Capítulo 10: "Instintos asesinos"

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*Eric en galería*


Mis ojos se abrieron lentamente por el dolor de espaldas que sentía. Sin procesar nada de lo que estaba pasando a mí alrededor, recordé todo lo que tuvimos que hacer en la madrugada para entrar en el aula de tecnología para no morir de hipotermia en la noche. Para nuestra desgracia, la puerta tenía traba o algo, el punto es que no se abría, pero los chicos fueron lo suficientemente brutos para romper la ventana de la puerta, meter por ella su brazo y abrirla desde dentro.

Luego de asegurarnos de tener en qué lugar dormir fuimos en busca de las colchonetas, y por suerte las encontramos. Así que literalmente terminamos durmiendo en las colchonetas, todos apretujados y muertos de frío e incomodos. Pero por suerte el calor corporal hizo lo suyo y ninguno terminó como Jack en Titanic. A mí nadie me engaña, sí había lugar en esa estúpida madera. Rose, eras una perra. Igualmente amé la película, pero... Alto, me estoy desviando del tema.

Cuando por fin abrí mis ojos, me costó adaptarme a lo que tenía enfrente de mis narices. Y era un muy dormido Brennett dormido a mi lado, pegado a mí y con su nariz chocando con la mía. Literalmente lo tenía enfrente de mis narices. Mis ojos se abrieron como platos ante la cercanía, y quise alejarlo bruscamente, pero antes de poder hacer eso, un carraspeo de garganta me hizo elevar la vista.

Los ojos oscuros del profesor de Tecnología me estaban observando sorprendidos y ofendidos. Él estaba con su portafolios pegado en su pecho, sostenido por sus brazos, y sus gafas colgaban de la punta de su enrome nariz. Detrás de él había unos cuantos – muchos – estudiantes mirándonos con unas sonrisas divertidas y tecleando en sus celulares. No pude evitar que mis mejillas se tornaran rojas ante la vergüenza de la situación.

Le pegué un codazo a todos los que estaban dormidos en las colchonetas – y uno de ellos fue con especial fuerza para Eric –, pero me di cuenta de que faltaba uno de nosotros. Zach. Fruncí el ceño y cuando elevé la vista lo vi escondido detrás de una de las mesas, totalmente nervioso y sudado, mis ojos se abrieron como platos al igual que los suyos, pero sus lagunas azules me rezaban clemencia y llevó su dedo índice a sus labios pidiéndome silencio. Lo pensé internamente; tenía que salvarlo de esta. Nosotros podemos ser castigados por el instituto, pero él podría ir a la cárcel o tener más problemas. Por lo que decidí ser una buena persona y lo dejé pasar.

Todos fueron despertándose lentamente, y cuando sus ojos veían lo mismo que yo estaba haciendo, sus rostros se tornaban pálidos como culo de bebé recién nacido. Todos juntos nos pusimos de pie, tragando saliva y mirando fijamente, con miedo, al profesor.

Noté que Gregg todavía estaba durmiendo plácidamente en el piso, por lo que le di una patada en la cara para que se despertara.

--- ¡¿Cuál es el maldito problema?! – fue lo que salió de su boca ni bien mi pie aterrizó en su cara. Abrió un ojo, y cuando nos vio a todos de pie, parados como soldados, y también vio como el profesor lo observaba, no tardó ni dos segundos en colocarse a mi lado.

El hombre calvo aclaró su garganta y nos observó fijamente a cada uno de nosotros, como memorizando nuestras facciones. Nunca me tocó con ese profesor, pero todos decían que era un buen hijo de su mami, y que si no le caías bien te hacía la vida imposible. Agradezco a todos los Dioses no estar con él, porque puedo asegurar que me odia.

--- El problema, señor Miller – Habló el profesor – Es que... ¡Acabo de encontrar a siete estudiantes bandidos durmiendo en el piso de mi salón de clases! – su tono de voz había subido de la nada y, literalmente, mis tímpanos se habían roto.

Parecía un búfalo enojado. Sus fosas nasales – de una nariz bastante grande – se abrían y cerraban repetidas y varias veces, su rostro estaba rojo de la furia y creo que había visto uno de sus mechones blancos de cabello caer al suelo. Estábamos a punto de darle un paro.

Losing Virginity (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora