El corazón le latía a mil por hora.
Carlos estaba marcando territorio y joder si a ella no le gustaba eso.
El beso se alargó hasta que prácticamente se quedaron sin aire.
-Estoy casi seguro de que si te meto mano te encontraré caliente y mojada. Abre las piernas. Quiero sentirlo.
Él echó la sábana hacia abajo y le levantó la bata de hospital dejando a la vista su escasa ropa interior.
Le vio inhalar con fuerza y como sus ojos se oscurecieron.
Deslizó un par de dedos en su interior.
-Por favor...
Odiaba suplicar, pero era imposible no hacerlo con él. Sus dedos hacian magia en ella. Todo él en realidad.
Gracias a Dios por la medicación que le habían dado para no sentir el dolor.
Carlos aceleró sus movimientos.
-Dámelo, nena. Joder, quiero follarte hasta perder el aliento. ¡Córrete, Aída!
El orgasmo llegó de golpe, arrabatándole el aire.
Poco a poco fue calmándose. Carlos retiró sus dedos lentamente y luego se los llevó a la boca.SEAN
¿Qué mierda hacía su chica con ese periodista de tres al cuarto?
La estrechó entre sus brazos y la besó.
Eso es, imbecil. Ella es mia.
Observó como apretaba los puños pero se mantenía a un lado.
-¿Como esta Aída? ¿Que pasó? -preguntó mientras saludaba a Silvia y a Héctor.
Eso le recordó que iba a hablar con su ex. Queria saber quien eran exactamente esos dos, sobretodo el que se había quedado con ella en la habitación.
Silvia contó lo que sabia y lo que habia dicho el doctor.
-¿Y mi hermana?
-La llamé y dijo que vendría en cuanto se fuese su paciente.
-Bien.
Se volvió hacia su amigo y le tendió la mano para que se acercase.
Tras las presentaciones, este se disculpó y se marchó.
Eso es. Sigue andando.
-Estas celoso.
-Tiene sentimientos por ti.
-Sean, Rick es mi amigo, pero yo te amo a ti. Solo a ti.
-Y yo estoy agradecido por ello.
-¿Vosotros dos?
Ambos se volvieron hacia Silvia que es miraba con la boca abierta.
Ambos sonrieron y se besaron de nuevo.
-Si Carlos va a quedarse con ella, tal vez seria mejor que nos despidiesemos. La hora de visita ya va a terminar.-intervino Héctor.CARLOS
Inspirar...expirar...
Relajate. Toma aire. Despacio.
Alejarse de ella no era tan sencillo como su subconsciente intentaba hacerle ver.
Ella apenas podía mirarle a la cara.
Estaba avergonzada por haberse dejado llevar.
Si de él dependiese, ya se habria enterrado profundamente en ella, pero el dolor no tardaría en regresar y ella necesitaba reposo.
El problema es que su erección no atendía a razones. Seguía firme y disponible.
-Creo que deberías irte. Por favor.
-Ya hemos hablado de esto. No me iré.
-No es tu obligación estar aquí. No soy nada tuyo.
-Eres mía. Lo eres desde que puse mis ojos en ti. Te desee como nunca nada antes. Me vuelves loco.
-Razón de más.
-No voy a dejarte escapar de nuevo. Voy a demostrarte que puede salir bien.
-¿Una relación puramente sexual? No. Gracias.
-¿Crees que eso es lo que quiero de ti? ¿Un polvo fácil cuando tenga ganas?
-Si. Justo eso.
-Vete a la mierda, Aída. Tu eres mucho más y me cabrea que no quieras verlo. Quizá debas madurar para darte cuenta de la verdad. Buscame cuando lo hagas. Solo espero que no sea tarde.
Cogió su chaqueta de encima de los pies de la cama y salió de la habitación.
No prestó atención a las personas que había en el pasillo esperando para entrar. Solo quería irse. Lejos.
Aun le debían unos días de vacaciones. Podria tomarlos e irse.
Llevaba un par de meses sin ver a sus padres.
Eso es. Lejos.
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Hannah (Serie Love 01)
RomanceHannah es una mujer entrando en la treintena con una vida aparentamente perfecta. Su vida cambia cuando la relación con el que creía que era el amor de su vida se acaba. Y para colmo, él ya tiene a otra. Jason lleva loco por su vecina desde que la...