Hannah (Serie Love 01)

Cascada

RACHEL

Hannah ha estado de un humor extraño últimamente. Imagino que es debido a las hormonas.

Jeremy me contó que al parecer las cosas entre Jason y ella están algo tensas.
Parece ser que es porque él tiene aprensión por la sangre y una especie de fobia al parto.
Partofobia, lo llamó Hannah.

Ahora mismo me dirijo al centro comercial.
Jason me llamó por si podía echarle una mano con un regalo para ella.
Imaginad mi sorpresa cuando fuimos a una joyería y preguntó por anillos de compromiso.
-Necesito que te lo pruebes. Hannah y tu tenéis prácticamente la misma medida.
Acepté, por supuesto.
Solo esperaba que Hannah lo hiciese también.
El anillo es realmente hermoso y sé que le encantará en cuanto lo vea.

JASON

Me he decidido.
Voy a pedirle que se case conmigo.
La llevaré a cenar y luego, gracias a Jeremy, a montar en globo.
Mi intención es vendarle los ojos y cuando estemos sobrevolando la ciudad, arrodillarme frente a ella, con la luna de testigo y declararme.

La noche llega por fin. Estoy nervioso.
Espero a que ella termine de vestirse.
Hace días que se queja de que nada le queda bien.
Después de algunos días raros tras mi conversación con Jeremy que ella escuchó, acordamos que yo trataría de superar este pánico que me envuelve solo de pensar en el día del parto.
Así que digamos que estamos en medio de una especie de tregua.
Lo que sea, por lo menos ya vuelve a hablarme.

Esta vez la llevo a su restaurante favorito.
Me encanta como disfruta con cada bocado.
Si no fuese porque cada sonido que sale de su boca me la pone dura, yo estaría más cómodo en ese momento.
Sin embargo en mi mente solo tengo imágenes de todo lo que quiero hacerle en cuanto la lleve a casa.

Es la hora. Subimos al coche y le pido que se vende los ojos con un pañuelo que traje de casa.
-¿A dónde vamos?
-Es una sorpresa, cariño. Cubrete los ojos, por favor.
Conduzco veinte minutos hacia las afueras.
Mis manos no han dejado de sudar.
Aparco y cojo aire.
Bajo del coche, lo rodeo y la ayudo a salir.
Sigo las instrucciones que me da el chico por señas para que mi nena siga sin saber que ocurre.

Oficialmente estamos en el aire. Una cuerda nos amarra al suelo.
Pongo una rodilla en el suelo y abro la cajita que guardaba en el interior de mi chaqueta.
-Puedes quitarte el pañuelo.
Está de espaldas a mi de modo que cuando se descubre los ojos lo primero que ve es la luna.
Se vuelve hacia mi de golpe con las manos cubriendo su boca y al verme de rodillas sus ojos se humedecen.
-Jason...
-Eres toda mi vida. Tú y nuestros bebés. Nunca creí enamorarme pero tu no solo conquistaste mi corazón, sino que mi alma también te pertenece.
Joder. Que difícil es esto.
>> Este tiempo contigo ha sido como un sueño del que no quiero despertar. Hannah Roberts, ¿quieres pasar el resto de tu vida soñando conmigo?
-¡Si!
Le coloco el anillo y me pongo en pie para estrecharla entre mis brazos. Me dijo que si.
Es la mejor noticia después de saber de la existencia de nuestros hijos.

Tres semanas mas tarde

Voy a hacer lo que sea para que mi nena tenga la boda de sus sueños y pronto.
Quiero que sea mi esposa antes de que nazcan los bebés.
Hemos decidido que el sexo sea una sorpresa.
Tenemos algunas opciones para los nombres. Ahora solo hay que esperar y mientras esperamos, estoy organizando todo.
Hay un problema. Yo me niego a casarme en un juzgado y Hannah es atea de modo que la iglesia queda descartada.
Richard, el mejor amigo de mi nena conoce un juez y me dijo que estaría encantado de oficiar la boda. Una cosa menos de la que preocuparse.
Hablándolo un poco con los chicos, les pedí que me echasen una mano con el lugar. Algo especial.
Y una semana después, Carl lo encontró.

Después de su rápida boda con Annette, ambos dejaron sus pisos en la ciudad y se mudaron a una cabaña en las afueras.
Resulta que la parte trasera es todo bosque y en uno de esos claros hay una increíble cascada.
Me encuentro en mi despacho en casa, mirando alucinando las fotos que Carl me mandó.
Si a Hannah le gusta, ahí será donde la haré mi mujer.

HANNAH

Los pies me están matando pero por fin tengo mi vestido.
Britt lo oculta en su piso mientras yo regreso a casa.
Necesito un baño y un masaje de pies.

Encuentro a Jason con la mirada fija en el ordenador.
-¿Estás trabajando?
Me acerco a él y le beso.
-Que va. Siéntate.-me arrastra hasta su regazo y me rodea con los brazos para acariciar mi vientre cada día mas grande.
Miro la pantalla del ordenador y me quedo sin aire.
-Es hermoso.
-¿Te gusta?
-Por supuesto. ¿Donde es?
-A cuarenta y cinco minutos de aquí. Si te gusta, ahí es donde vamos a casarnos.
Me vuelvo de golpe hacia él.
-¿Bromeas?
-No. Pedí ayuda a los chicos para encontrar el lugar perfecto. Carl acaba de mandarme las fotos. Está cerca de su cabaña.
Me lanzo a besarle y el baño queda olvidado.

Dos días después

Esta noche vamos a quedarnos con Josh, el hijo de Richard y mi ahijado.
Estoy feliz porque así podré ver a Jason desenvolverse con un niño. Y es increíble.
Cuando volví del trabajo ambos estaban jugando en el comedor. Habían creado una cabaña con sábanas y almohadas y jugaban a protegerse de los indios.
-¡Hannah!- gritó el niño en cuanto me vio.
-Hola peque. Te extrañé.
Me agacho a su altura y le beso en la mejilla hasta que se ríe por las cosquillas.
Mis bebés eligen ese momento para patearme. Al estar tan pegada a Josh, este lo siente también.

Se ha puesto serio de golpe y me preocupa.
-¿Vas a querer a ellos más que a mi?
-Voy a quereros igual que a ti, mi amor. Muchísimo y tu tendrás que ayudarnos a Jason y a mi a protegerles y cuidarles.
-Yo les protegeré. Te lo prometo.
-Gracias, cariño. Te lo agradezco.
Lo estrecho entre mis brazos y veo a Jason guiñarme un ojo desde el marco de la puerta.
Me gustaría que realmente perdiese el miedo porque yo también estoy asustada.
Son dos bebés. Y yo necesito a Jason a mi lado cuando llegue el momento.