Capítulo 77: "Buenas noches"

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ERIC

Temprano en la mañana, cuando desperté de solamente tres horas de sueño, una emoción aplastante me embargó de pies a cabeza. Maldita sea, era el día de mi graduación. No lo podía creer. No podía creer que estuviera terminando uno de los mejores, y a la vez peores, ciclos de mi vida. Estaba malditamente emocionado por ir a retirar "la bata y el sombrero azul", como yo le decía.

Me tomé mi tiempo para intentar recordar aunque sea parte de todo lo vivido estos años. Recuerdo que el primer día me sentía tan nervioso que no sabía ni en donde estaba mi salón de clases. También recuerdo cuando empecé a hacerme amigo de Matt y Gregg de pura casualidad. Luego llegaron los momentos de gloria y me fui convirtiendo en un chico popular y deseado por todas las chicas. La primera vez que me emborraché, cuando Mikaela y yo nos besamos por primera vez, cuando empezamos a ser novios. Las peleas, el dinero, el odio hacia mi padre, las carreras de auto, descubrir que Mikaela se estaba acostando con Adam, mi primer trío, y luego los otro cinco que le siguieron, y por último, y más importante, cuando de accidente me enamoré de Val.

Así es, fue un accidente. Que esa rubia se metiera bajo mi piel fue algo inesperado y abrumador, con demasiados sentimientos mezclados que cayeron de lleno de una sola pasada. Creo que todo esto se dio por accidente. Hablo de absolutamente todo, el haberme fijado en ella ese día que se sentó con nosotros por primera vez en la cafetería, haber hecho la apuesta, haberme acostado con Julie, que luego Val y yo nos acostáramos, que ella me dejara tirado como siempre hacía yo con todas las chicas. Y fue ahí donde empezó todo, donde, de repente, ya no podía ver más allá de ella. Y juro que estaba bien. Bueno, al principio detestaba que tuviera tanto poder sobre mí, pero luego terminé por aceptar que estaba perdidamente enamorado de ella. Y, joder, estaba perfecto con ello.

Había pasado un mes desde que se apareció en mi apartamento y le dije que ya era suficiente, que necesitábamos tiempo. Y, aunque ese mes fue muy duro, nos sirvió a ambos.

Cuando la veía en los pasillos, ya no parecía un muerto viviente. Ahora tenía sus ojos despejados, una pequeña sonrisa amigable empezó a aparecer de apoco en sus labios, ya parecía estar empezando a recuperar un poco de peso. Y me miraba. Maldita sea, me miraba y hacía que todo dejara de girar en el mundo. Pero lo mejor de ello, era que cada vez que cruzábamos miradas, no parecía dolida, e incluso me sonreía un poco. Era como un pequeño saludo de su parte, saludo que claramente respondía sonriéndole de regreso.

De a poco ambos fuimos aceptando, supongo, y nos sobrepusimos ante el dolor, o eso supongo. Pero estábamos mejor, yo lo estaba en cierto punto, me sentía bien conmigo mismo, algo raro. Pero ya no me dolía verla por ahí riendo, o sonriendo a otra persona que no sea yo. Puedo decir, no tan seguro, puedo decir que ambos estamos cerrando las heridas. Eso era lo que nos hacía falta de verdad.

En este mes todo ha cambiado un poco, y mi cerebro por fin empezó a idear un plan para que Carrick quisiera deshacerse de mí: empecé a perder las peleas. Juro que no hubo nada que detestara más que dejar que me golpearan y tirarme apropósito a la lona, dejando que el otro se llevara todos los gritos. En ese punto, soy muy envidioso, pero si eso era lo que tenía que hacer para que Carrick me mandara a la mierda y se consiguiera otro luchador, pues lo haría.

Claro, mi jefe se dignaba a no hablarme al principio, y no se quejaba conmigo, pero entre Ayala y Adam, no sé quién estaba más pesado conmigo para que volviera a "rendir como antes". El dinero se convirtió en un problema, porque detestaba sacarle dinero a mí padre, pero conseguí un trabajo de medio tiempo en una cafetería y Zach se ofreció a ayudarme con la condición de que se lo devolviera después.

Zach estaba... wow, no puedo creer que lo esté por decir, pero estaba recuperado. De verdad, las veces que lo veía ya no estaba con los ojos rojos, ni tenía bolsas enormes de color negras debajo de los ojos. Mi hermano estaba reconstruyendo de nuevo su vida, estaba empezando a intentar ser feliz, y eso me alegraba muchísimo. Me sacaba un pequeño peso de los hombros.

Losing Virginity (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora