Capítulo 38: "Lecciones de un gay"

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Tres días.

Eso es lo que ha pasado desde la última vez que vi a Eric. Tres malditos días en los que no ha aparecido por el instituto, ni me ha llamado, ni ha contestado a ninguno de mis jodidos mensajes. Tres malditos días que se sienten como una eternidad. Pero creo que el tiempo no pasa cuando te sientes triste.

¿Triste? Pffs, no estaba triste (o bueno, un poco sí), estaba completamente furiosa con él y conmigo misma. Quería verlo para romperle la cara, y no quería verlo porque no sabía si tenía el suficiente valor como para enfrentarlo o para si quiera respirar cerca de él.

En estos últimos días siento que todo cuesta más de lo usual. Y de verdad que es estresante, porque ni siquiera se por qué me siento así, y como no sé la fuente del problema, tampoco sé como solucionarlo. Y si hay una persona en el mundo que se estrese rápidamente y pierda la cabeza en menos de dos minutos, bueno, pues esa soy yo. La maldita nerviosa de Val Drake.

Entré al instituto sintiéndome como la mierda, y no por lo que había pasado, sino porque la cabeza me daba mil y una vueltas, y de seguro era porque no había podido dormir bien gracias a que me atrasé en un maldito trabajo de Geografía. Es que parece que esa profesora no se cansa de enviar trabajos prácticos, pruebas y esas mierdas. ¿A caso los profesores no entienden que tenemos derecho a descansar de la escuela? ¿Que merecemos al menos un fin de semana sin tarea? ¿Piensan que somos unos malditos robots o qué? Dios, si que estoy irritable.

Llegué a mi casillero y al sacar los libros necesarios y colocarlos en mi mochila cerré de un portazo, logrando que unas cuantas personas se volvieran hacia mi y me miraran de forma extraña. Me contuve para no gritarles qué mierda miraban tanto en mi cara.

Gregg apareció a mi lado de un momento a otro, con una de sus típicas y genuinas sonrisas que me hacen sentir mejor todo el tiempo, pero en ese momento lo único que logró su blanca y perfecta dentadura fue que mi cabeza se volviera una batidora.

Cuando vio mi perfecta cara de culo su sonrisa desapareció y en su lugar una mueca divertida se instaló en su rostro.

- ¿Y a ti que te pasó? - me preguntó frunciendo el ceño y mirándome de pies a cabeza -. Estás vestida como una maldita pordiosera.

Eso era mentira. O bueno, no tanto, solo me había esforzado menos que nada en mi atuendo esta mañana. Como la cabeza me daba vueltas no podía elegir ni un solo color, así que estoy vestida completamente de gris y negro, shorts flojos negros, camiseta gris y zapatillas desgastadas de color blanca. Y bueno, mi cabello siendo un desastre como siempre.

- No estoy de buen humor esta mañana, Gregg. - le dije en tono enojado.

- No, si ya me doy cuenta, muñeca - enarcó una ceja y sonrió sarcástico -. Igual, sigues siendo muy linda incluso cuando eres fea.

- Ja, ja, ja - le saqué el dedo medio y soltó una carcajada que me voló los sesos -. Maldita sea, no hagas tanto ruido.

- ¿Y qué quieres que haga? Eres graciosa incluso cuando no quieres serlo - sonrió -. Tu mero rostro me da gracia en las mañanas. Es como si yo fuera un niño y tu el payaso, es imposible no reírme.

- Mira, te voy a... - y entonces, cuando aparté la mirada de Gregg por unos segundos hacia el costado, lo vi y mi boca se cerró al igual que mi estómago al encontrarme con su rostro.

Iba entrando al instituto, vestido completamente de negro, como ya era costumbre en Eric. Su rostro estaba serio, indescriptible, y se notaba desde kilómetros que tenía la mandíbula apretada y que sus manos, que estaban dentro de su chaqueta de cuero, estaban cerradas en puños. 

Caminaba como siempre lo hacía, dando pasos largos y decididos, casi enojados y fuertes, con la mirada clavada al frente y la frente bien alta, sabiendo a la perfección que era el rey del lugar, como siempre lo había sido. Todas las miraban con admiración, con deseo sexual puedo decir, y eso me enfureció aún más.

Losing Virginity (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora