Capítulo 59

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Narra Lali

Peter tenía razón, tal vez deberíamos intentarlo y ver que pasa.

Sin embargo, el miedo que siento sobre lo que podría pasar o no más adelante persiste y no me deja en paz.

Miles de especulaciones se formaron en mi cabeza, escenarios, palabras, insultos, muertes, un motón de cosas malas se empezaron a proyectar una y otra vez en mi mente.

-¿Estás seguro que nadie te vio entrar aquí? -pregunte y él soltó nuestras manos suspirando-. Siento miedo, ¿si? No quiero que mantengamos esto en secreto y nos termine explotando en la cara y terminemos mal.
-Eso no va a suceder. -aseguro sentándose a mi lado en la cama-. No permitiré que nadie te lastime.
-Esta bien. -susurre aún con miles de cosas rodando por mi cabeza.

-¿Por qué no me cuentas tu historia? Quedo pendiente ayer, no lo he olvidado. -puso sus manos detrás de su cabeza, sabia que sus intenciones eran lanzar por la borda mis inseguridades e interrogantes acerca de lo nuestro para distraerme por un rato con sus preguntas acerca de mi pasado-. No tengo todo el día. -rió.

Tome una gran bocanada de aire mirando por la ventana que había en mi habitación, estaba empezando a oscurecer.

Entonces, recordé el daño que le haría a mi mejor amiga cuando se entere de mi romance.

Sí, Euge esta irrevocablemente enamorada de Peter y yo también.

¿Cómo soy capaz dañar a una persona que ha hecho tanto por mí?

Y otros posibles escenarios se generaron en mi mente; mi mejor amiga discutiendo conmigo y Peter, mi mejor amiga dándome una bofetada, mi mejor amiga llorando por mi culpa, mi mejor amiga odiándome de por vida.

-Ehm... Yo... ¿Por dónde empezar?...

Dios. Soy una pésima amiga.

-Lali... -aparto las manos de su cabeza para acariciar mis mejillas-. Voy a buscar una manera de arreglar las cosas y que lo nuestro sea menos complicado. Lo prometí y planeo cumplir con esa promesa pase lo que pase. Lo haré, porque te amo y quiero que lo nuestro funcione.

"Basta."

"Relájate."

"Nada de lo que imaginas va a suceder."

Las voces en mi cabeza por primera vez me aconsejaron bien.

-¿Estás bien? ¿Quieres que me vaya? Así descansas un poco más, te he visto bastante cansada estos días.
-Estoy bien, quédate. -asentí y Peter me abrazó contra su pecho-. Mi pasado no fue fácil, pero tampoco fue tan difícil de vivir como el tuyo. Viví desde que nací hasta que me gradué del colegio en otra ciudadela antes que esta. Ahí tuve una infancia muy buena, mis padres nunca me negaron nada, era su única hija. Todo era color de rosas hasta que mi madre enfermó cuando tenía 16 años. Tenía lo que toda adolescente desea tener a esa edad; amigos, invitaciones a fiestas, popularidad, buenas calificaciones, padres no estrictos. En fin lo tenía todo. Era muy unida a mis padres, y por eso me afecto mucho porque ese mismo día en el que mi madre murió, una parte de mi padre también se marcho con ella y estoy segura de que jamás regresara.

Lágrimas resbalaron por mis mejillas y Peter las aparto con una mano sin dejar de abrazarme.

-Cuando mi madre murió mi mundo cambio por completo. -continué narrando suavemente-. Fui perdiendo todo lo me importaba en ese entonces; mi popularidad se vino abajo y con eso también los que se hacían llamar mis "eternos amigos" se marcharon de mi vida, a causa de esto entre en depresión porque no tenia con quien hablar sobre como me sentía al respecto. Ni siquiera tenia a mi padre de mi lado. Estaba más enfocado en ahogar sus penas alargando sus horas de trabajo para darse cuenta de mi existencia. Un año paso y estaba totalmente perdida, ya no tenía buenas calificaciones, no tenia ganas de hablar con nadie, mi padre era más estricto que nunca... Mi ultimo año de secundaria recién empezaba y a medida que mi mundo parecía derrumbarse a mi alrededor, personas que nunca espere que estuviesen de mi lado, me dieron la fuerza para seguir adelante.
-Que tu historia sea distinta a la mía, no la hace menos importante o menos dolorosa de vivir. -dijo acariciando mi mejilla derecha-. No compares ningún dolor con otro. Cada quien sufre a su manera y cada quien tiene distintas formas de sobrellevar sus tormentos.

Más lágrimas se deslizaron por mis mejillas, no me gustaba llorar y menos frente a Peter, pero no podía detenerme.

Recordar que mi padre y yo solíamos tener una relación cercana antes y que ahora no podemos estar de acuerdo ni en una sola cosa, duele.

Aparto sus brazos de mi cuerpo y me levanto de la cama, limpiando mis lágrimas mientras recojo los textos regados por el suelo y los que estaban envueltos entre las sábanas.

-¿Qué vamos hacer? -pregunto mientras ponía en orden los textos en un estante a lado de la cama de Euge.
-No sé, pero en definitiva no creo que a mi padre le haga mucha gracia lo nuestro. -conteste terminando de acomodar los textos y apoyándome de brazos cruzados en el estante.
-A la mayoría no les hará ninguna gracia lo nuestro, Lali. Tanto mi gente como la tuya, nos verán mal.
-Lo sé, pero si tu gente no te manda a matar, no te sorprendas si mi padre lo quiera hacer en nombre de ellos.
-Es un riesgo que estoy dispuesto a correr si es por ti.
-Peter, ¿y el resto de gente? Mi padre solo es uno de los desafíos que se vendrán para nosotros.
-Y que importa lo que diga la gente si voy a tenerte. -se levanto de la cama y camino hacia mí-. ¿Qué importa lo que diga el mundo entero? Ellos no sienten lo que yo siento por ti. Nadie va a decirme que el amor es un error cuando no lo es.
-Aún tenemos tiempo para decidir nuestros sentimientos. -suspire tomándolo por sus hombros y él me tomo por la cintura-. Quiero que estés seguro de que me ames de la misma forma en que lo hago yo.
-No dudo de mis sentimientos.
-Yo tampoco. -le sonrió suavemente-. Simplemente....
-Sientes miedo, lo sé. Yo también, tengo miedo de tantas cosas en este momento, Lali. Pero te amo y quiero que lo nuestro funcione.
-Yo también lo deseo así, pero... -bajo la mirada-. Las cosas son complicadas y no podemos gritarlo a los 4 vientos, al menos no por ahora. Pero voy a arreglarlo de alguna forma, te lo prometo. -dije pegando su frente con la mía.- Además, tú también debes arreglar las cosas con tu gente, ¿no?
-Esta bien. -acepto asintiendo-. Voy a esperarte, Lali. Siempre. Voy a ser paciente porque te amo.

Sonreí mientras lo besaba dulcemente y ambos nos dejamos llevar. Fue un beso profundo soltando todos los nuevos sentimientos que nos habíamos confesado por primera vez.

Estoy en un problema enorme pero lo resolveré de alguna u otra forma, se que podré. Lo acabo de prometer.

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