Capítulo 11: "Burbuja personal"

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No iba a ser un buen día. En realidad, ya estaba siendo el peor de los días.

Quitando el hecho de que mi castigo es limpiar la cafetería con Eric, me siento verdaderamente estresada, y no sé por qué, y eso es lo que más nerviosa me pone. Eso y que quiero vestirme con mi ropa de antes, porque todo lo que encuentro en mi armario son prendas apretadas, algunas con unos colores demasiado brillantes. Y no me gusta. Mierda, no me gusta en lo que me están convirtiendo. O en lo que quieren convertirme, a decir verdad.

Sé que tuve que haberle dado las gracias a Brennett, pero todo se fue a la mierda cuando él abrió la boca y dijo todo aquello. Y, si esto queda entre nosotros, si me dolió un poco todo lo que me dijo. Porque tengo que admitir que en cierto punto es verdad.

Sí, soy controladora. Sí, me gusta que todo sea perfecto y quizá me obsesiono demasiado con cosas tontas, pero así soy, y no voy a cambiar, y aun así, con mi carácter de la mierda y mis manías raras, e incluso mi orgullo, tengo amigas que siempre estuvieron conmigo a pesar de eso.

Siempre digo que toda persona tiene defectos, pero que los defectos te hacen humano, y que a veces hay que darle más importancia a las virtudes, porque si miras todo del lado malo, solo verás eso: lo malo. Todos tenemos algo bueno, sin excepción.

Okey, okey, me puse algo melodramática y profunda con esas palabras y lo siento por ello. Todo aquello traducido a mi idioma: Que te importa una jodida mierda lo que los demás piensen de ti, y siempre tendrás algo bueno que dar, sin importar lo que unos idiotas piensen. Y en todas esas palabras entra el hecho de que nunca fui otra persona además de mí, siempre fui autentica en todos mis aspectos, y eso está empezando a cambiar, y me siento incomoda.

Blah, blah, blah, ya basta de sermones. Volvamos a la realidad.

Luego de bañarme, secarme el cabello y demás me vestí con lo más común que encontré: un jean azul oscuro, una camiseta blanca y mis converse de siempre. Mi cabello estaba incontrolable, no podía hacer absolutamente nada con él, por lo que decidí atármelo en una cola de caballo.

La puerta de mi habitación se abrió y Matthew se recostó por el umbral de esta y me miró de arriba abajo. Aún no me acostumbrara que la gente hiciera eso, ¿Quieren que me muera? En serio, soy bastante tímida y que me examinen o me queden mirando mucho tiempo me pone nerviosa.

--- ¿Te llevo? – me preguntó.

Analicé la idea en mi cabeza unos segundos. No quería estar con él en un compartimiento tan pequeño como el auto, o me moriría por el estrés que me causaba estar sola con Matt o lo mataba a él por no dejar de molestarme. Pero luego recordé que, en realidad, si tenía algo que hablar con mí querido hermano: Less.

--- Okey. – le dije con una sonrisa y ambos salimos de mi cuarto.

Matt me miró de una manera rara, y estaba segura de que era por el hecho de que le había sonreído. Es decir, jamás en mi puta vida le he sonreído a mi hermano, aunque suene raro, es la verdad. Supongo que de pequeños nos llevábamos bien, aunque sea un poco, e incluso nos soportábamos lo suficiente para no hacer enojar a mamá y a papá. Pero desde que mamá murió, nosotros nos apartamos completamente. Por eso le resulta raro que lo trate incluso con un poco de amabilidad, porque nunca lo he hecho.

Subimos al auto y cuando ya estábamos de camino al instituto mis ojos se clavaron en Matthew.

--- ¿Qué mierda hay entre tú y Less?

Matt palideció y apretó el freno con tanta fuerza y tan de golpe que si no fuera por el cinturón yo habría salido volando por el parabrisas. Miré con el ceño fruncido al estúpido – y descuidado – conductor y le di un golpe en el hombro.

Losing Virginity (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora