Hannah es una mujer entrando en la treintena con una vida aparentamente perfecta.
Su vida cambia cuando la relación con el que creía que era el amor de su vida se acaba.
Y para colmo, él ya tiene a otra.
Jason lleva loco por su vecina desde que la...
Mañana hemos quedado todos en la cascada para comer, así que he ido de compras para hacer un par de bizcochos. Espero que sea suficiente teniendo en cuenta que Jeremy y Carl son "adictos". Tal vez deberia hacer cuatro. Por las dudas.
Ya con todos los ingredientes, llego a casa y me pongo a ello. Jason no vendrá a comer ya que tenia una reunión importante, asi que una ensalada para mi y listo.
Es la primera vez que agradezco tener un horno doble ya que hacer los bizcochos de uno en uno me llevaria todo el dia.
Ya los tengo todos. En cuanto se enfríen me pondré con el relleno.
Como mientras veo un programa nuevo del que Britt me habló. Es entretenido.
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Después de comer, me quedo dormida en el sofá. Cada día estoy más cansada. Estas dos princesas dentro de han crecido tanto que apenas puedo dar dos pasos antes de quedarme sin respiración. Ese es el motivo por el que ya no voy a trabajar. Ese y que últimamente tengo la tensión un poco alta.
Despierto pasadas las cuatro. Suerte de Jason que llamó para preguntar como estábamos.
Rellené un bizcocho con fruta, el otro con chocolate, uno de almendras y el último de crema. Huelo tanto a reposteria que podria comerme a mi misma.
Aprovecho y decido llenar el jacuzzi y sumergirme en él acompañada por mi iPod. La música me hace compañía mientras me relajo. Salgo de cuentas en dos semanas y en dos dias por fin nos casamos. Estoy deseándolo.
Cuarenta y cinco minutos más tarde salgo del agua antes de arrugarme del todo. Tras secarme y ponerme crema, deslizo un bonito camisón de raso verde por mi cuerpo y cojo el secador para quitar la humedad del pelo.
JASON
Estoy agotado. Solo quiero llegar a casa y meterme en la cama. Dudo hasta que cene. Tal y como abro la puerta me llega un olor a repostería que automáticamente me abre el apetito. Y es cuando avanzo que mi apetito despierta de verdad pero no por la comida.
Mi nena es jodidamente hermosa. Aun casi a punto de parir me excita. Está de perfil y aun no me ha visto. Supongo que no me escuchó debido al secador. Me detengo en medio del pasillo y la observo tomándome mi tiempo. Ese camisón me incita a arrancarselo del cuerpo. Quiero hundirme en ella tan profundo como pueda.
Dado su estado ahora solo podemos adoptar algunas posturas. Ella encima, o de lado y yo detrás o la que más le excita a ella, de rodillas. Mi polla despierta de golpe. El cansancio con el que llegué ha desaparecido. Aflojo la corbata, me desprendo de la americana y avanzo hacia ella. Algunas gotas de agua han escapado de su pelo y descienden hacia su escote, desapareciendo entre sus pechos, ahora más grandes debido al embarazo.
