CAPITULO 5: SI ESTAMOS JUNTOS

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Aome caminaba sola por el parque. Las hojas caían lentamente, el invierno llegaba. El frio entumía su cara. Se sentó en una banca y empezó a recordar cuando salía a caminar con Inuyasha tomados de la mano, como si fueran dos enamorados. Sonrió ante ese recuerdo. Siempre soñaba despierta con el día en que tuviera el valor para confesarle lo que sentía. Pero la decidía siempre intervenía

Era absurdo pero pensaba, en un futuro formar una familia con él. Su corazón le dictaba que así fuera, que se atreviera pero tenía miedo; miedo ser rechazada, de que su amistad cambiara

- ¿Y si no me acepta?

«Atrévete, dile lo que sientes»

Pero debía esperar, debía esperar con calma el día en que se entregarían con todo, el día en que sus sentimientos sean correspondidos mutuamente por ambos. No quería lamentarse de vivir una simple aventura, no quería que fuera pasajero, quería que fuera para siempre y nunca separarse

«Tiempo»

Tiempo era lo que tenían, aun eran jóvenes. Ambos debían descubrir las maravillosas cosas que la vida les podía dar. Era una romántica empedernida, y le apenaba a veces decirlo, pero así era ella; Sabía que estaba profundamente enamorada. Al estar a solas con Inuyasha todo pensamiento abandonaba su mente, solo estaba el, su sonrisa y su mirada

«Cálmate enamorada»

Sonrió para sí misma, era cursi, lo sabía pero no podía evitar así cuando se trataba del pero...

Era débil, temía perder su amistad por tratar de tener algo más. Le dolía pensar que alguien más era la dueña de los sentimientos de Inuyasha. Dolía de solo pensar eso. Era su mejor amiga y tenía que ser así

«Es mejor vivir en una mentira»

«No eres su dueña...no eres de él»

Era cierto, tenía que olvidar ese sentimiento. Vivir feliz siendo su amiga.

Se hacía daño así misma

Había tomado una decisión...

Tomo su teléfono y llamo a Sango

-Lo dejare ir – soltó sin darle más explicaciones a su amiga

-¿Estas segura?

-Si...

-Sé que no lo estás pero respetare tu decisión – una larga pausa se hizo presente en ambas. A Sango le dolía que su amiga sufriera- Eres joven y muy bonita, te enamoraras de alguien mejor

-Nunca había creído que alguien se podía enamorar tan fuertemente en una persona – suspiro – A mí me paso

21 años y ya estaba sufriendo por un amor. Aome sabía que era tan estúpido que pasara así pero el destino y el amor eran misteriosos y a veces caprichosos. Tenía que reírse, reírse de su cursilería y este era el mejor momento para hacerlo

-¿Qué paso Aome? –Sango sabía que la risa era una de las mejores formas que hacia su amiga para escapar de algo que le dolía

-Es que es tan absurdo, sufrir por un amor tan joven – La risa se hizo más fuerte – Por dios, estoy joven y sufro como de 50

Ambas amigas rieron, era tonto pero así pasaban las cosas.

-Estoy joven para sufrir – su voz se enserio – No será fácil pero tengo que vivir alegremente. Ya di mi primer paso

-¿Qué es lo que aras?

-Me olvidare de este amor

El timbre de la escuela marcaba un nuevo día. Tenía que seguir siendo su amiga. Y con eso en la mente entro al salón de clases.

-Hola Aome – Inuyasha se acercó a ella. Había tomado la decisión de estar más a su lado, quería tener la certeza de ser correspondido

-Hola Inuyasha – Ella lo miro con toda la frialdad que podía

Inuyasha se extrañaba de esa frialdad de su amiga.

No lloraría, nunca haría eso por él. No quería perderlo, no a su mejor amigo. Fingiría cuando lo viera.

«El amor no es lo que uno espera»

Inuyasha se había equivocado, era mejor decir adiós a ese sentimiento

-Buenos días Inu – Kikyo se acercó a ellos, « ¿Sera la indicada? Hay que intentarlo»

-Buenos días – Se acercó y la abrazo ante la sorpresa de todos

Kikyo se extrañó pero la hacía sentir bien. Aome no expresaba emoción alguna. Sabía que Inuyasha sentía algo por Kikyo «Es mejor así»

Se fue a su asiento. Si su amigo era feliz ella también lo seria. Sonrió para sí misma.

«Inuyasha, te ayudare a ser feliz»

Después de la TormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora