Hannah (Serie Love 01)

Vengo a por mis cosas

JEREMY

Estar frente a esa puerta de nuevo no era tan agradable como esperaba.
Cuando se marchó de allí el día anterior lo hizo con un nudo en el estómago.
Ella había estado pálida y temblorosa.
Él había sido un completo capullo al hablar como lo hizo a su amigo, pero entenderán que no es agradable.
¿Entenderá quién? Dios, ya parece que pida ayuda.
Tal vez la necesitase. Sobretodo si ESE estaba allí hoy también.
Llamó al timbre y Hannah abrió con una hermosa sonrisa.
¿Hacía cuanto que no la habia visto sonreir de ese modo?
-Hola. Pasa, por favor.
-Traje algunas cajas para llenarlas.
-Genial. Te ayudaré.
-Vale.-se detuvo un momento frente a la cocina, cerró los ojos e inhaló.-¿Hiciste pastel?
Ella le miró y sonrió de nuevo.
Maldita sea, estaba hermosa. Sus ojos brillaban con luz propia.
-Si. Hace ya un rato por lo que ya se puede comer. Llenaremos unas pocas cajas y luego te serviré un trozo si quieres.
-Hannah.
-Dime.
Soltó el aire que no sabía que estaba conteniendo y la miró a los ojos tratando de ser totalmente sincero.
-Te quiero.
-Y yo te quiero a ti. Ahora vamos a ponernos a trabajar.

Media hora después, para el asombro de ambos lograron colocar todo lo que había de Jeremy en la casa en dos cajas.
-Creí que dejé más cosas aquí.
-Bueno, mejor así. Vamos a por ese trozo de pastel. Muero por ver como quedó.

-Seguro que quedó delicioso como todo lo que preparas.

-Gracias. Esta vez me arriesgue y lo rellené de crema y frutas.

La boca de Jeremy estaba produciendo saliva extra. No veía el momento de hincarle el diente.

Hannah sirvió dos porciones en un plato para cada uno acompañado por una taza de café.

Ambos cortaron a la vez un pedazo y se lo llevaron a la boca.

-Dios... mío, Hannah. Esto está espectacular. ¿Por que demonios no abres una pastelería?

Hannah río con fuerza y negó con la cabeza.

-No bromeo. tendrías mucha demanda.

-Y acabaría agotada. Jeremy, cada vez que hacia un postre, no llegaba al día siguiente. Si quedábamos con los demás y llevaba uno, había peleas por quien comía más. 

-Si, bueno. Pero ganarías mucho dinero. Yo iría todos los días.

Era agradable poder estar al lado de ella sin que la tensión llenase el ambiente.

Por un momento, se permitió recordar los viejos tiempos.Solo hasta que ella puso una mano sobre su brazo y le miró seriamente.

-Jeremy, tenemos que hablar.