Hormonas

1.7K 233 5
                                    

Tres meses después

JASON

Hannah está casi de ocho meses.
Las visitas al médico han ido bien aunque mentiria sino dijese que muero por saber el sexo de mis bebés.
No veo la hora de tenerlos en mis brazos.
Hemos pasado buenos momentos decorando su habitación y elegiendo los muebles.
Dado que no sabemos el sexo, elegimos algo unisex.

 Dado que no sabemos el sexo, elegimos algo unisex

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

También hubo momentos duros.
El último hace exactamente un mes.

Salvo algunas discusiones tontas acerca de mi fobia a la cual sigo aferrado, los preparativos de la boda nos tenían locos.
Gracias a Dios que tenemos amigos dispuestos a echar una mano.
Brittany se encargaría del catering.
Los padres de Hannah se ocuparían de las flores.
Y los demás ayudaron con el tema de montar carpas, mesas, sillas... quedaría increible cuando terminase todo.
Richard nos consiguió el juez. Parece ser que la noche en que conocí oficialmente a mi nena, él estaba en esa fiesta con su cuñado y ese mismo conoció esa noche a una mujer que resulta que es juez.
¿Casualidad? Yo prefiero pensar que es cosa del destino.

En fin, como iba diciendo, hace cuestión de un mes, mientras desayunabamos, Hannah dijo que habia estado pensando mucho y queria ir a ver a Juan.
Yo me negué. Ella se enfadó y al final hizo lo que quiso.
No le importó lo que yo opinase.
Esas hormonas suyas me traen loco.
Ese es otro motivo por el que deseo que nazcan ya mis bebés.

Por más que se insistí, ella de negó a escuchar, de modo que me marché a trabajar convencido de que finalmente comprendería no solo que era peligroso sino también una locura.
Que ingenuo fui.

HANNAH

No entiendo como Jason no me ha dejado aun. No me entiendo ni yo.
Siempre quise tener un bebé pero nunca imaginé que eso de tener las hormonas revolucionadas fuese para tanto.
Es peor.
Lo único bueno es que mi apetito sexual aumentó también y mi chico está encantado de saciarme.
Eso me recuerda...
Ya me estoy saliendo del tema.
Mis hormonas. Eso es.

Yo sabía que estaba mal pero algo dentro de mi me decía que debía hacer eso para poder seguir con mi vida. Detesto los cables sueltos y Juan era uno.

Después de que Jason se marchase dando un portazo, mis bebés empezaron a moverse inquietos.
Respiré hondo varias veces mientras me acariciaba el vientre tratando de calmarlos.
Media hora después estaba en la puerta de la prisión.
Contra más miraba hacia el edificio, más nerviosa me ponía.
-Necesito hacer esto. Todo irá bien.
Eso me repetí varias veces como un mantra hasta que me encontré en el interior frente al primer guarda.
Pregunté por Juan.
Me hicieron pasar a una sala custodiada por otro guardia. Eso me daba cierta seguridad.
No mucho después la puerta de abrió y entró ÉL.

Agradecí estar sentada. De otro modo habria sido evidente como me temblaban las piernas.
Vi como se sentaba frente a mi sin apartar los ojos de los mios.
El famoso escalofrío se hizo presente. Nada había cambiado.

-¿Qué haces aquí, Hannah?
-Vine a preguntar POR QUÉ.
Se encogió de hombros y no me miró. Estaba ocupado mirando sus manos esposadas.
-Dime por qué.
-Yo te amo. Te amo desde primer momento. Tenía que tenerte, pero tu nunca me quisiste. Preferias follar con otros, pero ninguno de ellos te amará jamás como yo.
Siento las lágrimas descender por mi rostro. No quiero detenerlas. Hace mucho que pugnaban por salir.
-Te quise.
-No. Jamás lo hiciste. Era solo el hermanito de Moi. Un pobre crío enamoradizo. Te equivocaste. Todos lo hicisteis.
-Tal vez si. Lamento que las cosas hayan terminado de este modo.
-No es cierto. Te alegras. Ahora podrás disfrutar como la zorra que eres sin temor de que pueda herirte.
Me negué a seguir escuchando. Me puse en pie revelando mi avanzado estado.
Juan palideció de golpe.
Pensé que quizá su hermano le había puesto al corriente.
-¿De cuanto estás?
Lleve las manos a mi vientre, tratando de tranquilizar tanto a mis hijos como a mi misma.
-Siete meses.
Una sonrisa siniestra cruzó por su cara.
-¿Eres consciente de que podria ser mio?
Me apresuré a negar con la cabeza.
-Me hicieron las pruebas. No hubo violación.
-No tenía necesidad de violarte si estabas inconsciente.
Mi visión de emborrona.
Siento unos brazos alrededor de mi cuerpo.
Oigo voces lejanas gritando que devuelvan al preso a su celda.
Alguien me sienta y pone un vaso de agua en mis manos.
Son hijos de Jason. Son hijos de Jason. Son hijos de Jason.
Repito eso una y otra vez en mi mente y me adentro en la oscuridad.
Todo a mi alrededor se ha alejado de la luz.
Miro hacia cada rincón hasta que distingo un par de puntitos blancos que poco a poco aumentan su tamaño y desprenden una hermosa luz. Son mis hijas.
Respiro con normalidad y abro los ojos.
Ellas saben quien es su padre y se han encargado de hacermelo saber.
Me pongo en pie ante la mirada atónita del guardia.
Le sonrió y me despido.
Ahora solo tengo que disculparme con Jason.

Quizá debi decirle en algún momento que yo si se que llevo en mi vientre, pero prefiero que lo descubra en el momento del parto. Si logra aguantar sin perder el conocimiento.
Todavia queda un mes.
Saldrá bien.

Hannah (Serie Love 01) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora