Losing Virginity (BORRADOR)

Capítulo 42: "Sí, lo hice"

- ¿Y ahora qué?

- ¿Cómo que qué?

- Que qué hacemos.

- ¿Hacer qué con qué?

- Dios mío, ¿Eres lento o qué? - pregunté poniendo los ojos en blanco, y Eric imitó mi acción -. Ya estamos aquí...

- Si... ¿Y eso que tiene? - preguntó sin comprender.

- ¿Entramos juntos o como? 

- ¿Cambiará algo si entramos juntos o qué?

- No - revoleé los ojos -. Pero como lo "nuestro" - hice comillas con los dedos - no está definido, no sé si es buena idea que entremos juntos al colegio, ya sabes - me encogí de hombros - harán una historia de esto.

- A esta altura de mi vida me importa una mierda lo que piensen de mi, la verdad.

- Eso es porque siempre estuviste en boca de todos, es normal para ti, pero ¿Y yo? - hice una mueca -. No sé si quiero que todo el mundo sepa que nos acostamos.

- ¿Te avergüenzas a caso? - mis ojos se encontraron con los suyos, la luz que entraba por el parabrisas de su auto iluminaban la mitad de su cara, haciéndolo ver más atractivo que nunca. Sonreí de costado.

- No, Eric, no me avergüenza - me sonrió -. Pero hasta que tu no aclares tus ideas, no creo que nadie tenga que enterarse de esto.

- ¿Hasta que yo aclare mis ideas? - frunció el ceño -. ¿Y tú ya las tienes claras?

- Bastante.

- ¿Y qué quieres? - preguntó, mirándome de una forma tan confundida que hizo que su rostro se tornara lo más tierno del mundo.

- Ya sabes. - puse los ojos en blanco, sonriendo, no quería decirlo en voz alta para inflar más su ego.

- ¿Quieres estar conmigo? - preguntó con un deje de diversión en el tono de voz.

- Ya sabes - lo miré furiosa -. No me hagas decirlo.

Sonrió divertido, soltando una gran risotada que resonó por todo el coche.

- Yo estoy contigo. - sonaba sincero.

- Pero no seriamente. No como algo estable. - recordé.

- Pero aún así estoy contigo - se encogió de hombros -. Que no le diga a todo el mundo que estoy contigo, no quiere decir que no lo esté. No soy la clase de persona que publicará en todos lados cuando ande con alguien. Yo me guardo mis cosas.

- Si, ya veo.

- Además... - ladeó la cabeza -. No estoy con nadie desde... - pareció arrepentirse de haber empezado a decir eso.

- Desde Mikaela. - finalicé su oración. Me observó con los labios apretados y asintió. Suspiré.

- Si.

- Bueno... - cambié de tema  -. Yo me bajo aquí y camino la calle que queda. 

- No es necesario que hagas esto, nena - dijo con el ceño fruncido -. No me importa que nos vean llegar juntos. Diría que es mejor, para que todos esos idiotas se alejen de ti.

- No creo que haya otra persona en el instituto que se fije en mi. - reí.

- Por Dios - puse los ojos en blanco -. No te das una idea del efecto que tienes sobre los demás.

- ¿Y tengo algún efecto sobre ti? - enarqué una ceja, ladeando la cabeza.

- Miles de efectos. - me guiñó un ojo y luego se inclinó hacia mi, sonriendo de costado para luego unir nuestros labios en un corto beso - Nos vemos en unos minutos, hermosa.