La fiesta

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-Chicos, yo puedo entender que eso tenga que ver con ese tío que no deja de mirar hacia aquí- comentó Carlos.- pero eso no explica que le hayas comido la boca, Jason.

-Es su novio.

-Ya no lo es. Es mi ex. Me dejó hace dos semanas. Has sido muy amable al echarme una mano y no dejarme sola y protegerme del modo que creíste oportuno, pero realmente no es necesario. La verdad es que últimamente me he estado dejando. He apartado a mi familia y a mis amigos de mi lado.

- Nosotros nunca te dejaríamos sola, Hannah. Aunque estemos rotos, nos importas a todos. Quizá si Sean y yo...- Hannah abrazó a Aída porque sabía exactamente lo que quería decirle.

-Os quiero. A todos. Rotos o no. Perdonadme por alejaros.

Silvia se unió al abrazo, mientras los chicos las observaban conmovidos y ligeramente incómodos.

Hannah desapareció tal y como llegaron a la fiesta.

Carlos y Aída volaron a la pista de baila para restregar sus cuerpos y poco después, juntar sus bocas.

Héctor y Silvia estaban hablando junto a la barra y él salió a la terraza que era bastante más grande de lo que pensó, dispuesto a encontrar a su vecina.

Ella era importante para él.

Se había mantenido alejado desde que explicaron a los demás porque se besaron, pero no quería seguir lejos de ella más tiempo.

Pensó en la conversación que tuvieron durante la cena.

Hacer algo por la otra persona sin esperar nada a cambio.

La protegí frente a su ex, simplemente porque parecía necesitarlo. No buscaba nada más que evitarle sufrimiento.

Sentirse solo antes de alejarse de la otra persona.

¿Es por eso que siento este vacío?

Ser uno mismo sin temer ser rechazado.

No fingí. Soy así. Impulsivo. Intenso. No necesité fingir. Quería que ella me viese tal y como soy.

Mierda. Estoy enamorado.

La encontró apoyada en uno de los árboles del fondo. Estaba listo para ir hacia ella y decirle lo que sentía cuando alguien se le adelantó y la abrazó.

Por cómo se aferraba a ese chico, parecía conocerle bastante bien.

Cuando vio como le temblaban los hombros, no quedó ninguna duda de que estaba llorando.

Nunca deseó tanto golpear a otra persona.

Richard esperó a que ella empezase a calmarse antes de hablar.

La había abrazado durante algunos minutos dejando que ella se desahogase.

-Te he manchado la camisa.

- No importa. Parecía que lo necesitabas.

Ella asintió sin mirarle a los ojos.

-¿Qué haces aquí?

-Vine con mi cuñado, pero está bien acompañado así que me retiraré por esta noche. ¿Quieres que te acompañe?

- No te preocupes. No he venido sola. Estoy aquí por Silvia. Ella me pidió que viniese y no quiero dejarla hasta que ella esté lista para marcharse.

-Muy bien.- la miró fijamente y le enjuagó el resto de lágrimas que manchaban sus mejillas.- Eres mi mejor amiga. Dime sinceramente como estás.

Hannah (Serie Love 01) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora