Dos bebés

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HANNAH

Cuatro meses habían pasado ya desde aquel horrible dia en el que estuvo prisionera en su propio piso.

El embarazo iba bien.
Hannah y Jason, definitivamente viviendo juntos, acudieron al hospital para que el ginecólogo de la chica comprobase que todo iba bien.
Después solo debian ir a casa y cambiarse para asistir a la boda del jefe de ella.

Una vez en la consulta, tras las preguntas ruinarias, Hannah se tumbó en la camilla y subió la camiseta esperando junto q su chico a que el Dr.Stanton cubriese su vientre con gel y poder ver a su bebé.

Cinco minutos después el sonido del corazón se escuchó por toda la habitación.
Vieron como el doctor frunció el ceño y se centró en la pantalla.
-Bien, esto es toda una sorpresa.
Hannah sonrió sin que ellos la vieran.
-¿Que ocurre doctor? ¿El bebé está bien?
-Si. De echo, ambos los están.
-¿Ambos?
El doctor Stanton señaló el monitor.
-Gemelos.
La sonrisa de Hannah se amplió. Esta vez, dejando que ambos a vieran.
Jason se puso blanco.
Oh, oh.

JASON

¡Gemelos!
Miró a Hannah. Ella estaba feliz y él...
Mierda. Seguro que ella pensaba que no lo estaba.
No era eso. En realidad la noticia no le sorprendió tanto.
Hacia un par de semanas que soñaba con dos bebés.
No había comentado nada con ella porque no le dio mayor importancia pero ahora...
-Dios mío, nena.
Se agachó para que sus ojos quedasen a la par.
-¿Estás feliz?-preguntó ella temiendo la respuesta.
-Estoy asustado pero feliz. Tu me haces feliz y nuestros bebés también. Voy a amaros a los tres toda mi vida.

La abrazó antes de que ella rompiese a llorar.
Detestaba verla triste y la verdad es que sus cambios de humor eran para echarse a temblar.
-Bueno chicos, las cosas van a cambiar de verdad con dos bebés. Sería bueno que fuerais pensando en el tema del parto. ¿Querrás que Jason esté presente?
-Por supuesto.
¿Que ha dicho? Eso es imposible. No puedo. Ni hablar.

Ahora, de vuelta a casa, mientras Hannah estaba a su lado observando la ecografia, él trataba de centrarse en conducir pero era dificil ya que en todo lo que podía pensar era en el parto.
La sola idea ya le hacia sudar. Y era un sudor frio.
Pensar en el dolor que ella sufriría y la sangre...

Su visión se nubló. Se estaba mareando.
-¡Jason, cuidado!
Giró el volante y piso el freno antes de saltarse el semáforo.
-¿Estás bien? Lo siento mucho. Estaba distraido.
-Estamos bien pero ¿y tu? Estás en otra parte.
-Perdoname. No volverá a ocurrir.
-Si esto es demasiado para ti...
-No sigas. Yo te amo. Y amo a mis hijos aunque aun no les conozca. Solo tenía la cabeza en otra parte.
-De acuerdo. Vamos a casa. Quisiera echarme un rato si hay tiempo antes de irnos.
-Claro. Aun tenemos unas horas por delante.

Hora y media después, se encontraban frente a una gran iglesia.
No pudo evitar pensar en si ellos llegarían a dar ese paso.
Quizá debería pedirselo y casarnos antes de que nazcan los bebés.
Pensaría en ello y hablaria con ella.
Tal vez, Hannah no era de las que se casaban.
No te lo crees ni tú.

La boda fue emotiva. Por lo menos Hannah y Annette, que habia ido acompañada por Carl, lo fue.
Ambas lloraron muchisimo.
Y aun asi el capullo del jefe de Hannah no puede apartar la mirada de ella.
Es mia y tu estás casándote capullo.

Una vez en casa, de nuevo, Hannah se desvistió y metió en el jacuzzi que ocupaba medio cuarto de baño.
El teléfono sonó, mostrando la imagen de Jeremy en la pantalla.
-Hola tio.
-¿Como fue en el ginecólogo y la boda?
-Tenias razón con respecto a Steven. Ese hijo de puta no dejaba de comerse a Hannah con los ojos.
-Lleva años enamorado de ella. Bueno y ¿respeto a lo otro?
-Espero que estes sentado porque esperamos gemelos.
-¡Me cago en la puta! A la primera y por partida doble. Parece que lo habéis tomado bien.
-Fue una sorpresa pero estamos felices. Solo que...
Miró hacia el cuarto de baño por si su chica salía pero aun podia oirla dentro del agua.
-¿Que ocurre?
-Hannah quiere que presencie el parto.
-¿Y cual es el problema?
¿Qué cual es el problema?
-No puedo ver sangte sin marearme y tengo fobia al parto. Me da...
Un golpe seco sonó tras él.
Se volvió y vio primero un cepillo del pelo en el suelo y fue subiendo la mirada hasta que sus ojos se encontraron con los de Hannah.
-Cariño...
-No quiero oirlo. ¿Como puedes decir que tienes fobia al parto? ¿Tan poco te importamos?
Quizá podría haber respondido si ella no se hubiese encerrado en su habitación.

Hannah (Serie Love 01) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora