EVAN
-Regresaras a New York- Dijo mi madre mientras ordenaba unos papeles en el viejo escritorio de mi abuelo.
-¿Qué?- Mi madre se movía de aquí haya por el despacho sin prestarme mucha atención, sabía que lo hacía con el afán de evitar mi reproche, pero aquello no funcionaría.
-Madre, no regresare a New York por el momento- Dije tajante y con la mera convicción de cumplir mi palabra.
-Lamento arruinar tus planes, pero el martes estarás en un vuelo de camino a casa.
-¿Martes?, ¿dentro de dos días? ¿Podrás arreglar todos los asuntos pendientes aquí en dos días?.
-No, es por eso que yo no volveré aún, Ethan debe volver por trabajo e irás con el, tengo entendido que Kath también volverá.- Lance una risa sarcástica y mire a mi madre con sumo reproche, la mujer seguía paseándose por el lugar, moviendo papeles y sacando carpetas, su poco interés hizo que el enojo fuera en aumento.
-¿Estás de coñá cierto?, ¿Por qué mierdas quieres que regrese sin ti a New York? El trato era que volveríamos juntos- Mi madre se paró en seco, dejó una pila de carpetas en el escritorio y clavó sus ojos en mi.
-El trato ha cambiado y tú volverás antes.
-¿Por qué?.
-Porque yo lo digo.
-¿Crees que esa es una buena razón?- la tensión iba en aumento, mi madre me observaba con aquella mueca en los labios, que solía poner cuando trataba de controlar su mal genio. Le mire desafiante y está tenso la mandíbula en respuesta.
-No tengo porque darte explicación de lo que hago, eres mi hijo y cumplirás lo que sea que te mande.- Lance una carcajada sarcástica, a sabiendas que aquello desquiciaría a mi madre, pero no me importaba, mi molestia era más grande que mi poder de razonamiento.
-¿De verdad utilizaras aquello para justificarte?, ya no soy un niño, no haré las cosas solo porque tú las digas, lo siento Mamá, pero no me iré de Londres a menos de que me digas la verdad de porque tienes tanta urgencia de que salga de este lugar.- Sin decir más di media vuelta y salí del despacho con paso decidió, escuche a lo lejos a mi madre llamándome, pero no regresaría a pelear algo que ya había decidió. Ya era tiempo de que mi madre me comenzará a hablar con la verdad.-¿Entonces?, ¿Volverás?- Preguntó Camerón mientras observábamos el río Támesis fluir. Gire mi vista y observe los ojos celestes de la chica, joder, me fascinaba de una manera que no lograba comprender. Lance un suspiro y volví mi vista a las aguas del río.
-No pienso ceder en esto, además de que te sentirías muy triste y decepcionada si me llegara a ir tan pronto- Dije y le Lance una sonrisa socarrona. Camerón alzó las cejas y se limitó a negar con con la cabeza, mientras una sonrisa se asomaba en sus labios.
-Tu y yo sabemos que en algún momento, tendrás que volver a tu vida.- El semblante de Camerón había cambiado por completo, la sonrisa había pasado a ser una mueca un tanto compungida.
-Cam.
-Si lo haces por nosotros, no quiero que lo hagas.
-Aunque me gustaría ser un jodido romántico y decirte que lo hago por esa razón, terminaría por ser un mentiroso- pude vislumbrar la decepción en el rostro de Cam, me acerqué a ella y la tome por la cintura, levante su rostro clave mis ojos en los de ella.
-Eso no quiere decir que no me interesa, me gustas, de verdad que es así, es por eso que no quiero mentirte, la razón por la que hago esto, es porque estoy harto de vivir entre incógnitas, porque no soporto que mi madre siempre se excuse en su rol, para no decirme la verdad.
-No puedo decirte que no me siento decepcionada.
-No tendrías porque, dije que no lo hacía por nosotros, pero es también porque siempre asumí que llegado el momento, lo resolveríamos.- di ligeros roces a la mejilla de Camerón y pegue su frente con la mía.
-me gustas mucho Camerón Tomlinson, me gustas como ninguna otra me ha gustado- Dije y las mejillas de Cam se pintaron de carmesí, sonreí al saber que mis palabras habían provocado aquello, termine por pegarla a mí y probar aquellos labios a los que de alguna loca manera me había hecho adicto en poco tiempo.
El beso duro hasta que nuestros pulmones nos exigieron un poco de aire y aún así la mantuve lo más cerca posible de mi.
-Mierda Evan, ¿Qué fue lo que me hiciste?- Dijo esta y se recostó en mi pecho, mientras mantenía su cuerpo pegado a mi. Era en momentos como aquellos que ni el clima, ni el lugar, ni mis problemas, podían arruinar lo que fuese que la cercanía de Camerón me provocaba. Días habían pasado desde la muerte de mi abuelo y solo estando con aquella chica era que me sentía un poco más liviano e incluso lograba olvidar un poco aquel dolor aún latente. Sabía que era absurdo que una persona a la que tenía poco de conocer me provocará todo aquello, pero también sabía que todos esos sentimientos eran reales y por absurdos que pareciesen, me gustaban y eso era una novedad, incluso para mí.
Evite volver a casa el resto de la tarde, después de despedirme de Camerón y dejarla en su hogar, vague por las calles de Londres sin un rumbo fijo, había pensado en ir hasta el hotel de Kath, pero las cosas con ella se habían vuelto un tanto extrañas desde el día que había pasado en su hotel y esta había prometido contarme todo en un desayuno a la mañana siguiente, lo cual no había sucedido, de hecho había estado evitándome y aunque sabía que al final la enfrentaría, por el momento no me apetecía lidiar con ello.
Seguí mi camino sin saber muy bien a dónde me dirigía, había optado por dejar el carro unas cuadras atrás, me atraía más el andar en una caminata que el conducir por las calles, sin embargo tras caer el sol y darme cuenta de que no reconocía aquellos rumbos, el haber dejado el carro comenzaba a parecerme una mala decisión. Camine hasta la esquina, donde una pequeña librería alumbraba aquella calle solitaria, justo cuando me disponía a entrar en busca de información, un tipo de mi altura salió del establecimiento y enseguida me petrifique al reconocer aquel rostro.
-¿Tú?- dijimos al unísono al darnos cuenta de la presencia del otro. Dylan me miraba con el ceño fruncido, mientras cargaba una bolsa en sus brazos.
-¿Qué haces aquí?- Atine a preguntar, cosa que me sonó un tanto idiota después.
-Lo que se suele hacer en una librería- El chico no apartaba su mirada, y por un segundo me aterre al darme cuenta de lo jodidamente parecidos que eran nuestros ojos, por segundos sentía que me observaba a mí mismo y aquello me hizo sentir un escalofrío. Quite aquellos pensamientos de mi cabeza y me Centré un poco en la situación.
-No creí que fueses de los que les gusta leer, es más ni siquiera creí que supieras leer- Dylan lanzó un gruñido y giro los ojos.
-Imbecil- Dijo y me esquivo para seguir su camino, entonces caí en la cuenta de mi situación, estaba perdido y aunque no me gustara, Dylan era la solución más fácil en aquel momento.
-Espera- Grite y tras tragarme mi orgullo corrí tras el, Dylan se detuvo y se giró para mirarme.
-¿Qué cojones quieres?.
-Veras, aunque odio decir esto, necesito tu ayuda- Dylan frunció el ceño, hizo una mueca extraña y segundos después me observaba con aquella mirada de superioridad que me hacían ganas de propinarle un buen puñetazo, sin embargo me controle, aquel imbecil para mi desgracia, era mi solución al problema.
-¿así que requieres de mi ayuda?.
-Para desgracia de ambos es así.
-¿Por qué habría de ayudarte? No es como si nos lleváramos bien.
-Mira no te rogaré, solo dime si me ayudarás o no.- Dylan me miró fijamente lanzó un bufido y tras una mueca me miro.
-¿Qué es lo que quieres?.
-Estoy perdido.
-¿acaso eres idiota? ¿Por qué coño no utilizas tu celular?
-Se me ha terminado la batería imbecil.- Sí las cosas seguían de este modo, terminaría por romperle la mandíbula.
Dylan se tomó su tiempo en contestar, parecía estar meditando algunas cosas, cuando por fin volvió en sí, lanzó un soplido y me miro.
-Bien, ¿recuerdas donde dejaste tu auto?.
-Algo así.
-Te llevaré por el- Sin decir más, comenzó a caminar y le seguí hasta su automóvil, tras subirnos y darle una explicación de donde había dejado mi automóvil, Dylan condujo sin pronunciar palabra alguna. Pasaron minutos hasta que la primera palabras salió de su boca.
-Quiero saber algo- Dijo de pronto, mantenía su mirada en el camino y sus manos tensas en el volante.
-¿de qué va?- Pregunté sin ningún afán.
-¿sabes por qué tú madre se fue de Londres?- Su pregunta me desconcertó, ¿a qué jodidos venía aquello?.
-¿Por qué te interesa?.
-No tengo porque decírtelo.
-Entonces yo tampoco tengo porque contestarte.
-Tomando en cuanta que estoy salvando tu culo, creo que merezco esa respuesta.- Lance un bufido y aparte la vista.
-No lo sé- Dije y mantuve mi vista en el camino.
-¿Qué?
-Que no lo sé, no tengo ni jodida idea de porque mi madre decidió irse a New York, solo sé que lo hizo antes de que yo naciera.
-¿Antes? ¿Tu padre también vive ahí?.
-No- Me limité a contestar ¿a mierdas venían tantas preguntas? ¿Desde cuando le interesaba mi vida al imbecil?
-¿Dónde está?
-Eso mismo me gustaría saber
-¿Qué?
-Que no tengo ni la más puta idea de donde está, no sé ni quién jodones es.- dije y por un segundo estalle en furia.
-¿No sabes dónde vive?- Dylan parecía no entender o no le importaba ni mierdas, que de aquel tema no me apetecía hablar.
-Joder, ¿a qué viene tanta pregunta, solo sé que vive aquí en Londres, pero no hay más ¿satisfecho?.- Dije, y me encontraba a segundos de moler a golpes a aquel idiota. Dylan parecía maquinar algo en su cabeza, su mirada estaba en el camino, pero algo me decía que su mente no. Había estado extraño, incluso fuera en la librería. ¿Es que acaso había algún síndrome que hacía cambiar a las personas?.
El chico no dijo nada más el resto del camino y se limitó a arrancar sin alguna palabra de por medio, tras dejarme en mi auto, cosa que agradecía al cielo, ya que si hubiese escuchado una palabra más de aquel idiota, hubiese terminando por golpearlo.
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El hijo de Harry Styles
Fanfiction(tn)______ Whitmore había pasado la vida evitando su pasado, viviendo con la simple convicción de hacer a su único hijo feliz, pero no es hasta que este le pide respuesta acerca de aquel padre faltante en la ecuación, que ella será vera sumergida en...