Después de cuatro años de estar separados Christian ha adoptado un estilo de vida muy peculiar, pero su deseo de venganza no ha desaparecido en todos estos años. Pero quien sabe una sorpresa muy importante en su vida tal vez lo haga cambiar de parec...
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- Vamos Christian tranquilo. - Elliot trata de reconfortarme. Pero estoy demasiado ansioso.
-¿Por que se demora tanto?.- Mis manos sudan y estoy a punto del colapso. Esto es frustrante es mi futura esposa y no dejaron que la viera antes de la boda.
Realmente se esmeraron mucho en la decoración. El camino hacia el altar está decorado con pequeñas velas a los costados y una alfombra de pétalos de rosas blancas que le dan la bienvenida a mi futura esposa. El cielo es claro. No hay nubes grises el día de hoy. Todo es luz. Todo felicidad.
- Christian.- Esa voz. No puede ser.- Christian.- Toca mi hombro y mi cuerpo se paraliza.
- Mama.- No puede ser ella. Mi madre está muerta.
- Mi niño. Mi pequeño Christian.- Si este es un sueño no quiero despertar. Me giro y veo a mi madre que esta de blanco, resplandece como un hermoso ángel.
- Mama.- Las lágrimas inundan mi rostro y la abrazó con fuerza. Soy un niño de cuatro años de nuevo entre brazos.- Como es que estás aquí.
- Siempre he estado aquí mi niño. Nunca te he abandonado. Mami siempre esta a tu lado.- Siento su calidez alrededor de mi cuerpo. Me protege. Protege a su niño y su niño no pudo protegerla.
- Te extraño tanto.- Hundo mi nariz en su cabello sintiendo su aroma que me provoca tanta paz.
- Es una mujer muy buena Christian. Quiérala mucho. Ella te hará muy feliz.- Giro y veo a Ana entrar del brazo de su padre. Dios es mi otro ángel. Es un hermoso ángel.- Cuídala hijo mío. Ella es tu felicidad y la mía. Ella es la luz de tu vida.
- Ella es mi amor mama. Ella es mi vida. Mi todo. Mi más. Ella me dio un hijo. Tienes un nieto.
- Lo se mi niño hermoso. .- Acaricia mi rostro con dulzura.
- Quiero que la conozcas.- Veo a Ana cada vez más cerca del altar. Mi madre toma mi mano y me incorpora.
- Anda ve con ella. Ve y hazla feliz.
-Ven conmigo.- Se niega
- Aquí te espero.- Suelto su mano y voy al encuentro de Ana mientras veo a mi madre sonreír de felicidad y yo igual le correspondo con otra sonrisa. Soy inmensamente feliz.
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