Después de cuatro años de estar separados Christian ha adoptado un estilo de vida muy peculiar, pero su deseo de venganza no ha desaparecido en todos estos años. Pero quien sabe una sorpresa muy importante en su vida tal vez lo haga cambiar de parec...
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- Vamos Leila levántate.- La azota un vez mas. El maldito la azota con fuerza hasta arrancarle la piel. Quiero acercarme a hacerle lo mismo. A matarlo con mis propias manos. Pero mis pies están clavados al suelo. Leila extiende sus brazos me pide ayuda. Quiere ayude.
- Suéltala. Sueltala hijo de puta.- Se ríe. Se burla de mi y la golpea nuevamente. Forcejeo con mis amarras. El hijo de puta no se saldrá con la suya.
- Leila.- Grito con todas mis fuerzas. Tiene la mirada en el suelo.- Leila.- Vuelvo a gritar. Mi pobre hermana esta inconsciente y vuelve a golpearla sin piedad.
- No mas por favor. No mas.- Mis lagrimas inundan mi rostro y el maldito no se apiada ni de leila ni de mi. - Forcejeo nuevamente mis amarras y al fin logro soltarme. Tomo la pistola y sin que se de cuenta le apunto en la cabeza. El voltea aun tiene esa mirada de sadismo en los ojos.- Arrodíllate.- La ira se dibuja en su rostro y una sonrisa perturbadora aflora. Que te arrodilles.- No muestra temor ante mi. - Eres un enfermo hijo de puta. No mereces estar en este mundo. No lo mereces. Habla dime algo.- Solo se ríe. Sigue burlándose de mi.- Sabe la madre de tu hijo la abominación que eres. Sabe que azotas mujeres que se parecen a ella.- Sigue con esa mira fría y vacía.
- Ya no seras un problema para este mundo. Tu familia estará mejor sin ti.- Rastrillo el arma y al fin acabo con su maldita existencia.
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Lunes 28 de Marzo Seattle - 7:00 am
- Leila!!!!!!!!.- Me levando bañada en sudor. Mi respiración es acelerada. Maldita sea era tan real. Estaba frente a mi. Ese hijo de puta estaba frente a mi arrodillado. Lo mate. Lo mate en mis sueños. Pero eso no vale para mi. Voy a matarlo. Si voy a matarlo, pero no sin antes castigarlo de la misma forma que lo hizo con Leila. Sin piedad. Siento las brazos de Marc protegiendome de mi pesadilla. Me abrazo ha el con fuerza porque se que quiere que me vaya, que ya no siga atormentandome y que olvide el pasado.
- Calma perqueña. Ya paso ha sido solo una pesadilla.- Me aferro mas a el y empiezo a llorar. A llorar como todas las noches que sueño con Leila.
Cuatro dias atras.
Jueves 24 de marzo 1:00 p.m
Estoy arrodillada frente a la tumba de mi hermana. Le he comprado unas hermosas rosas blancas. Tal vez sea la ultima vez que este aqui. Quiero sentir su presencia. Saber que estoy haciendo lo correcto. Lo estoy. Estoy haciendo lo correcto. Ella lo hizo por mi. Pero con resultados distintos. Mi Leila. Mi pequeña hermana. Pronto estaremos juntas.
