Capítulo 41

447 31 1
                                    

Narra Lali

Como era de esperarse, Pablo vino a verme y trató de solucionar las cosas entre nosotros de manera razonable, traté de hacer que se se fuera y me dejase sola pero sin ayuda no podía echarlo. Gas se fue después de ver que me quede dormida y Euge fue a la revisión diaria que se hacia para chequear que todo este bien con el embarazo y me habían dejado completamente sola.

-Perdón, perdón, perdón -repetía Pablo una y otra vez.
-Vete de aquí. -dije firme.

Claro que no iba a perdonarlo, jamás iba a perdonarlo por lo que hizo y menos iba a volver a ser su amiga.

-Por favor, Lali -suplicó-. Escúchame
-Vete de aquí o llamo a mi padre y en definitiva perderás tu trabajo para siempre. -lo amenazo a lo respondio negando con la cabeza.
-No me importa mi trabajo, Lali mi importas solo tú y quiero arreglar las cosas y volver a estar contigo como antes.
-No quiero volver contigo ni hoy ni nunca, Pablo ni siquiera quiero ser tu amiga de nuevo. -admito sincera.

Apreté mis labios con fuerza para no entrar en un mar de lágrimas, ya había llorado lo suficiente por ahora y no quería volver a quebrar y menos frente a Pablo.

-Lali, te amo y no quiero perderte

Deseaba golpearlo con tanta fuerza en este momento por decir esas dos palabras que en definitiva, Pablo no sabía lo que significaban; esas palabras saliendo de su boca sonaban huecas y vacías.

-Es suficiente ahora vete. -le pedí con amabilidad conteniendo mis ganas de lanzarle un buen golpe en la cara.
-Perdoname -rogó-. Perdón por ser un maldito imbécil y por engañarte pero es que, no lo sé, simplemente fue un resbalón que estoy dispuesto a enmendar, si tan sólo me dejarás internarlo.
-No puedo. -mi voz se escuchaba temblorosa y supe que pronto mis lágrimas contenidas saldrían a flote.
-Dejame volver contigo, haré lo que sea -me tomó las manos y al instante me aparte-. Te amo y no me daré por vencido hasta que aceptes mis disculpas.

La primera lágrima rodó por mi mejilla y rápidamente la saque con una de mis manos, Pablo ahora me miraba directamente a los ojos con lastima y arrepentimiento.

-¡Sal de aquí y no vuelvas! -grite en un hilo de voz ya que mis lágrimas  comenzaban a salir sin control-. Pablo no hay nada más que decir ahora sólo vete y dejáme en paz.
-Por favor, mírame. -pidió en voz baja desesperado.

Pero aún así no iba a ceder, Pablo tendría que aprender que las cosas aveces no se solucionan con un simple perdón; porque un perdón no borra el dolor y mucho menos te hace olvidar de las cosas que te hicieron mal.

-Por favor, Pablo solo vete y dejame en paz. -mi voz temblaba por culpa de mis sollozos.
-Dejame intentar arreglar las cosas entre nosotros de algún modo, dejáme aprender amarte de la forma correcta.

Y ese fue el detonante para romper en llanto otra vez pues no tenía sentido contenerme más porque ya no había a donde escapar.

-Ya es muy tarde. -logré articular con mis lágrimas a flor de piel.
-Lali, por favor. -rogó desesperado.

Tocaron la puerta y entré en pánico.

-Mierda -susurro y secovmis lágrimas con mi camisa-. Pablo no te lo dire amablemente de nuevo, te vas o  llamo a mi padre para que él mismo te saque a golpes de aquí.
-Pero...por favor Lali piensa en lo que dije, ¿sí?

Asentí solo para que me dejara sola y se marchará por fin, Pablo abrió la puerta y ahí se encontraba Peter de pie dedicándome una sonrisa que de inmediato cambio en cuento vio a mi ex novio.

-¿Qué buscas? -le pregunto Pablo mientras descaradamente rodeaba  mi cintura con sus brazos.

Le pise el pie con disimulo y se apartó pegando un salto raro por el dolor.

No Cruces Los LímitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora