Losing Virginity (BORRADOR)

Capítulo 3: "¿Quieres acostarte conmigo?"

*Gregg en galería*

Si hay algo en el universo que amo con todas mis fuerzas, son los viernes. Los malditos viernes son la vida, literalmente. Belleza pura y sincera. Y aunque normalmente solamente salgo al patio de mi casa, estar todo el día tirada viendo alguna serie, película, comiendo y sin ser molestada por nadie, es uno de los mejores regalos que pudiera tener.

Hoy es la fiesta de regreso a clase, que la organiza West Harrison. Es un completo idiota, pero no puedo negar que hace las mejores fiestas del universo, aunque solo me he ido a una, pero eso no importa, esa fiesta fue épica. ¿Si me iré a la fiesta de hoy? Claramente no. Uno porque no tengo ganas, y dos porque no tengo ganas. Las chicas intentaron convencerme de todas las jodidas maneras de que vaya con ellas, pero cuando algo se me mete en la cabeza, no hay como sacármelo.

Sé que posiblemente hoy la posibilidad de ganar la apuesta puedan presentarse si voy, pero la verdad eso se lo dejo a Julie. No quiero acostarme con nadie en ninguna fiesta, y conociéndome, menos aún estando borracha.

El timbre de fin de clases sonó y todos salieron corriendo como gacelas perseguidas por un león. Salí del curso sola ya que ninguna de mis amigas está en esta clase conmigo, y cuando estaba a punto de cruzar la puerta, alguien me chocó con fuerza el hombro, al mismo tiempo que salía primero del curso.

--- Fíjate por dónde vas, Brennett. – le espeté al idiota que casi me arranca el hombro. Él se dio vuelta para mirarme con una sonrisa socarrona y unos ojos divertidos.

--- Así que si hablas...-- dijo en tono divertido y fruncí el ceño, él me miró atento por unos segundos --. Tú eres la hermana de Matt. – dijo como si recién me recordara de todas las veces que nos hemos cruzado en la cocina de mi casa. -- ¿Tu nombre?

Eso no sonó como una pregunta, fue casi como exigiéndome que le respondiera. ¿Lo ven? Es la persona más idiota que conozco.

--- No te interesa. – dije antes de salir disparada del salón de clases.

Caminé por los pasillos desiertos del instituto hasta por fin llegar a la puerta de salida. Busqué con la mirada el auto de Lenn, pero no lo encontré. ¿Por qué mierda no me había esperado? ¿A caso es retrasada? Sabe que no tengo como ir a casa, que está a unos cinco kilómetros de aquí. Definitivamente cuando la viera la mataría.

Vi a mi hermano recostado por su auto a unos metros de distancia, con Sidney a su lado, tocándole un brazo de una manera provocativa, y con una sonrisa de zorra en el rostro. Así que descarté la idea de pedirle para ir en su auto a casa. Igual, aunque se lo pidiera, posiblemente preferiría morir de sed en el desierto antes de hacerme algún favor, o mucho peor que eso, querer que luego yo le haga un favor. Así que simplemente me aferré a la idea de ir caminando.

Cuando empecé a bajar las escaleras, Brennett pasó por mi lado, mirándome de reojo con una sonrisa de idiota en el rostro, y fue directamente con mi hermano.

Por un segundo se me pasó por la mente la idea de pedirle que me acercara a casa, pero luego me di cuenta de lo estúpido que sería y me golpeé mentalmente en la cabeza con un martillo.

Okey, tendría que ir caminando a casa y seguramente sudaría como un cerdo. Pero sería algo bueno, ya que sería mi ejercicio del año.

Empecé a caminar atravesando el estacionamiento, cuando de la nada una camioneta convertible negra paró en frente de mí, a pocos centímetros de aplastarme el pie.

Estuve a punto de insultar a los cuatro vientos al idiota que estaba conduciendo, cuando me di cuenta de quién era. Gregg me estaba mirando con una sonrisa divertida sin mostrar los dientes, y casi me atoro con el chicle que tenía en la boca. En serio que no podía ser tan jodidamente atractivo. Era un jodido Dios griego – creo que ya lo había dicho alguna vez, o varias veces -, y no entendía como su sola sonrisa podía sacarme la respiración haciéndome parecer una retrasada.