Capítulo 71

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Narra Lali

Me quedé mirándolo fijamente los ojos de Peter que hoy estaban de un color bastante peculiar. No estaban ni verdes, ni azules, ni grises. Era como una combinación entre los tres, junto a un brillo especial. Él sonrió y en una casi irreal sincronía yo lo hice también.

-No me idealices tanto, Pitt.-susurre tomando su rostro-. Cuando veas todos los defectos que tengo no quiero que dejes de quererme.
-Eso no va a pasar.-rozó nuestras narices ligeramente.
-Soy muy desordenada, dejo mis cosas tiradas por todas partes.
-Yo también lo soy, deberías ver mi habitación.
-Puedo ser una maniatica del control y muchas veces suelo enojarme cuando las cosas no se hacen como quiero.
-Voy a ordenar tus cosas cada vez que las dejes tiradas, voy a tolerar tu mal humor, voy a soportar todo de ti, tus virtudes, tus defectos, absolutamente todo, porque tú eres con quien quiero complicarme la vida. Y además yo también tengo mis momentos, pero creo que no hay fuerza humana ni sobrenatural en este mundo que logre separarnos si nos amamos y nos apoyamos mutuamente.
-Tú eres perfecto, Peter.-susurre pasando mis brazos por su cuello y él las paso por mi cintura-. Te admiro, porque tuviste un millón de problemas y aún así, no le guardas rencor a la vida por como te ha tratado injustamente. Aparte de eso, eres increíblemente hermoso .-echo la cabeza para atrás riendo-. Realmente lo eres, por dentro y por fuera, sobre todo tus ojos....Me encantan cuando cambian de color según tu estado de ánimo.
-¿De qué color están ahora?-preguntó acariciando mi cintura.
-No sabría decirte de qué color exactamente están pero sé que están llenos de felicidad.
-Debe ser porque estoy muy feliz de tenerte y de que te haya gustado la sorpresa que prepare para ti.
-¿Desde cuando eres tan cursi, Lanzani?
-Desde ti.

Y como si los dos estuviesemos conectados, nos miramos directamente a los ojos y no logramos resistir más. Peter impactó sus labios con los míos de una manera suave y tierna. Nos besabamos lento, con calama. No había prisa, ya nunca la habría. Y por ese momento, no me importo nada más, nos amábamos con locura y eso era lo único que me debería realmente importar.

Peter se separó y acarició una de mis mejillas y pude percibir en sus ojos que estaba nervioso.

-Seria algo tonto esperar porque tú me amas y yo te amo -junte mis cejas mirandolo algo confundida, ¿qué trataba de decirme?-, entonces... ¿Te gustaría ser ser mi novia?

Grité de la emoción tirandome a sus brazos y rodeando su torso con mis piernas, Peter giró sobre si y dió un par de vueltas mientras beso a beso, sentía su sonrisa en mis labios.

-¿Y bien?-preguntó con un deje de inseguridad en su voz acariciando mi espalda-. ¿Quieres...Quieres...se...ser...
mi...no...novia?-dijo tartamuendo por los nervios.
-Sí. -acepte y lo bese con todo el amor y la devoción que jamás ni en un millón de palabras hubiera sido capaz de expresar.

Si antes tenía dudas, ahora habían quedado disipadas. Porque algo de lo que yo siempre deseé, fue alguien que me amara verdaderamente. Y eso era lo que Peter hacía cada momento que estaba conmigo, era atento, cariñoso, detallista, me respetaba. Ya nada ni nadie importaba, los dos estabamos juntos y nadie nos diría lo contrario.

Esta misma noche nos amaríamos profundamente. Ibamos a decirnos todo lo que sentíamos sin reservas y a entregarnos él uno al otro. Tenía miedo al futuro, sí. Pero no importaba que pasará después de esta noche, estaríamos juntos. Hasta el final.

(...)

Entré en mi habitación y me apoye en la puerta con una enorme sonrisa de enamorada que en las últimas horas he sido incapaz de borrar de mi cara.

No sabía cuánto tiempo me había quedado ahí rememorando todos los momentos de la cita que tuve con Peter hasta que vi a Euge parada en una esquina de la habitación con Rufina en sus brazos, mirándome con una expresión socarrona.

-Espero que esa sonrisa de idiota enamorada, sea por alguien más que por Pablo Martinez sino soy muy capaz de lanzarte ahora mismo por la ventana para que recapacites. -dijo mi mejor amiga riendo y yo solo me limite a agachar mi cabeza sintiendome incómoda.
-Para tu tranquilidad, jamás le dedique una cara así a Pablo Martinez ni tampoco lo haré en futuro. -respondí acercandome a ella.
-Que bien, Lalita. Espero que continue siendo así. Y si no es por él, ¿entonces quién es la victíma esta vez?
-Nadie en especial.-conteste rápidamente y Euge asintió con la cabeza comprendiendo que no quería hablar de eso. Sabia que tenía que hablar con ella sobre Peter, lo haría pero no ahora mismo-. ¿Qué tal tú?
-Fui a visitar a tu padre.-camino por la habitación meciendo de un lado al otro entre sus brazos a Rufina-. Hoy por la tarde le darán de alta por si te interesa. Y además, me contó como termino en el hospital. Antes no te lo dije, pero no puedo estar más orgullosa de ti, Lali de verdad. Lo enfrentaste y ahora eres libre de hacer lo que te gusta.
-Siii...-Euge me miró con una ligera sonrisa y dejo a Rufina en su
cama-. Libre por fin.
-Nunca imagine que Peter tuviera el valor de darle una patada tan fuerte a un ser humano que lo mandara al hospital.
-Sabes como se puso mi padre, Peter vio eso y quiso intervenir pero no midio su fuerza y...
-Lo sé, Peter no haría una cosa así de la nada. Aunque realmente eso molesto mucho a tu padre, dijo que solo esperaba levantarse de esa camilla para poner a Peter en su lugar, pero dudo que le haga algo.
-¿De verdad te dijo eso?-pregunte incrédula, mi padre no apredería nunca.
-Sí.-afirmó-. Pero ya dejando ese tema a un lado, vine hasta aquí para hablarte de otra cosa.

Narra Peter

Estaba muy feliz y no podía ocultarlo, la sonrisa que se instalo en mi cara y que no he podido borrar desde las últimas horas, era una prueba de que mi cita con Lali fue maravillosa y especial. Lali Esposito habia llegado a mi vida para voltearla de cabeza, literalmente. Llegó a mi vida para mejorarla en todos los sentidos, para romper todos mis esquemas y por sobretodo enseñarme a amar. Me estaba haciendo descubrir que era el amor de nuevo cuando pensé que no habría alguien que fuera capaz de depertar ese lado humano en mí que antes creí muerto para la eternidad desde la muerte de mis padres.

Estaba profunda e irrevocablemente enamorado de ella. Y sabia que jamás en vida dejaría de estarlo, ni en un millón de años.

Abandone el edificio y camine por el estacionamiento con mis manos metidas en los bolsillos de mi chaqueta.

Dirigi mis pasos hacia la base de resguardo porque queria hablar con Pablo acerca de su hermana cuando vi el auto de Stefano interponerse en mi camino.

Y para nada esperaba que mi hermano se encontrara en el asiento del copiloto.

-¡Peter! -exclamó mi hermano con el vidrio abajo, me quede helado en cuanto lo vi bien, sus ojos estaban rojos y pude notar que habia estado
llorando-. ¡¿DÓNDE MIERDA ESTABAS?!

Les agradezco mucho su paciencia al esperar cada actualización y agradezco todavía más a las que comentan en los capítulos, saber que les gusta lo que escribo me hace sumamente feliz.

Espero les guste
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Mil gracias por leer 🌈

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