Los días pasaban y su vientre se encontraba más abultado, su vida daba giros tan inesperados que ilógicamente los esperaba. Hace siete meses se había preguntado donde estaría en estos momentos; nunca se imaginó que su respuesta fuera este lugar. Últimamente se sentía extrañamente bien en aquel lugar y a lado de ese enigmático hombre de nombre Sesshomaru, pero había momentos en que la realidad la golpeaba.
Se sentía estúpida por seguir teniendo ese sentimiento por Inuyasha, el chico se había burlado de ella pero aun así lo amaba ¿Qué podía hacer? En el corazón no se manda eso estaba más que claro...
-Sesshomaru es un buen hombre – Dijo como si nada la chica – Deberías intentar algo con el
-No, absolutamente – Aome la miraba con ironía pero su voz era firme
-No lo digo por la parte monetaria si no por cómo te trata, además de que es guapo – dijo con Aire soñador
-Rin – Dijo de forma cansada, la chica llevaba más de tres semanas con lo mismo
-Solo digo lo que mis ojos ven – pudo constatar una picara mirada en ella
- Ok, si esta guapo y todo pero no podría
-¿Por qué? Él está soltero y tú también – Ella la seguía mirando de la misma forma – Y por lo que me has contado, se nota que les tiene cariño a tus hijos
-Pero aun así no puedo
-¿Qué motivo te impide hacerlo?
Por más que se lo planteara Rin, Aome no podía hacer algo como eso. Le gustaban las atenciones que recibía de Sesshomaru, pero al verlo a los ojos se daba cuenta de la realidad de las cosas: Sesshomaru era el tío de sus hijos ¿Cómo podía estar con él? A pesar de todo, sentía que estaba traicionando algo, no podía decir que Inuyasha pero sentía que era incorrecto corresponder un sentimiento hacia él.
Por otro lado, estaba el hecho de que Sesshomaru tenía el corazón roto, él no lo había admitido pero se daba cuenta de ello ¿Cómo podría curar un corazón roto, cuando el de ella estaba hecho pedazos? Era imposible hacer algo así, el necesitaba que alguien le ayudara y ella no era la persona correcta.
Con todo y el caos que había en su mente, no podía irse. En primera porque él se lo había impedido y ya sabía que la encontraría con solo tronar los dedos, además de que lo aria enfadar, segundo sentía que no podía hacerle eso a él, quien se ha portado de una manera amable en las últimas semanas. Si bien su relación había comenzado con el pie izquierdo, sabían cómo acoplarse y convivir sin la necesidad de enfadarse el uno con el otro.
Pero eso le daba miedo, no quería enrrolarse con algún sentimiento, aun no era el momento para hacerlo, además de que él no era la persona correcta. Sumándole a todos sus problemas, estaba el hecho de que tenía que decirle quien era el padre de los bebes que esperaba, sabía que los niños sacarían algún gen característico de la familia de él ¿Cómo reaccionaría? Esa pregunta le estaba quitando el sueño últimamente ¿y si le dice a los padres de Inuyasha? Por lo poco que llevaba viviendo con él, había deducido que no tenían comunicación, pero no podía estar segura de ello.
Sacudió su cabeza y se dispuso a continuar con el trabajo que tenía. Ella había decidido trabajar para él, pero como siempre Sesshomaru acepto con la condición de que lo hiciera desde casa, acepto a regañadientes pero aun así le agradaba un poco. El despacho de él, se había convertido en el lugar de trabajo, había mandado a condicionar otra mesa cerca de la ventana para que tuviera más claridad. No trabajaba del todo sola, la secretaria que estaba con él en la empresa, se encargaba de los papeles que se encontraban ahí, mientras que ella hacia los que Sesshomaru le llevaba en la noche, además de que se encargaba de concretar las citas y estar al pendiente de la agenda, se había demostrado que ella era más competente que la pobre mujer nerviosa de la empresa.
La noche llego cuando menos se lo espero, el día había sido tedioso pero merecía la pena. Esperaba la llegada de Sesshomaru, miro su reloj y se había dado cuenta de ya estaba retrasado; no sabía si era por su embarazo o por estar viviendo con el pero estaba preocupada ya que él no era de hacerse esperar. Con nerviosismo se paseaba por la oficina mirando su reloj constantemente ¿Por qué?
Escucho la puerta de la casa abrirse y de inmediato se acercó a ver. Toda su preocupación se esfumo cuando lo vio cruzar el umbral de la puerta, sin pensarlo se arrojó a sus brazos
-Me tenías preocupada – Soltó con deje de enfado. Sesshomaru se quedó estático, no sabía cómo reaccionar ante la sorpresiva efusividad de la chica ¿Qué era lo que le pasaba? - ¿Por qué no me avisaste que llegarías tarde? – Escondió su rostro en el pecho de él, en su voz pudo notar que estaba llorando. Realmente le extrañaba esa actitud de ella.
-Hey tranquila – Ella sollozo un poco más y el no tuvo el corazón para no abrazarla. Sus brazos la rodearon y ella se acomoda más en ellos – Tranquilízate – Su mano se posó sobre el cabello de ella, acareándolo con ternura – Tenia asuntos pendientes, y mi celular se quedó sin batería
-Me...me... - Hipaba sonoramente que a él se le hizo gracioso la actitud de ella – tenias...preocupada
-Respira profundo – Se separó de ella y la dirigió a un sofá que había cerca – Ayer escuche que tenias antojo de un helado y pues...-Aome lo miro a los ojos y por primera vez vio las mejillas de Sesshomaru tornarse un poco rojizas – pase a comprar uno - No se había percatado de las bolsas que traía – pero como no sabía de qué sabor querías, traje varios
-Sesshomaru no tenías que molestarte con esto – Se limpió las lágrimas que aun caían
-No discutas – El hombre autoritario salía a flote, pero sabía que en el fondo no estaba hablando en serio – Solo quise traértelo
-Gracias – Se limitó a decir y le dedico una sonrisa. Sesshomaru no pudo imaginarse lo hermosa que se veía sonriendo y por primera vez en más de tres años, sentía su corazón cálido.
Aome se sintió extraña por ese gesto de Sesshomaru pero se sentía bien, realmente le agradaba que fuera así por ella ¿Por qué lo hacía? No tenía ni la más remota idea de lo que pasara en la mente de Sesshomaru pero le inquietaba, aunque no hurgaría en esos terrenos.
Aome fue a la cocina llevándose los helados, dejando a un Sesshomaru inquietante y en espera a que ella llegara. ¿Por qué se preocupaba por ella? ¿Por qué la actitud de ella hacia él? Nunca la había visto llorar de esa manera y realmente se sentía mal. La chica del cabello azabache regreso con dos tazones de vidrio y dos cucharas.
-Nada mejor que compartir – Sonrió y abrió el primer helado. Procedió a servir a ambos, el chico de los ojos color ámbar solo se limitaba a mirarla - El señor Black llamó, dijo que el baile de caridad se efectuara dentro de dos días
-¿Dos días? – Sesshomaru la miro extrañado
-Sí, es lo que me dijo – tomo su cuaderno y se puso sus lentes para leer – le he encargado un traje británico en color gris cromado, con una pajarilla a juego con su camisa roja, mandado a confeccionar hoy en la mañana, estará lista el día del evento a primera hora en la mañana. Sus zapatos se han encargado y ya se encuentran en su habitación – Lo miro de reojo y siguió hablando – El Sr. Black me ha dado una lista de los invitados, la asistente de él ya se ha encargado de mandar las invitaciones. A la cena llegaran directivos de las empresas americanas que tienen negocios con su empresa, ya he reservado una mesa con ellos para que puedan hablar de la planeación de la nueva línea de productos a lanzar – Sesshomaru la miraba atónito. Se levantó y de un cajón, sacó un folder de color amarillo, se lo entrego – Su discurso ya está redactado, dándole las gracias al Sr. Black por haberlo invitado y organizado. También he anexado una lista de los invitados para que este enterado de quien ira
Sesshomaru se había quedado sin habla ¿Cómo había podido organizar todo eso en tan solo un día? Miro rápidamente el discurso, estaba bien redactado y hablaba en concreto. En definitiva. Esa chica lo sorprendía cada día más
-Por cierto, como su asistente tengo que asistir, ya que la asistente del Sr. Black y yo tenemos que coordinarnos para que todo salga a la perfección ese día – Aome lo miro
-No – ella lo miraba sin comprender
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Después de la Tormenta
FanfictionAmigos y enemigos. Promesas y traiciones. Enamorarse de su mejor amigo fue su perdición ¿como aparentar a su lado? ¿como soportar que otra lo mirara de la misma forma en que lo hacia ella? Huyendo del pasado, encuentra la luz que la oscuridad había...