|Capítulo 19|

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Estoy demasiado molesto, por el simple hecho de que se me ha interrumpido mi maravilloso sueño para avisar que debo viajar a Seattle de última hora, una de las secretarias del señor Bell me ha llamado para informar que muy temprano debo estar en Bell'S central —Olvidó llamar antes— Me enoja demasiado, ha sido muy inesperado. Luego de eso ni siquiera puedo seguir durmiendo, me pongo a arreglar los documentos que me han pedido, me siento cansado después del día de ayer. No puedo creer tanta inconsciencia en el mundo. Explotaría una bomba nuclear ahora mismo o llamar al señor Bell y dedicarle puras maldiciones, exactamente, eso es lo que quiero hacer, lo que probablemente me llevaría al despido, uno más del mundo sin empleo, me concentro en examinar que cada dato esté bien ¿Debía alistar cuentas o informes? No le entendí muy bien a la chica.

— ¿Pero qué...? —Si, eso me estoy preguntando, ¿Quién demonios llama a las 4:30 de la mañana? Espero que no sea la secretaria de nuevo y me diga que fue cancelado, eso sería demasiado doloroso, sacrifiqué mis horas de sueño. Sin fijarme en el remitente tomo la llamada.

—Hola. —Respondo de mala gana.

—Ashton, soy Zoe ¿Te he despertado? —Por instinto pongo los ojos en blanco.

Nooo, vale, es que he dormido como oso y tengo el poder de responder sin despertar. Vaya piña de pregunta.

—No, para nada. —Ni siquiera he pegado un ojo.

—Llamaba porque el señor Bell me ha pedido que te acompañe, quería saber a qué hora te irás.

—Voy a tomar el vuelo de las seis, si quieres paso por tí, queda de camino.

—No, no tienes que molestarte, yo puedo llamar un taxi.

—Bien, entonces en el aeropuerto a las cinco y cincuenta, yo me encargo de los pasajes.

¿Colgué? Si, lo hice. No me voy a poner en el asunto de: Por favor acepta, no es ninguna molestia, ¿Quiere ir en taxi? Pues que lo haga, mucho no me importa.

Cierro el maletín que usaré en el viaje y voy directo al baño, si, una ducha para aclarar las ideas, para eso sirve ¿No? Aunque también es la testigo de tus conciertos interminables, cantamos bien lindo mientras nos bañamos, la ducha es el centro internacional de reflexión, donde tus más locas ideas, pensamientos, recuerdo y absurdeces varias, llegan allí y no puedes detenerlo.

Me fijo en el reloj, son las 4:42, aprovecho el momento y me rasuro, ahora si, como pompita de bebé, me pongo loción y arde como la mierda, siempre es lo mismo, voy por algo de ropa y me visto, tal vez debería despertar a Barney, después de todo solo tendrá que irme a dejar. —Posiblemente ya ande en pié— O mejor tomo un taxi y dejo una nota.

En la cocina está el tomando el desayuno ¿Y bien vestido? Creo que el hombre nunca duerme.

—Buenas días, Barney. —Tose un poco por el susto.

—Buenos días, señor. —Creo que planea terminar su café de pie, que haga lo que quiera.

—Necesito que me lleves al aeropuerto en diez minutos.

—Sí, señor.

—Regresas a casa para llevar a Sophie a la escuela, no tiene permiso de ir a ningún lado, si mis padres quieren verla deben venir, no me gusta que esté fuera de casa cuando yo no estoy en la ciudad.

—Entendido, señor.

Se retira y yo busco un poco de cereal con leche, lo sé, es muy infantil, pero también debo aceptar que es una cosa rica, fácil de preparar y mantiene ocupado tu estómago. Subo para lavar mis dientes, tomo mi maletín y paso por el cuarto de Sophie para despedirme, con mucho cuidado y sin hacer el menor ruido beso su frente, ella se pone de mal humor cuando la despiertan, creo que no es la única a mi también me fastidia, a eso se debe mi irritabilidad.

***

Se estaciona frente a la entrada del aeropuerto, en realidad no sé cuanto tarde en volver, antes de bajar dejo más orientaciones.

—Barney. —Me mira por el retrovisor. —Si es demasiado noche, hablo de pasadas las once y no he regresado, se cercioran de que Sophie esté durmiendo, luego se pone a jugar y no se quiere levantar, le dices a Rowe que le aliste el uniforme y sus útiles antes de acostarse, para que no les cojan las prisas por la mañana.

—Está bien señor. Buen viaje.

—Gracias. Y Barney... —Giro un poco hacia él.

—Dígame.

—Que Rowe lave el oso de Sophie, a Dan. Duerme con él y puede que tenga acumulado mucho polvo. Primero debe informarle a Sophie, porque sino se volverá loca al no encontrarlo, eso es todo.

—Entendido, yo le informaré sobre eso y lo otro.

Cierro de un portazo, la verdad, no mido mi fuerza, me adentro y camino entre la gente, hasta que llego a la sala de espera y ahí está ella, de pie con los brazos cruzados, Zoe, me acerco.

—Nos ha hecho buena noche, ¿Eh? —Intento darle humor a este asunto.

—No lo creo. —Cierra los ojos —Me estoy muriendo de sueño. —Sigue en la misma posición. —Se debe estar muy loco para decirle a tu personal que llame tan de noche, ¿O madrugada? Ahora soy una víctima del sueño y planeo dormir en el vuelo.

—Llevamos los mismos planes.

Minutos después nos llaman para abordar, en cuanto estamos en el avión, ella pone la cabeza en el espaldar, y todo lo demás se convierte en historia, le sigo el ejemplo, necesito que mi humor mejore. Si quiero estar con mi mejor disposición ante el jefe debo dormir y cargar energías para lo que se viene.

⚫⚫⚫

Bajamos del avión y de inmediato nos dirigimos a Bell'S, ya quiero que terminemos con esto de una vez, a hacer lo que se deba hacer y luego de vuelta a Seattle.

Hemos tenido que esperar alrededor de dos hora y un poco más a que al señor Bell se le ocurriera aparecer.

Reuniones de porquería.

Sucede que sólo requería nuestra presencia para analizar unas cosas, valorar y llegar a una conclusión por sucursal, es decir, no fuimos los únicos citados, todo transcurrió con normalidad.

Aprovecho mi hora de almuerzo para llamar a casa. Sophie está con mis padres, al despedirme de mi hija, realizo una llamada a Stella, para avisarle que no estoy en la ciudad, ni llegaré a Bell's Seattle.

Comemos juntos: Zoe, un chico que es de la sucursal de Miami, Carlos, creo que así se llama y yo.

Por la tarde la reunión continúa. Me duele la espalda, ya no siento mi trasero y mis ojos arden como el infierno, de tanto estar leyendo las presentaciones aburridas, es mi opinión. Van a haber remodelaciones, modificaciones, ajuste de salarios y eso va a nivel nacional, todas las sucursales son incluidas. La hora de la libertad al fin se hace presente, podré volver a mi casa y olvidar este día.

—Señor Bell, nos estamos viendo. —Me despido.

—Claro que si, en unas semanas estaré con ustedes, es la sucursal más nueva, y yo personalmente me encargaré de ciertos detalles. —Deja de mirarme y se dirige a la chica que surge como mi acompañante. —Zoe, gracias por venir tú también.

—Ha sido un placer. —Sonríe muy amable, hasta parece estar a gusto aquí, ¿o sólo lo hace porque es parte de su trabajo? Y debe acatar órdenes. Me da igual.

Vamos de salida, huele a libertad.

—Ashton, me he dejado el bolso adentro. —Interrumpe Zoe mis pensamientos.

—Ve a buscarlo, yo te espero afuera.

Sigo el camino y al estar allí, respiro el aire fresco, suelto el estrés acumulado del día. Es bueno sentir aire puro llegar a mis pulmones. Estoy disfrutándolo. Claro que si, mi buen momento se ve adulterado abruptamente por una persona que está justo delante de mí, es una mujer. Provoca que mi ceño se frunza de inmediato.

— ¿Dónde está la niña? —es lo único que pregunta. — ¿Sophie, ha venido?

Un momento... ¿Qué ocurre aquí?


AHORA SI: ¡HASTA LA PRÓXIMA!.😌

Prometo Quererte SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora