|Capítulo 45|

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Las sirenas de ambulancias y policías recorren las calles de Seattle, un accidente donde hubo una tripe coalición.

Seattle Radio, presente desde el lugar de los hechos. Según testigos el hecho se dio cuando de la nada apareció el coche rojo, se llevó al azul y el impacto culminó en el taxi, otra vez el alcohol es culpable del dolor en las familia, ¿Cuántas vidas más? Si toma no maneje, señor, señora, son libres de disfrutar, pero pónganse la mano en la consciencia, disfrute pero no dañe. Jóvenes, todo con medida, el causante del incidente murió de manera fulminante.  El saldo total es de 3 muertos, 2 heridos, la peor parte la sacó el taxi, uno de los hombres murió al instante y el otro iba en estado grave, es todo por nuestra parte.

—Es increíble lo que puede causar la estupidez humana, ya no se puede vivir en paz, vas tranquilo en tu auto y de pronto suceden este tipo de cosas —da un sorbo de café.

—Bruno, apaga esa cosa, y deja el café, después no quieres cenar, pareces un niño chiquito al cual hay que regañar para que se comporte —dice molesta Maryam.

—Mujer, déjame vivir, ya estoy lo suficientemente grande como para saber lo que hago bien y lo que no, no me sermonees y por favor no sigas, quiero disfrutar mi café, un poco de noticias no le hace daño a nadie.

—Te encanta oír esas cosas, el mundo está tan jodido que no hay día en que no aparezca gente muerta en accidentes de tránsito, sangre, dolor y más sangre. —Entra a la cocina y sigue hablando.

—Mi mujer, está loquita —dice sonriente Bruno para sí mismo.

— ¡Te escuché! Loco tienes el trasero —grita desde la cocina.

— ¡Te amo! —responde con una sonrisa burlona.

—A veces no sé en qué momento dije que si a casarme contigo —sale con dos platos y los pone en la mesa.

—Porque me amabas, me amas y me amarás, es así de fácil, Maryam.

—Hombres y sus auto adulaciones —pone los ojos en blanco. —Muévete de ese sillón y ven a comer porque no te lo voy a llevar.

—Ya voy mujer. —Apaga la radio y camina hacia el comedor. —Estoy aquí cariño.

—Siéntate y come pues.

—Que linda eres, ¿Has llamado a Ashton?

—No, hoy tenía reunión de Sophie, así que llegará tarde —coge un poco de ensalada—, pregunté por Sophie y ya estaba comiendo.

—Eso es bueno, dicen que come bastante y le da mucha hambre.

—Rowena me lo dijo, y lo confirmé al medio día que vino.

Las malas noticias son las primeras en llegar ¿O cómo era? Hay situaciones que no puedes medir, ni controlar. En casa hay una pequeña esperando a papá.
Barney se dirige a la cocina, tras varias llamadas que no fueron contestadas por parte de su jefe.

—Row —ella gira luego de guardar una cuchara. — ¿Ha llamado el señor? Quedó en avisar si iba por él a la escuela de la niña.

—No —frunce el ceño. — ¿Por?

—Le he llamado y me envía al buzón, como te dije, anunció llamaría cuando saliera de la escuela, y a esta hora ya tendría que haberlo hecho, son las siete, tiempo suficiente para que estuviese aquí.

—Tienes razón, tal vez fue con sus padres o quedó con sus amigos.

—Lo de sus padres puede ser, pero lo otro no, ya sabes, siempre viene temprano por Sophie.

— ¿Y si le llamamos a sus padres para preguntar? —deja el mandril sobre la mesa.

—Pero si no está con ellos, sólo los preocuparemos, no es buena idea.

Prometo Quererte SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora