Capítulo 25

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Narra Peter

-¡Estoy ayudándo a que haya paz en ambos lados mientras ustedes se  rascan las pulgas! -grité a la defensiva.
-¿Es tan terrible lo que acabo de hacer? -pregunto Carlos.
-Es muy malo, deberíamos hablar en otra parte antes de que empiecen los problemas. -sugerí sin parar de mirar fijamente a la loba.
-Yo no voy a ninguna parte y menos contigo -dijo con repugnancia.
-Dejame hablar con ella a solas. -dijo Carlos alejándose para hablar con su amiga
-¿Por qué reaccionó de esa forma? -preguntó Lali
-¿No es obvio? -cuestioné-. Los vampiros y licántropos se odian.
-Ya lo sé, pero ¿por qué?
-No soportamos su olor ni su forma de vivir estando de este lado. Ellos son muy diferentes a nosotros. Los vampiros beben sangre humana, ellos se ocupan de cazarnos y proteger a los del otro lado.
-¿Así que los licántropos son los buenos?
-Se podría decir que sí, nunca he visto alguno atacar un humano pero no estoy seguro.
-¿Por qué mi padre no me habla de estas cosas?
-Solo quiere protegerte. No quiere que te involucres demasiado en esto.

De alguna forma Carlos logró convencer a su "amiga" de que venga con nosotros. Y me pareció raro que aceptará pues algo que los destaca a los licántropos es que nunca andan solos siempre andan en manada.

-Les presentó a Emilia -dijo Carlos concentrado en la carretera-, ella es mi hija Lali y un amigo mío Peter
-Mucho gusto. -saludó Lali.

Emilia le sonrió amistosamente a Lali mientras que a mí me dirigió una mirada de disgusto.

Narra Lali

Estaba caminando hacía mi habitación para descansar porque mi padre dijo que no podía ir con ellos, llegamos y se fue con Peter y Emilia a la base de resguardo a plantear sus ideas sobre todo lo que está pasando tanto de este lado como del otro lado o al menos eso me dijo mi padre antes de bajara de su auto.

-¡Lali! -me llamó Euge desde su cama.

Estos meses he estado bastante ocupada con la facultad, mi padre, Pablo, entrenar y entre otras cosas que aprovechaba al máximo mis momentos con Euge porque no quería que se sintiera sola más ahora que nunca.

-Euge, ¿como éstas? -me senté en su cama y la abracé.
-Excelente, ¿qué tal el entrenamiento?
-Bien, ¿qué haces sola? ¿Dónde está Gáston?
-Lali que esté embarazada no significa que tenga que tener a alguien vigilándome todo el tiempo, Gas se fue a la facultad. Además me alegro de verte, ¡te tengo que contar muchas cosas! -gritó entusiasmada.

Sonreí al notar su felicidad genuina.

Justo cuando Euge estaba apunto de hablar, Pablo entró a nuestra habitación con un ramo de rosas en su mano derecha, era obvio que se quería disculpar por no aparecerse en toda la semana.

-¿Qué haces aquí? -pregunté con un tono de irritación en mi voz.
-So...Solo....que....que...que...quería...
ver...verte... -tartamudeó Pablo.
-Bueno, los dejo solos -habló Euge agachando su cabeza algo triste.

No, no iba a dejar que Pablo nos interrumpiera por sus estúpidas disculpas.

-No, no tú te quedas aquí. -aseveré.
-Lali tenemos que hablar deja que se vaya, por favor. -suplicó Pablo dejando el ramo de flores a un lado y acercándose a mí.

Asentí y dejé que Euge se fuera para que habláramos a solas.

-No puedes simplemente desaparecer y reaparecer como si nada. -dije enojada.
-Estaba ocupado con la seguridad del muro. ¡No quiero que te vuelvan a secuestrar, ni tampoco a otras personas! -gritó con todas sus fuerzas.

Lo miré asustada, jamás lo había visto así. Él trató de tomarme de las manos pero se lo impedí. Había visto a mi padre de esa manera varias veces en mi vida y cada una de esas situaciones no terminaron nada bien por eso me alteraba tanto cuando alguien me gritaba enojado.

-Seamos claros, Pablo, no tienes ningún derecho a gritarme es mas si llegas a alzarme la voz otra vez voy a llamar a la seguridad del edificio para que te saqué de aquí.

¿Por qué permiti que Euge se fuera?

Él no vale la pena, ¿o sí?

-Perdón no debí gritar, pero por favor comprende no puedo estar todo el día disponible. Quería disculparme por eso porque me importas y quiero estar contigo por un largo tiempo. -me confesó acariciando una de mis mejillas con delicadeza.- Además tienes que reconocerlo soy un buen novio aunque tengo mis fallas.
-¿Eso es todo? -pregunté alejándome de él.
-Lali... Por favor.
-¿Qué? -rodé los ojos por su insistencia-. ¿Quieres que te perdone? Pues tendrás que esforzarte más.
-No sólo quiero que me perdones, trato de decirte algo importante.
-¿Qué cosa?
-Vamos, es más que obvio al menos eso es lo que creo. Espera. -fue por las flores que dejó en mi cama y se arrodillo-. Ahora sí. Lali... Yo... Yo...
-¿Qué tratas de hacer? -reí por los nervios de Pablo, debo admitir que a pesar de que él era un imbécil la mayoría del tiempo, por momentos así es que me llegó a gustar Pablo-.  Dime lo que sea que tengas para decirme.
-Te amo. -susurró y se puso de pie para besar mi mejilla con cariño.

Negué con la cabeza riendo, él me miró confundido. Esto no puede ser posible. Pablo me miro buscando una respuesta y yo estaba helada no esperaba que me dijera eso.

-No es necesario que me digas lo mismo, no quiero que te sientas obligada por pena o algo así. Me lo dirás cuando estés lista, no hay problema. ¿Te gustaría ir a cenar?

Asentí yendo rápidamente a buscar algo de ropa al armario que compartía con Euge, sentí por unos segundos como la mirada de Pablo estuvo sobre mi espalda mientras buscaba que ponerme hasta que decidió caminar hacía la salida, me volteé a verlo y noté como decepcionado dejaba el ramo de flores en la mesita de noche a lado de mi cama, ¿qué esperaba que le dijera?

Se aparece en mi vida luego de ni siquera mandarme un mensaje para avisarme que estaba ocupado trabajando. No le dices a una persona "te amo" después de venirte a disculpar porque desapareciste por varios días. Suspiré agarrando mis jeans negros favoritos, una camisa blanca y una chaqueta negra para luego sentarme en mi cama dejando a lado mío las prendas de ropa.

Pablo me gustaba de verdad, pero a veces sólo desearía que él esté más presente en mi vida. Pase mis manos por mi cabello frustrada. No sólo mi padre me ignoraba por sus asuntos del trabajo ahora para rematar también mi novio actual, qué ironía.

Se supone que debería estar feliz depués de su confesión, pero simplemente no sentía que fuera real, no sentía nada. Nada. No me sentía diferente, no me sentía especial por esas palabras llenas de amor que sólo están dedicas a personas que amas de verdad, esas cinco letras mas bien me hacian sentir vacía viniendo de la boca de Pablo.

¿Debería terminar mi relación con él?

La puerta de mi habitación se abrió y mi corazón se aceleró pensando que era Pablo, pero no era él. Eran Gas y Agus.

Desde ahora en adelante cada vez que actualice la novela cada dos semanas serán varios capítulos gracias a la sugerencia de Charipdp 😊

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