano.

-¿En cuántos días podrán irse?
-Ehm...En unos 2-3 días más.-se fue con los médicos y entraron en una habitación mientras Pablo se quedó en el pasillo mirándome.

Me levante de mi asiento y me dirigí a la habitación de nuevo para dejar a Rufina en su cuna. Luego baje y fui al estacionamiento, Stefano estaba apoyado en su auto mirando su móvil con el ceño fruncido.

-¡Por fin apareces!-exclamó guardando su móvil y abriendo la cajuela de su auto.-¿Qué tal tu primera noche cuidando a Rufina?
-Agotadora.-respondí ayudándolo con las 2 cajas de pizza que trajo mientras él cargaba unas bolsas.

Subimos a la habitación y Gas ya se encontraba despierto con Rufina en sus brazos, otra vez llorando.

Narra Peter

-Nicolás Riera, estoy muy seguro.-dijo Joaquín, apreté los puños con furia creciendo en mi interior.-¿Le vas a dar una golpiza, ¿no es así? ¡Yupi!
-Le diré a Máximo que acabe con él para siempre. Es un maldito bastardo.-espete furioso.-No se merece piedad de nuestra parte.
-¡Asi se habla, hermano!-grito con emoción.-Venganza. Aunque estoy un poco dolido porque no hiciste esto antes cuando casi me mata, pero esta bien, estas perdonado. Ahora cambiando de tema, parece que tú y Máximo olvidaron que las paredes hablan.-maldeci en voz baja y suspire.-Sí, los escuche. ¿Lali? La chica que Victorio tiene como blanco principal, ¿es enserio? Pero bueno, admito tienes buen ojo, es bastante linda.
-¿Cómo qué la tiene de blanco principal?-pregunte con preocupación.-¿Está en peligro?
-Es la hija del guardia en jefe, ¿tú qué creés?-elevó una de sus cejas.-Es más que obvio que es su blanco principal, es la clave de todo, si la vuelven a secuestrar, no dejarán que se escape fácilmente. Extorsionarán a su padre cuando eso pase y le hará hacer cosas que ni se imagina.
-¿Por qué no me dijiste esto antes?-cuestioné.
-No preguntaste.-se encogió en hombros.-Nos hace falta mucha comunicación, no parecemos hermanos.
-Joaquín, cualquier cosa que sepas sobre Victorio y sus planes, debes hacérmelo saber, ¿de acuerdo?-asintió.-Quiero que volvamos a ser los hermanos de antes de que ocurriera nuestra "transformación".
-Esta bien, hermano mayor.-dijo y hizo una cosa que me sorprendió demasiado, me abrazo y le correspondí. Nunca éramos cariñosos entre nosotros, no desde que nos convertimos en vampiros.-Supongo que te irás al otro lado, ¿no?-se alejó y dio dos pasos atrás.
-Sí, tengo que hablar con Lali.
-¿Son algo..?
-No...es complicado.-me rasqué la parte de atrás de mi cuello con incomodidad.-Somos...no sé que somos...Es complicado.
-¿La amas?-preguntó seriamente tocando mi hombro.-No te juzgaré, puedes decirme la verdad.

Su pregunta se repitió mil veces en mi cabeza, ¿realmente tenía verdaderos sentimientos? ¿Por una humana?

No, no no puedes.

, si que puede tener sentimientos por una humana. callate.

Agh. Otra vez las malditas voces.

-¡Peter!-me tomó por los hombros y me zarandeó.-Solo tienes que contestar si o no. No es difícil.

Sí, si que puedo. Bufé. Esto es malo, esto es más que malo. Estoy condenado, ¿por qué me permití siquiera acercarme a ella? ¿Desde cuando me volví tan sentimental y vulnerable?

Desde Lali.

-Sé como te sientes, Peter.-dijo mi hermano tratando de tranquilizarme pues estaba alterado y se notaba.-Tienes miedo y tal vez algo de irá hacia ti mismo.-lo escuche con atención.-Yo tampoco aceptaba que tenía sentimientos por Carolina y me negaba a sentirlos porque creía que eran malos y que complican todo.
-Joaquín, lo tuyo con Carolina es un caso a aparte. Ambos son vampiros.
-Acaso, ¿el amor hace diferencias?-cuestionó mirándome a los ojos.-No es diferente es igual, es amor después de todo y a la mierda con los que piensen lo contrario.

Antes no me había dado cuenta pero mi hermano menor había no solo crecido en mi ausencia sino también había madurado.

-Pero...-prostete.
-No escuches a tu mente.-aconsejó.-Eso solo te confundirá más.

Y en eso tenía mucha razón.

Estaba cansado de no entenderme a mí mismo. Y sus palabras se repitieron varias veces en mi cabeza y fue allí cuando llegué a la conclusión que mi hermano llevaba la razón.

Camine en círculos por toda la sala de entrenamientos. Suspire con frustración, odio tener sentimientos más que a nada, pero allí estaban y los estaba teniendo por Lali. Amo a Lali.

Acabó de romper mi propia promesa.

Pero eso ya no importaba.

-Sí, la amo.-dije en voz baja, aún con miedo recorriendo mi cuerpo y mi hermano me miró con atención.-Amo a una humana.-rectifiqué.
-¡Woah!-exclamó.-Mi hermano enamorado, eso si que es una sorpresa y un milagro.-asentí riendo.-Cuidate, cuida de ella, no hagas que su historia se convierta en otra tragedia más. ¿Sí? No querrás terminar como mamá y papá.
-Es una promesa.

Espero poder cumplirla y no fallar.

-Más te vale cumplirla.-golpeó mi hombro riendo.-Me quedaré solo sino.

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